RECUERDOS DE SANGRE [SEONGHWA]

VI

A pesar de las recomendaciones de Yunho y Mingi, Seonghwa no dejó de lado su afán por seguir a Delilah y descubrir su parentesco con Emilie. En ese momento, los tres se encontraban del lado contrario de la acera en la que Delilah y Jongho bebían sus malteadas. —Alteza, si los humanos pudieran verlo, seguramente pensarían que es usted un acosador —comentó Yunho en tono cansino. El príncipe dirigió una mirada severa a su ciervo, quien agachó la cabeza en señal de disculpa por su comentario atrevido. —Hyung tiene razón, Alteza —secundó Mingi —. Creo que debería dejar de perseguir a esa humana. —No hasta que sepa con certeza qué relación tiene ella con Emilie —respondió un muy obstinado Seonghwa.Mingi intercambió una mirada exhausta con Yunho, ambos sin saber cómo persuadir a su príncipe para que dejara de seguir a Delilah y continuaran con su viaje. O, en el último de los casos, volver al reino. — ¿No sería más fácil si le pregunta directamente? —planteó el vampiro más alto, esperanzado. —No puede —se apresuró a responder Yunho —. Mientras no exista un vínculo entre ella y nosotros, la señorita Delilah no podrá vernos jamás. — ¿Entonces cómo pudo hacerlo Emilie? —se preguntó Mingi ladeando la cabeza.—El rey dijo que Emilie había nacido con un don muy peculiar —explicó el de mechones rojizos —, uno que le permitía ver cosas que los humanos normalmente no ven. —Como los vampiros especiales —agregó el príncipe.—Es decir, usted, Alteza —dijo Yunho con orgullo —. No cualquier vampiro puede usar la telequinesis.Seonghwa asintió levemente al comentario de su ciervo, aunque en realidad le hacía sentir un poco incómodo que lo destacaran. Como fuera, Yunho tenía razón respecto al motivo por el cual Emilie sí había podido verlo en aquel entonces, y sin algo que los vinculara a él y a Delilah, ella jamás podría verlo, lo cual significaba un obstáculo para descifrarla. —Lo cierto de todo esto es que, si sus padres supieran lo que está haciendo, no volverían a dejarlo salir —opinó Mingi dirigiéndose a su amo. —No tienen por qué enterarse —replicó Seonghwa —. Mientras ustedes no le informen, claro. Los tres vampiros pasaron parados en la acera el mismo tiempo que Delilah y Jongho estuvieron bebiendo sus malteadas, hasta que se dirigieron cada uno a sus hogares. Por supuesto, Seonghwa y sus ciervos siguieron a Delilah, al menos hasta el exterior del edificio de su departamento porque, aunque Seonghwa la seguía a cualquier parte, respetaba totalmente su privacidad.Se empezaba a sentir muy frustrado, porque estaba seguro de que Delilah lo recordaba, si bien ella no estaba consciente de ello, y necesitaba saber por qué sucedía eso después de haber pasado trescientos años de la muerte de Emilie. ¿Ella era la reencarnación de su Emilie? ¿Qué relación tenía con ella? ¿Lo recordaba a él? ¿Cómo era eso posible?Las dudas aumentaban con cada minuto que pasaba, y necesitaba aclararse todo cuanto antes, para que pudiera estar tranquilo, y para que pudiera ayudar a Delilah a quitarse esos sentimientos que la atormentaban.

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Aww Seonghwa... Dentro de poco se resolverán tus dudas, y las de Delilah también. ¿Ustedes qué piensan? ¿Por qué les estará sucediendo eso? Ya lo descubriremos...Mairim