Nuestros días felices

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Kai daba de vueltas por la mitad del pasillo, giraba sobre sus talones mientras pensaba en lo que haría para recuperar el cuerpo de su amada, tenía la opción de llevársela para darle sepultura pero con la condición de firmar el acta donde asentaba que Mitzyku Masefield se había suicidado y eso era algo que no estaba dispuesto a aceptar.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no escuchó los pasos avisando que alguien más se avecinaba.

-Eres un estúpido¡¡¡- las palabras le llegaron después de sentir un par de golpes sobre su rostro - La vergüenza de la familia¡¡-

-Ya déjalo padre¡¡¡- otra voz  llegó para defenderlo, aunque por los golpes Kai no podía distinguir la figura sabía perfectamente que se trataba de su padre y de su abuelo,

-¿Por qué siempre tenemos que pagar por sus estupideces?- con las fuerzas que le habían regresado a su cuerpo gracias a la adrenalina y la cólera , zangoloteaba el cuerpo de su nieto al cual sujetaba por el cuello -¿Dónde está Gou? ¿Dónde está ella?- exigía respuestas.

-Si lo sigues sacudiendo así no podrá decirte nada-  Susumu intentaba separarlo de su hijo, pero parecía a aquellos perros de pelea, que, una vez que se han clavado en la yugular ya no sueltan hasta desangrar - Él también está afectado con todo esto-  podía ver como el rostro de su padre se deformaba ante la ira.

Kai sentía que su cuerpo no pesaba, no oponía resistencia, como es que su rostro comenzaba a hincharse un poco y aunque no percibía el dolor sabía que aquellos golpes le cobrarían factura al pasar una hora maso menos - Ella...- apenas pudo decir mientras que sus ojos se quedaban fijos en algún punto perdido en la pared.

-Padre....por favor...- se escuchó la voz llorosa de su madre que miraba horrorizada la escena.

-¿De nuevo ustedes?- salió como un suspiro de los labios del comandante que ya estaba lleno de hartazgo del caso y de las peleas de los Hiwatari - Se calman ahora o me los llevo a los separos¡- alzó la voz y en ese momento el anciano soltó a su nieto empujándolo con una expresión de asco y decepción.

-Tus hijos¡¡¡- decía jadeando lleno de rabia - Tus hijos siempre ensuciando el nombre de nuestra familia - 

Susumu tomó a su hijo para que no cayera y al escuchar aquellas palabras sintió como es que el orgullo se transformaba en exasperación - Ellos han hecho todo esto porque tú los obligaste a hacer cosas que no deseaban¡¡¡- aquel grito salió de su pecho como si fuera fuego.

Misaki soltó en llanto amargo y doloroso por todo lo que sucedía, aun no podía asimilar que su pequeña hija había muerto y ahora todos se decían palabras hirientes.

-Les exijo que se calmen¡¡¡- de nuevo el comandante intervino y se colocó en medio de los tres hombres - En verdad no quiero mandarlos a todos a los separos- amenazó.

-A ese inconsciente si debería- el abuelo señaló a Kai quien parecía seguir en su propio mundo.

-Nadie ira a los separos....padre- sonaba un poco más calmado - Llevaré a mi hijo a casa, debemos curar sus heridas y debe descansar antes del velorio-

-¿Velorio?- por fin parecía reaccionar un poco -¿ Cual velorio? - miró a su padre confundido.

-Pues al de tu hermana- respondió Soichiro con reproche mientras se acomodaba las ropas - ¿Dónde tengo que firmar?- se dirigió a la máxima autoridad.

Kai gritó negando pues entendía lo que pasaría - Mitzy no se ha suicidado¡¡¡- se iba a ir contra el anciano, pero su padre lo sujetó con fuerza antes  de que se armara otra trifulca - Alguien la asesinó yo lo sé...ella no se pudo haber suicidado-

Los profanadores del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora