Locura, libertad, auto sabotaje, sollozos e inclusive risotadas al aire en un escenario único para el pelinegro encapuchado que con ironía ríe luego de su último llanto repentino.
Balanceándose juguetonamente en aquel barandal que se mantiene firme en la orilla de aquel puente, sin intención alguna de saltar o caer, sin nada más allá de sentir vértigo o algo que despertara a su adormilada alma que al parecer no quería estar junto a él. Debía de ser aquello por lo que se sentía tan vacío su pecho, no había explicación lógica a algo como eso.
¿Qué cómo había llegado ante tal situación? Ni siquiera él lo sabía, pues las palabras de su padre aún hacían eco en su mente, las letras escritas en el diario de su hermano mayor también nublaban su juicio. Era el lugar, la oscuridad, el momento oportuno para liberar su locura misma. No había que pensarlo mucho, pues así era él.
No existía el miedo si no lo analizaba con detenimiento.
Cosquillas en su estómago y en su pecho debido a la adrenalina que lo invadía al estar en tal posición, prácticamente sujetando sus manos escasamente de aquel barandal resbaladizo. Podía caer si se lo permitía, podía realmente hacerlo y acabar con todo. Pero el sonido de aquel bocinazo aturdidor no se lo permitió.
Pues entre las luces que iluminaban las calles de aquel puente, la figura resaltante de aquel rubio quien se quita el casco con una velocidad incapaz de poder ver, apareció.
Había estado manejando de la misma forma por varios minutos, sin llegar a ningún lado, sin querer ir muy lejos ni estar tan cerca del resto de las personas que le recordaban su reciente pérdida.
Se había mantenido de forma neutral desde el aviso de la policía sobre la muerte de sus dos hermanos mayores ya que a Kim también lo consideraba de aquella forma. Yeonjun se había mantenido en silencio, sin poder decir una sola palabra al respecto, sin poder soltar alguna lágrima, en un estado de shock que prontamente se le estaba pasando.
¿Tenía pensado llorar para desahogarse? Quizá, pero no de una manera escandalosa cómo muchos imaginaran, sino de forma apaciguada, tranquila, de la forma en la que su Hyung lloraba cuando algo andaba mal.
La noche ya se había hecho presente y el camino que llevaba a la nada ya tenía un destino, bajo las luces la motocicleta lo encaminaba hasta un lugar que tranquilamente pasaba todos los días, pero que muy pocas veces se detenía a mirar con tranquilidad.
El puente del Río Han.
Frenando firmemente y sin disimulo alguno al verlo colgando de aquella forma.
La imagen de un muchacho encapuchado en las orillas más oscuras del puente se cruzó frente a sus ojos en un momento de distracción. Momento en el cual se replanteó miles de cosas a la vez, momento en el que frenó tocando bocina intentando llamar la atención de aquel tipo.
No hubo tiempo para detenerse a pensarlo mucho, arrojó su casco a una orilla, corriendo hasta el lugar en el que aquel pelinegro se encontraba.
—¡Detente!
Pues entre sus pasos y la oscuridad, al acercarse logró observarlo en un mero parpadear. Denotando aquello; sus cabellos tapando uno de sus ojos, su sonrisa desvaneciéndose poco a poco.
Lo había visto antes, estaba seguro de ello. En las fotos antiguas en las que se le veía sonreír junto a su hermano mayor, en los vídeos que su Hyung solía mostrarle, inclusive aquella misma tarde en la funeraria.
—¡Kim BeomGyu, detente! — su nombre había salido de labios ajenos y desconocidos, llamando su atención de inmediato, pues con un poco más de detenimiento el pelinegro también logró reconocer al intruso en su más reciente escenario lleno de locura.
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Replay [YeonGyu]
FanfictionDesgracia o suerte, paralelismos entre dos historias completamente diferentes pero iguales a la vez. -Tu hermano fue la desgracia de esta familia, no te permitiré que hagas lo mismo que él. -¿Cual es tu miedo? ¿Acaso mi costosa educación no rindió...