¿Qué pensarías si un chico aparentemente perfecto aparece de pronto en tu vida?
Y después de convertirte en su niñera, te das cuenta que quizá tú lo hiciste así por accidente al pedírselo a una estrella fugaz.
No, para nada, eso es demasiado estúp...
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Desperté en el sofá, cubierta con una suave y delgada manta, mi cabello estaba hecho un completo desastre como todos los días, la luz del sol lastimaba mis ojos; y tras pestañear un poco recordé que me había quedado dormida recargada en Damián.
Comencé a buscarlo desesperadamente por todos lados, mientras mi cara se ponía cada vez más roja al recordar el más mínimo detalle de la noche anterior.
— Veo que ya despertaste, y dime bella durmiente ¿Quieres desayunar? — Damián acaricio mi brazo suave y delicadamente —
— ¡¿Preparaste el desayuno?!
Me levanté de la sorpresa y vi de reojo la cocina la cual desprendía un aroma sencillamente hipnotizante
— Aja, no por nada tienes a tu chef personal. — Presumió alegremente alzando la vieja espátula de mamá —
— Bien "Chef personal" ¿Dónde está tu hermana?
— Se está cepillando el cabello, pero por lo que veo, a ti no te hace falta — Dijo con sarcasmo mientras sacudía mi cabello —
— ¡Cállate! Yo soy un alma libre.
— Lo que tu digas — Me dio un golpecito en la cabeza y regresó a la cocina —
Cuando reuní las fuerzas suficientes para levantarme del sillón, fui a mi habitación y me cambié, estaba realmente ansiosa por saber qué maravilla culinaria podía desprender un olor así.
Pronto la respuesta llego a mí, en forma de un banquete que incluía Hash Brown y Grits, tenían una apariencia sumamente apetecible y el aroma era aún mejor de cerca.
Damián me invitaba a sentarme y llamaba a Alia con un grito, debo admitir que las cosas estaban saliendo mejor de lo que me imaginaba, y me comenzaba a llevar mejor con él, realmente no puedo quejarme, todo lo que ha hecho es cuidarme, apoyarme y sobre todo cocinar cosas exquisitas, con un amigo así que más podría pedir.
— ¡Esto es delicioso! — Expresé totalmente fascinada por el sabor del Hash Brown — Deberías dedicarte a esto.
— Aun no lo sé...
Pude notar como Damián se puso más serio después de que mencioné lo de dedicarse a ello, por lo que no insistí con el tema.
— ¿Hoy iras a trabajar verdad? — Preguntó Alia mientras jugaba con su comida —
— ¡Es verdad!
Damián se levantó de golpe y termino de tomarse su café a las prisas y comenzó a preparar todas sus cosas
— Oye... — Alia se acercó a mi para susurrarme — Nos vamos a quedar solas...
No podía ocultar la malicia en su voz lo cual ocasiono que un escalofrío recorriera mi espina dorsal
— Oye no, no, no, no puedes irte, ¿Cómo que te vas? ¿Cómo se supone que controle a tu endemoniada hermana sin ti?
