Recuerdo entre rosas

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- Ella no se suicido¡¡¡¡ simplemente no pudo ¡¡¡¡- exclamó Kai mientras golpeaba el escritorio del oficial, entre sus manos estaba aquella carta.

Giancarlo se mordía los labios mientras intentaba procesar aquella noticia tan terrible - Kai...- murmuró mientras se acercaba a él - Gou está escuchado todo afuera...- le susurró 

Aquellas palabras surtieron efecto en el peliazul, el pequeño estaba tan confundido como ellos y se había quedado con Oliver afuera esperando saber alguna razón sobre su madre.

-Siento mucho toda esta situación por la que está pasando usted y su familia, permítame darle el pásame por la perdida de su hermana - dijo con suma pena el inspector.

-Insisto- Kai tomó aire pues sentía se que se rompería en llanto - Ella no se suicidó y quiero que esclarezcan este asunto- arrojó la carta al escritorio - Está carta no me es suficiente prueba y exijo una averiguación- 

La verdad es que no deseaban abrir una carpeta pues el caso apuntaba a que era un suicido, pero sabiendo que la familia Hiwatari era una de las mas importantes a nivel mundial y que ese caso sería muy controversial aceptaron sin mucha gana y con pocas expectativas de que la historia fuera diferente. El inspector hizo un ademán para que Kai tomara asiento y Giancarlo salió para avisarle a Oliver sobre la situación. 

Gou miró a ambos tíos repitiendo que ya quería ver a su mamá y ambos no sabían que decirle aún.

-Primero...- Oliver se puso de cuclillas para estar al nivel del pequeño - Primero tienes que comer algo porque sé que no quisiste nada en el avión -

-Porque yo quería ir a comer con mi mamá- hizo pucheros - Mi tío Kai me dijo que iríamos a comer con mamá- 

Giancarlo acarició el cabello azul del niño...igual al de ella...igual al de él y sintió como si una piedra cayera directo en su estomago aplastando sus entrañas, reprimió el dolor que le causaba pues no deseaba perturbar al pequeño.

-Ven- Oliver le tomó de la mano - Vamos al restaurante para tomar un postre y esperar noticias de Mitzy-

-Pero a mamá no le gusta que coma postres antes de la comida- respondió con sorpresa y con cierta emoción pues ya se estaba saboreando uno de los deliciosos postres de su tío Oliver.

Giancarlo los vio salir del lugar y pensó que ahora si se quebraría pero pensó en que alguien más necesitaría su apoyo y que estaba del otro lado de la puerta. Entró de nuevo a la oficina para saber que más pasaba.

Kai estaba ansioso y se notaba en como su pierna se movía encima de la otra y en que tenía ganas de fumar pues jugaba con su encendedor.

-Muy bien señor Hiwatari...por favor puede contarme que fue lo último que supo de ella- dijo el inspector y Kai se quedó pensando...pensando, como si su cabeza fuera uno de esos cassettes viejos. ¿ Lo último que supo de ella? No lograba recordarlo, pero por el contrario a su memoria llegó la primera vez que la vio.

🌹

Kai tenía seis años y a pesar de que debería estar disfrutando una dulce infancia las circunstancias en las que estaba envuelto por su familia no lo dejaron pensar únicamente en juegos. Su padre "abandono" a la familia, según su abuelo, para seguir ideales tontos y siempre en sus momentos donde pensaba que fracasaría recordaba las palabras exactas que su abuelo le dijo a su padre " Es un perdedor".

Como su padre ya no era el siguiente en la linea de sucesión, desde tierna edad Kai formó un carácter un tanto solitario y lleno de responsabilidad, es por eso que cambio los juguetes por los libros y las tardes de juego por estudios y especializaciones...hasta el día en que aquella niña llegó a la mansión Hiwatari.

Los profanadores del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora