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El plan perfecto.

Sin fallas.

Obviamente Katsuki merecía el premio a la mejor idea para escabullir a un príncipe en el reino de los dragones.

Primero, le conseguiría una ropa distinta a la que siempre suele llevar, y luego despeinaría un poco su cabello para que nadie se diera cuenta que pertenecía al otro reino. Así todos pensarían que es un tipo de híbrido o uno de los que se transforman, pan comido.

El día llegó y ambos volvieron a encontrarse en aquel lugar donde los reinos se hacían uno solo, aún faltaba para el medio día así que todo salía de acuerdo al plan

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El día llegó y ambos volvieron a encontrarse en aquel lugar donde los reinos se hacían uno solo, aún faltaba para el medio día así que todo salía de acuerdo al plan.

Primero Katsuki lo llevaría a uno de los mercados del lugar donde comerían algún plato tradicional del reino, después le mostraría los géiseres que estaban cerca a un volcán dormido y finalmente irían al torneo que le había prometido.

—Pónganse esto —dijo tirando un par de prendas a los pies de Shoto e Izuku— debemos evitar que noten que son humanos.

Kirishima también estaba con él, por lo que los ayudó a ocultar sus prendas humanas entre unos árboles.

Una vez cambiados, los cuatro se adentraron aún más al reino. El calor era  insoportable, por más que aquellas prendas eran algo descubiertas, los humanos comenzaron a traspirar un poco, debido a la temperatura del ambiente. Simplemente no estaban acostumbrados a estar cera de tantos volcanes.

Katsuki se dio cuenta de la incomodidad de los humanos ante el clima, por lo que se acerco a un puesto ambulante y les compró un par de refrescos algo exóticos (o al menos lo eran para los visitantes).

—Esto esta delicioso —comentó Shoto al beber un poco— ¿Qué es?

—Extracto de higos salvajes —respondió Kirishima, ganándole al rubio— son frutos que sólo crecen cerca a los volcanes, tenemos mucho de eso por aquí.

—Tch. Después de un tiempo te aburres de ellos —se quejó Bakugo— los humanos tienen mas variedad de frutos.

—Pues, te traeré un poco cuando volvamos a encontrarnos en la frontera, sólo si tú prometes traerme un poco de estos higos.

—¡¿En serio?! —los ojos de Katsuki se iluminaron, podría comer más de esas deliciosas manzanas— Ejem... digo, esta bien supongo.

Izuku no pudo evitar reírse ante el repentino cambio de humor que el rubio había tenido.

—¡¿De qué te ríes enano?!

Ya era obvio que comenzarían a discutir, tarde o temprano, Katsuki siempre lo hacía y eso era algo que a Shoto últimamente le encantaba, era gracioso ver gritar a ese rubio de todo y de nada. Era muy diferente al carácter tranquilo y despreocupado que tenía el príncipe, supongo que es verdad lo que dicen: los opuestos se atraen y los contrarios se complementan.

The Border |La Frontera| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora