La bella que no despierta

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Brooklyn observaba el rostro pálido, la sangre estaba ya seca pero aún se podía ver aquel lugar donde impactó la bala que la llevaría a su amada con las musas de la muerte. Deseaba que fuera una pesadilla, una cruel broma del destino...que tuviera otra oportunidad de cuidarla y despertarla. Quería que ella volviera a abrir sus ojos,  , que sus pulmones de nuevo se llenaran de vida, que su corazón latiera con fuerza violenta aunque no fuera de amor por él, pero la quería de nuevo en este mundo.

-Disculpe...- aquella voz lo sacó de sus fantasías - Es hora de que nos la llevemos-  era uno de los trabajadores de la morgue que venían por ella.

-Si...- se inclinó para regalarle un último beso antes de que de nuevo cubrieran su rostro con aquella sabana blanca y la sacaran del cuarto frio para llevarla por el pasillo por fin fuera de la comandancia.

- ¿Quién se encargará del maquillaje y la ropa ? - preguntó la encargada.

-Su mamá...- dijo casi sin aliento - Supongo que ella ya está en el lugar- trató de mostrarse calmado aunque claramente un caos comenzaba a crecer en su cabeza.

-Muy bien, muchas gracias por contratar nuestros servicios - hizo una leve reverencia antes de marcharse y dejar al hombre en soledad mirando como es que la lujosa carroza fúnebre se llevaba a su bella durmiente.

- Sé que mi beso no te hubiera despertado pero en verdad lo anhelaba tanto- murmuró pasando su dedo índice por sus labios - Tengo que hablar con Gou...- bajó las escaleras y comenzó a caminar rumbo al departamento de Oliver en donde toda la familia Hiwatari estaba reunida.

🥀

Mitzy aún no procesaba la noticia que su madre la había dado hace unos momentos. Antes de darse cuenta su abuelo había mandado a traer miles de arreglos con sus flores favoritas para llenar toda la casa y sembrar nuevas en el kiosko.

-Estoy tan feliz- Brooklyn seguía al pie de la cama aferrado a la mano de la chica - Tendremos un bebé...un hermoso bebé - se recostó en las piernas de Mitzy.

La peli azul miraba a su mamá , una bomba de emociones contrariadas la había atacado al momento de recibir la noticia - Mamá... - con su mano libre busco la de la dulce Misaki quien la sujetó con fuerza entendiendo por todo lo que su pequeña estaba pasando y también porque ella misma experimentaba aquellos sentimientos encontrados...estaba demasiado feliz por ella pero preocupada por Kai quien no lo había tomado demasiado bien.

-No quiero tener a este bebé en Japón- exclamó con desesperación la chica - Por favor Brooklyn vámonos a Praga o a Ámsterdam...pero no quiero estar aquí durante el embarazo - miró suplicante al chico.

Aquella petición dejo intrigados tanto a la madre como al esposo , para Brooklyn no representaba problema alguno cumplirlo pues ya habían decidido no vivir en el mismo lugar que los Hiwatari. 

-Bueno...sabes que por mí no hay ningún problema - se acercó para acariciar su mejilla - Voy de inmediato a mover todo lo necesario para que pasando las fechas nos vayamos a vivir a Ámsterdam - se levantó y antes de abandonar la habitación le obsequió un dulce beso en la frente.

-¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué no quieres quedarte en Japón?- su madre la confrontó un vez que Brooklyn había cerrado.

Mitzy se puso bastante nerviosa , no sabía que decirle y por su cabeza pasaban miles de excusas para decirle - Simplemente no quiero...no podría soportar estar nueve meses con Kai- respondió soltando su mano para taparse su rostro en un tonto intento de ahogar su llanto.

-Es por tu hermano...- suspiró y se sentó junto a ella para tratar de consolarla sin entender cual era la verdadera razón por la que ella lloraba.

Mientras tanto Brooklyn se dirigía a la oficina de Soichiro para ponerlo al tanto sobre la decisión de ambos. Tocó la puerta y la voz del anciano tardó en permitirle el paso.

Los profanadores del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora