Orgel (WonHui)

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El domingo llegó. Un aura especial envolvía la mañana, cómo si hubiera una invisible neblina de tranquilidad y añoranza. Como un cambio aminorando su paso para que lo alcanzara estirando su mano.

Wonwoo se despertó con un ligero dolor de cabeza, de haber llorado tanto el día anterior.

Si no hubiera sido por Junhui, estaría aún peor.

Pero extrañamente sentía un alivio en su pecho, cómo si levantaran un peso de él.

La pesada carga de la soledad. De esa sensación de abandono que tenía, de que Dios o aquella divinidad que los humanos adoraban, no lo escuchara y todo fuera tan desesperanzador y agobiante.

Pero pudo levantarse de la cama y sonreír.

Ese día sería especial. Tenía otra promesa con Jun.

No sabía a dónde iría, pero estaría bien. A un lado de Jun, estaría bien.

Era un regalo del cielo, si así le podía decir.

Así que llevó la rutina de su día como normalmente hacía. Con un café en la mano y un libro en la otra, con la calma de la mañana y que los ruidos molestos e innecesarios no llegaban hasta él.

Con Juniper que no se había despegado de él después de aquel episodio de crisis. Su gatita durmió a su lado y lo siguió a todas partes en la mañana, esperando afuera del baño mientras él tomaba su ducha, debajo de sus pies mientras preparaba su café.

Sentada en su regazo, cuidando de él a su manera.

Su gatita hiperactiva, tan calmada cuando más la necesitaba.

Y entonces llegó a él, aquella realización.

Adoptar a Juniper fue en un inicio para que Wonwoo no estuviera tan solo y tuviera algo de compañía, en eso que sería un comienzo nuevo para sanar en la vida.

Pero no sólo aquella pequeña gatita había llegado, pues otro «Juni» fue presentado frente a él.

Cuando más lo necesitaba, con una presencia sanadora en simple esencia.

Y como si fuera un iluso, se le vino el concepto de las almas gemelas.

A Junhui no lo veía como un posible amigo para el resto de sus años venideros, ni un vecino con el cual compartir momentos casuales.

Veía en él algo más.

¿Una posible pareja, podría ser? Si la vida le sonreía en la cara, no podía pedir nada más.

Wonwoo, siempre solitario y recto, ahora estaba en una espiral de emociones directas de una parte de sí que podría llamar alma.

Y la suya estaba aferrándose a la de Junhui cómo si encontrarla fuera su objetivo desde un principio.

¿Realmente, en la peor etapa de su vida, tenía semejante oportunidad?

Sí, definitivamente era un regalo. Una bendición.

[ 🌸🌸 ]

Junhui llamó a su puerta, y cuando Wonwoo abrió, lo encontró en sus ropas casuales, pero aún en ese conjunto tan sencillo, lucía como una obra de arte.

Tal vez exageraba (pero realmente no lo hacía).

Le parecía curioso. Junhui vestido con sus ropas blancas y él con sus ropas negras.

"Hasta parecemos una pareja de un ángel y un demonio" pensó con humor.

Cuando salió de su casa, despidiéndose de su gatita, Junhui enseguida lo tomó del brazo, envolviendolo con sus dos brazos, pegado a él, con confianza que ya era muy natural entre ellos dos.