Silencio seguido del estallido de una risa, una risa inesperada ante el rubio que aún se mantenía aturdido por la reciente confesión o mejor dicho, desahogo por parte del chico frente a él.
Kim BeomGyu negó con desánimo, aún con una sonrisa burlesca en su rostro. Terminando por girar su cuerpo en dirección contraria a la que se encontraba, buscando salir de allí de inmediato, quizá volver a casa o perderse en las inmensidades de la ciudad como tantas veces lo había hecho, en soledad y silencio. Dejando a su repentino acompañante de pie detrás de él.
Jeon no supo cómo reaccionar, qué hacer o qué no hacer, qué decir o qué expresiones utilizar sin sonar o verse como un imbecil ante la mirada inexpresiva del pelinegro que lentamente se aleja de su lado, con tranquilidad y altanería. Definitivamente era un Kim y no cualquier Kim, definitivamente encajaba perfectamente con el legado absurdo y complejo que había dejado hablando su familia a lo largo de los años.
Al final de cuentas, por más que le gustase dejar en paz a las personas y no molestarles de la manera en la que no le gustaba ser molestado. Y por más que no conociera a aquel muchacho que decididamente se aleja de él. No obtuvo alguna otra idea que comenzar a caminar en su dirección, apresurando su propio paso a la vez que intentaba llamar su atención. Después de todo era el pequeño hermanito de uno de sus hermanos, era su deber no dejarlo solo.
—¡Hey, Kim!
El pelinegro frenó su paso, divisando como a sus espaldas, el rubio trotaba tranquilamente hasta su lugar. — ¿Necesitas algo?
—¿Quieres ir a un lugar no muy lejos de aquí? — el ceño fruncido del más bajo se hizo notar casi de inmediato —Prometo no hablar mal de tu familia — aclaró levantando sus manos al aire dispuesto a cumplir aquello. — al menos por unos 30 minutos.
—¿Donde es? — se cruzó de brazos con curiosidad en su rostro.
—Kim, ¿Has oído hablar sobre las carreras ilegales?
Debía de ser una broma, era algo completamente absurdo para el pelinegro confundido. Si había oído hablar de ello, pero, ¿A qué venía todo aquello? — Si, ¿Por qué?
—¿No quieres conocer a los amigos de tu hermano? — ¿Amigos? ¿Amigos de Taehyung? Apenas había logrado ver a uno, claro, un verdadero amigo y no uno de esos tantos que solo se pegaban a su hermano por el dinero.
¿Taehyung había conseguido verdaderos amigos durante su ausencia? —Les había dicho que no me aparecería por allí hoy, pero estoy seguro de que les alegrará la idea de haberte llevado a ti y más el día de hoy.—¿Por qué quieres llevarme? Crei que no te agradaba.
—Eres el hermanito de Tae, eres parte de nosotros, Kim.
—No creo que funcione así.
—Deja de cuestionar todo y acompáñame, es cuestión de arriesgarse, no debes de dudar por todo.
—¿La policía los ha atrapado?
—¿Acaso estoy encerrado? No, así que, ¿Qué dices, vienes conmigo?
Una sonrisa se plasmó en su rostro, esta vez más sincera, sin rastros de burla o falsedad. Siguiendo los pasos del mayor hasta su motocicleta, que con cuidado le entregaba en sus manos el único casco que traía con él.
—¿No es ilegal no llevar casco cuando manejas? — cuestionó dudoso, colocandoselo de todas formas.
—Te llevo a un lugar ilegal y me preguntas eso — negó repetidas veces — anda, sube sin preguntar tanto. — ordenó con calma subiéndose primeramente él y esperando a que el pelinegro repitiera su acción.
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Replay [YeonGyu]
FanfictionDesgracia o suerte, paralelismos entre dos historias completamente diferentes pero iguales a la vez. -Tu hermano fue la desgracia de esta familia, no te permitiré que hagas lo mismo que él. -¿Cual es tu miedo? ¿Acaso mi costosa educación no rindió...