[16/7] Big brother [16/7]

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Por alguna extraña razón ese domingo de enero estaba soplando muy fuerte el viento

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Por alguna extraña razón ese domingo de enero estaba soplando muy fuerte el viento.

Una niña pequeña de pelo azul lloraba tristemente frente un cuerpo sin alma.
La chica llevaba puesta una remera azul que le iba mas grande que su infantil cuerpo, en cuclillas soltaba amargas lágrimas. Tan solo tenia seis años y vivía una de los mas traumáticos momentos que te podrían suceder a esa edad; su pequeña gatita yacía sin vida frente a sus ojos.
Ella simplemente lloraba pidiendo ayuda, una ayuda que jamás llegó y aún así, si hubiera llegado, no serviría de mucho, pues el pobre animal había muerto casi al instante. La niña no entendía aún porqué su gata no hacía ningún ruido, ni tampoco porque sus ojitos estaban fuera de su cuenca, mucho menos el hecho de que hubiera sangre por todos lados, ella solo veía su gatita tratando de entender que había pasado.
En su mente infante solo le alcanzaba para comprender que era un accidente, pero que con medicina y muchos cariños, aquel animalito se pondría de pie e iría hacía sí para ronronear y jugar con su amo.

Horas más tarde el sol ya estaba bajando, la pequeña seguía esperanzada de que alguien fuera con ella y le ayudase, al ser domingo había muy poca gente en las calles, particularmente en esa calle no era muy común ver automóviles pasar, realmente tenía miedo de dejar a su mascota sola, ¿Qué tal si se ponía de pie y no sabía dónde estaba? ¿Y si se perdía? Era por esas razones que, desde la mañana que salió, hasta ahora que la tarde se tornaba naranja por el inevitable ocaso, no había dejado en ningún momento a su mejor amiga desde hace ya un año.

Unos minutos más y escucho unos pasos pisar suavemente el asfalto, quitó su mirada del animal que por las horas comenzaba a mosquearse, a lo lejos, una mancha amarilla comenzó a tomar forma de una persona, era un joven, y como ella, portaba un suéter enorme, pero color amarillo que curiosamente combinaba con su pelo, el cual bailaba con el viento. Al conectar su mirada jaspe con la contraria de zafiros brillantes apretó sus labios, acción que hizo jalar sus mejillas las cuales dolieron, pues tenía lágrimas secas por todo su rostro.

El chico de la remera amarilla la miró y luego vió el cuerpo sin vida, había estado buscando a la pequeña todo el día, sin embargo, cuando por fin la encontró y fue conciente de la escena que tenía delante puso una mano en su boca para ocultar su rostro de sorpresa y algunas lágrimas se aglomeraron peligrosas sobre su rostro.

—Hola. —Fue lo único que atinó a decir.

—H-hola... —Su voz raspó su garganta y sonó tan rota como su corazón en ese momento. — ¿Hermano, puedes ayudar? Nina se ha lastimado y necesita que la llevemos al doctor. — Dijo acariciando el ya duro muslo del animal muerto.

El chico recién llegado simplemente no puedo evitar que se escurriera algunas traicioneras lágrimas.
Trago saliva y trató de hacer una sonrisa calmada.

—Eri, por supuesto que te ayudaré. Tu hermano mayor está aquí ahora. — Pudo decir con aparente seguridad.

—B-bueno... Pero necesitamos apresurarnos. — Hablaba tan bajito que Mirio se tuvo que agachar para escuchar bien.

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2022 ⏰

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