人柱 HITOBASHIRA || Jujutsu Kaisen || Itadori Yuji

CAPITULO 1.

El miedo nos hace cometer errores irreparables,

pero también es lo que nos hace humanos

Su cuerpo había sido robado por el rey de las maldiciones y segundos después este mismo le había arrancado el corazón causando la muerte de atador en el acto, todo enfrente de su amigo y compañero, Megumi.

El aviso de su muerte había corrido como la pólvora y en cuanto Gojo se enteró de esto su ira surgió, sabía que los altos mandos tenían que ver en esto, porque él sabía del miedo que le profesaban al contenedor de Sukuna, él sabía que esos vejestorios no eran de fiar y por esto mismo el miedo comenzó a surgir en algún lugar recóndito de su corazón. Sí habían sido capaces de matar a Itadori en una misión ¿Que le aseguraba que no la matarían a ella también?

Itadori jamás había dado indicios de perder el control o ser una persona peligros, ni siquiera tenía un motivo y aun asi... Sus manos tomaron rápidamente el teléfono en su bolsillo y de inmediato busco el contacto. Marco y espero, un tono, dos, tres y cuando iba a sonar el cuarto que a su vez daría pie a un nervioso Gojo, atendieron.

-¿Hola?

-¡Niña! ¿cómo estás? ¿Todo bien por allá? -una risita se escuchó atravesó del teléfono y eso de alguna forma calmo los nervios del albino.

-Yo perfecta, todo va bien, pero ¿y tú? Te oyes alterado... -Gojo rio sin ganas llevando su mano hasta la venda que cubría sus ojos.

-Estoy perfecto, pero necesito que vengas urgentemente, ahí un par de cosas que me tiene algo inquiero

La línea se quedó en un silencio que Gojo no interrumpió, sabía que la idea de tenerla en la academia tan pronto no le iba a gustar a su clan y que eso podría traerle algunos problemas, pero prefería tener que lidiar con los Kuroko a que le hicieran algo a ella.

Pasados unos minutos en los que no obtuvo ningún tipo de contestación decidido volver hablar con la esperanza de convencerla.

-Estaría más tranquilo si estas aquí -su voz había sonado seria-. Además, hace bastante que no nos vemos -agrego rápidamente volviendo a su tono relajado, a pesar de todo la extrañaba.

-Yo... Bueno, supongo que puedo volver antes, después de todo, el intercambio está bastante cerca.

Satoru noto la duda en su tono de voz, pero prefirió no decir nada, entendía que ella no sabía nada de lo que estaba pasando y por ende el por qué él pedía eso, aunque no pudo evitar la sensación de superioridad que lo invadió al ver que bastaba una llamada para que ella dejara su clan y fuera con él.

El albino se quedó hablando por teléfono unos minutos más antes de despedirse, no sin antes acordar la fecha y lugar a donde iría a recogerla.

-¡Nos vemos, Satoru! -se oyó antes de que la llamada se cortara.

Gojo guardo de nuevo su teléfono y suspiro, esperaba que los viejos no le tocaran ni un pelo a esa niña o entonces sí que los haría sufrir.