"Pero yo sé que él me quiere a mí, y que juega contigo."
Cuatro miembros de la familia Hale lograron sobrevivir al incendio, pero jamás nunca pudieron volver a ser lo que alguna vez fueron, en especial Peter y Derek.
No obstante, estaban unidos y es...
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—¿Por qué no tomas asiento, tío Peter? —interrumpió Laura, con aquella mirada que reflejaba la palabra "regaño", posiblemente heredada de su madre. Después miró a Stiles, sonriéndole con dulzura. —Hola Stiles, yo soy Laura, la prima de Malia. —se presentó mientras se ponía de pie para servirle algo de refresco a todos. —Me alegra mucho que estés aquí, ella no suele traer a sus amigos.
—¿Me pregunto por qué? —preguntó la coyote con sarcasmo, y Cora sonrío levemente ante eso.
—Oh, estoy muy complacido de estar aquí, todos ustedes son muy agradables. —dijo el chico, con voz suave.
Peter ya se había sentado en su lugar, algo enojado, estaba cortando un trozo de carne cuando vió la oportunidad de devolverle el favor a su sobrino. —Oh sí, lo somos, muy agradables, a excepción de mi sobrino Derek, claro está.
El pelinegro gruñó mientras bajaba la cabeza avergonzado, sus mejillas se colorearon un poco cuando sintió la mirada del chico puesta en él, así que intentó concentrarse en su comida para distraerse.
—¿Realmente? —indagó el castaño, con un tono demasiado descarado para un omega. —Malia, cuando mencionaste a tu adorable primo ¿Te referías a Derek?
Cora resopló, muy divertida, Peter también lo hizo, pero fue menos sutil, incluso parecía estar riéndose en silencio. En cambio Derek quedó paralizado, con sus mejillas realmente rojas.
—¡Oh, sí! ¡Te dije que era muy guapo! ¡¿Ya ves?! —exclamó la adolescente en respuesta, sonriendo a su amigo en tanto comía un poco de ensalada.
Esta vez; fue el turno de Stiles de ruborizarse.
—¡Pues claro que Derek es guapo, es un Hale! —afirmó Peter, levantando las manos mientras cerraba sus ojos en un gesto arrogante, con su sonrisita siempre presente. —No obstante, es obvio que yo soy aún más guapo. ¿No lo creés, Stiles? —desafió, dándole una mirada sexy al pequeño omega.
El niño no sabía que hacer, ni tampoco tenía idea de cómo se dió esa situación, su expresión denotaba lo aterrado que se encontraba y su rostro se hallaba muy rojo.
—Ohh, emm... Yo creo que ambos son muy guapos. —finalmente dijo, casi en un susurro, metiéndose un pedazo de tomate en la boca y desviando su atención.
Peter sonrío triunfante, bebiendo un sorbo de vino de su copa. Derek sintió como su lobo se pavoneaba orgulloso al saber que el omega lo consideraba atractivo. Pero luego, como si ambos se hubieran percatado repentinamente de algo; se dieron una mirada que nadie descifró.
