No más pechos fríos

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Podré ser muchas cosas,

pero tibia no me criaron,

me enseñaron que es de cobardes no arriesgarse.

y que al sentir de la saeta,

los pechos fríos jamás arrostraron,

perdiéndose un mundo mágico,

de aventuras que jamás fraguaron.

A mi me enseñaron a jugármela,

a no vivir abrazada del miedo,

a comprender de dónde viene,

acariciarle la frente, a tomarle de la mano y decirle:

-Te vienes conmigo, aquí no me detienes.

Me enseñaron a amar profundamente,

a no tener miedo a mostrarme,

a que mi fortaleza es saberme sensible,

a arriesgarme con proeza,

a no llevar una bandera de hielo y ambigüedad a mis conquistas,

a entregarme con entereza.

Me enseñaron a abrazar la intensidad,

esa que recorre por mis venas,

a plasmar en letras y en colores,

a darme sin recelo, a manos llenas.

Y aún sabiendo que puedo salir lastimada,

con las rodillas sangrantes y las ideas sesgadas,

con el corazón deslustrado,

y sintiéndote cual mariposa arrollada,

me aferro a lo que aprendes en la caída,

cuando notas que se te han roto las alas,

cuando solo quedan las memorias que destartalas,

de a poquito, desgarrándote pero sin lugar a dudas,

transformándote, metamorfoseándote.

Agradezco la intención y la propuesta,

pero la rechazo con firmeza,

más no creas ni un momento que no me cuesta.

pero no estoy para dar amor, a cambio de avoleza.

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2022 ⏰

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