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Ya había pasado una semana desde que Delilah rompió en llanto con Jongho frente al teatro, pero su sentimiento no desaparecía. Ella había creído que desahogarse con su amigo le ayudaría a sentirse mejor, pero al parecer, se había equivocado.
De cualquier forma, hiciera lo que hiciera, continuaba cargando con ese extraño sentimiento de melancolía y la fuerte sensación de que estaba olvidando algo importante, y cada vez la hacía sentir más frustrada.
—Lilah, vamos por unas malteadas —sugirió Jongho cuando estaban concluyendo su horario laboral.
Delilah no se sentía completamente de ánimo para ir por malteadas, pero no quería quitarle la intención a su amigo, por lo que terminó por aceptar.
Salieron juntos de la Academia y emprendieron camino hacia su fuente de sodas favorita, que quedaba cerca del departamento de Delilah. No pudieron evitar pasar por el teatro que ya se había convertido en el martirio de la joven, ocasionándole más incomodidad y tristeza.
— ¿Todavía te sientes extraña con el teatro? —preguntó Jongho al notar la expresión tensa de su amiga.
—Es molesto —bufó ella, en un intento de liberar un poco de su frustración.
— ¿No has podido recordar algún suceso que pueda vincularse a ello?
—Estoy segura, Pomme, que no existe ningún suceso —respondió Delilah segura de sus palabras.
Porque era cierto, ya estaba completamente segura de que no había ningún episodio en su vida que tuviera que ver con ella y algún teatro. Por ese motivo sentía impotencia al no saber qué le sucedía al ver la edificación.
Continuaron su camino sin decir una palabra más, al menos hasta que llegaron a la fuente de sodas, donde pidieron sus malteadas de siempre y escogieron una mesa en la parte exterior del establecimiento.
Platicaron un rato mientras bebían sus malteadas. Jongho hizo su mejor intento para alejar los pensamientos tristes y el pesar de su amiga, porque no le gustaba verla así y, más que nada, le preocupaba su estado, siendo que ella siempre había sido una persona alegre. Delilah, por su parte, trató de despejar su mente y de olvidar por un momento todo el tormento que vivía en su cabeza y en su corazón, valorando los esfuerzos de su mejor amigo para hacerla sentir mejor.
Sin embargo, para cuando volvió a su departamento algunas horas después, todo volvió como si de un aguacero se tratara, sin poderlo evitar y sin tener si quiera la oportunidad de estar preparada para ello.
¿Por qué se sentía de esa forma?
Estaba cansada de rebanarse los sesos para dar con una respuesta a su estado, y estaba cansada de no saber qué era lo que le sucedía. Consideró, incluso, visitar a un especialista mental, temiendo que su problema tuviera que ver más con algo psicológico que alguna otra cosa, pero continuaba descartando la idea porque quería seguir creyendo que por sí misma encontraría la raíz de todo el enigma detrás de su sentir.
Intentó conciliar el sueño una vez que tomó una ducha y se vistió con su pijama más cómoda que tenía, pero ni con ayuda de eso logró dormir. Fue por eso que se levantó de golpe de su cama, acomodó su caballete y colocó su cuaderno de prácticas de papel de algodón en él. Se dirigió hasta su cajonera y de uno de los cajones sacó su estuche de acuarelas y sus pinceles, mismos que llevó hasta la mesita junto a su caballete. Acercó un recipiente con agua limpia, también.
Cuando terminó de preparar todo lo que necesitaba, acercó su taburete y se sentó frente a su cuaderno. Sumergió en el agua su pincel redondo del número cuatro, para luego mezclar un poco de acuarela de color azul índigo. Después llevó el pincel hacia el caballete y delicadamente lo deslizó sobre el papel, trazando algunas curvas y líneas libremente.
La luna trazó su trayectoria, y Delilah plasmó cuanto pudo en su lienzo, haciendo todo lo posible por concentrarse en su pintura y en nada más, al menos por ese momento.

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He vuelto después de un tiempo... El trabajo ha consumido gran parte de mi tiempo y no había tenido oportunidad de sentarme, inspirarme y escribir...
He de confesar que mi técnica de pintura favorita es la acuarela. Creo que por eso se la he transmitido a Delilah jaja aunque estoy segura de que ella es mejor artista que yo, porque hace buen tiempo no uso mis pinceles...

Mairim

RECUERDOS DE SANGRE [SEONGHWA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora