IV

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—Alteza, lleva una semana siguiendo a esa humana —mencionó una voz detrás de Seonghwa.

Él la ignoró. Se trataba de uno de sus guardias reales que lo acompañaba en su viaje: Yunho, un vampiro de estatura alta y cabello rojizo oscuro. A su lado estaba Mingi, otro vampiro que también hacía de guardia real del príncipe, ligeramente un poco más alto que Yunho y con su cabello rubio cenizo; ambos vampiros tenían los ojos similares a los de su príncipe, rasgados —aunque Mingi los tenía mucho más— y oscuros con motas en tono rojo.

—Además, debe dejar de andar por su cuenta —reprendió Mingi —. Sus padres nos enviaron para cuidarlo, no para estarlo buscando.

—Shh.

Seonghwa levantó su mano dándoles la instrucción a sus ciervos de que guardaran silencio, pues intentaba descifrar lo que la chica que creía era Emilie estaba pintando.

—Alteza, esa chica lleva por nombre Delilah —informó Yunho, aventurándose a ganarse un regaño de su príncipe —. No creemos que sea Emilie.

Seonghwa se volvió para fijar una mirada intensa en Yunho, quien captó de inmediato el mensaje. Mingi se encogió de hombros mientras veía a Yunho, sabiendo que el príncipe era tan obstinado, que no se daría por vencido hasta saber lo que quería.

Los tres vampiros se encontraban dentro del taller de la academia, donde Delilah estaba pintando mientras esperaba a su amigo Jongho. Seonghwa estaba muy interesado, porque lo que estaba apareciendo sobre el lienzo era muy similar a un lugar muy cercano a su reino, y el lugar en el que había conocido y convivido con Emilie durante mucho tiempo.

—No puede ser una coincidencia que esté pintando Hebneau sin saber que existe argumentó el príncipe, pensativo —. Ningún humano sabe de ese bosque.

—Realmente no sabemos si ningún humano lo ha visto —dijo Yunho.

—Pues en trescientos años no hemos vuelto a saber de alguno —respondió Seonghwa con firmeza.

— ¿Y si hay más humanos que lo han visto, y lo han descrito o algo así? —opinó Mingi. —Quizá esta chica está reproduciendo la descripción de alguien.

Seonghwa miró a Mingi con el ceño ligeramente fruncido, porque sabía que podía tener razón. Y eso le hizo sentir una opresión en el estómago.

~

—Lilah, pensé que ya estarías en casa, es tarde —dijo Jongho al entrar la taller.

Las horas habían pasado, y tanto los vampiros como Delilah se habían quedado absortos en la pintura que no se habían dado cuenta de la hora.

Los tres inmortales se volvieron sincronizados a ver al dueño de la voz. Delilah también lo hizo.

—Perdí la noción del tiempo —reconoció.

— ¿Dónde es? —preguntó Jongho luego de que se acercara a Delilah y contemplara su pintura un momento.

—No lo sé, realmente —respondió Delilah pensativa —. Creo que sólo estaba imaginando.

Al mismo tiempo, Yunho y Mingi dirigieron su mirada hacia su amo con una mezcla de preocupación y pena. Seonghwa, en cambio, sólo mantenía la vista fija en Delilah.

—Parece un lugar interesante y misterioso —mencionó el muchacho.

Después de eso, Delilah y Jongho recogieron y ordenaron el taller y salieron juntos. Por supuesto Seonghwa se apresuró a seguirlos, y detrás de él fueron Yunho y Mingi.

Ya era de noche, la calle estaba iluminada por los faros y pasaba uno que otro ciclista transitando.

— ¿Qué tal el ensayo? —preguntó Delilah, quien iba junto a su amigo, unos pasos adelante de Seonghwa.

—De maravilla —respondió él —. Estoy más que listo para el concierto.

Siguieron hablando del concierto algunos metros más, mientras Seonghwa y sus ciervos caminaban pendientes detrás. Delilah se detuvo, lo que extrañó a Jongho, pero se dio cuenta de que miraba el teatro de construcción simple pero con algunos detalles arquitectónicos de estilo barroco que se alzaba sobre la acera.

Pomme* —llamó ella. (Nota al final)

Jongho se acercó y sintió la inquietud en su amiga.

— ¿Sucede algo? —le preguntó.

Seonghwa miraba y escuchaba atento a Delilah, esperando cualquier indicio que le pudiera resolver sus dudas; el teatro y la pintura no podían ser sólo coincidencias.

— ¿Alguna vez me pasó algo en un teatro? —formuló ella, un poco nerviosa, pero sintiendo lo mismo que había sentido el resto de la semana con respecto al teatro.

—No recuerdo nada, Lilah —le respondió.

— ¿Nunca te conté sobre algo que haya vivido o que me haya marcado, hablando de teatros? —insistió Delilah.

—Tus padres no solían llevarte —explicó Jongho —. Incluso después, ni ahora, no sueles visitarlos.

—Lo sé —confirmó ella, sintiéndose derrotada —. Lo sé... Pero —hizo una pequeña pausa y luego dejó escapar un suspiro. —Cada vez que veo un teatro siento una familiaridad muy extraña. Sólo que desde la semana pasada siento además una melancolía que no entiendo.

— ¿Melancolía? —repitió Jongho, confundido.

—Sí... —reconoció Delilah. —Pero es muy raro... Porque tengo la sensación de que ignoro algo importante.

El corazón de Seonghwa dio un brinco al escuchar las palabras de Delilah.

—O de que no recuerdo algo... —agregó.

La voz de Delilah se quebró un poco al final de su oración, y sus ojos empezaron a empañarse. No tardó en dejar escapar un sollozo, lo que lastimó a Seonghwa.

El príncipe estiró su brazo y extendió su mano, dispuesto a alcanzar a Delilah para ofrecerle consuelo, pero Yunho lo detuvo sosteniendo su muñeca antes de que eso sucediera.

—Discúlpeme, alteza —dijo él agachando la cabeza —. Podría alterarla más.

Seonghwa apretó el puño libre en señal de impotencia, puesto que su guardia estaba en lo cierto. Los humanos no podían ver a los vampiros, pero sí podrían sentirlos en caso de entrar en contacto. Cuando eso sucedía, para la mayoría resultaba algo extraño y terminaban creyendo que lo habían imaginado, pero Delilah estaba algo inquieta y alterada en ese momento, comenzando a llorar, que Yunho tenía razón y podría hacerla caer en un estado peor.

Molesto consigo mismo, y con toda la situación, el príncipe no tuvo más opción que retroceder.

Fue en ese mismo momento que Jongho se acercó a ella para rodearla con sus brazos, logrando con eso que Delilah rompiera en llanto.

—Es que no entiendo qué sucede, por qué me siento así —expresó entre sollozos.

Jongho no sabía qué decirle, por lo que sólo continuó abrazándola y sobando su espalda para intentar consolarla y tranquilizarla un poco.

Seonghwa, en cambio, estando completamente seguro de que ella, si bien no era Emilie, sí estaban relacionadas de alguna forma, sólo observaba con el ceño fruncido y los labios apretados a Delilah siendo confortada en un momento difícil por otro, y no por él. 

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*Pomme es una palabra en francés que significa manzana. Se pronuncia "pom" (con la o un poco alargada). Bueno, no sé francés realmente jaja pero me agradó la idea de que la protagonista se dirigiera hacia Jongho con un apodo de cariño (sin cambiar el que ya conocemos, apple) en ese idioma debido a que están en París, así que espero que el traductor no me haya fallado xD 

Y... ¿Qué les va pareciendo? 👀 

Mairim

RECUERDOS DE SANGRE [SEONGHWA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora