Estoy saliendo con alguien.

148 19 2
                                    

Estaba tan cerca de la victoria.

Iba a ganar de una forma tan grandiosa para limpiar todos los rumores e incluso hacer que Moriyama y Renzo fueran noticia vieja.

Sus pensamientos de ganar abrumaron todos sus sentidos sin darse cuenta de la presencia a su lado. Tras ser empujada trastabilló irremediablemente mientras caía hacia adelante golpeándose con la batuta en la frente.

El dolor la inundó desde el lugar del impacto hacia todo su cuerpo, pero nada dolía más que su orgullo ¡Estuvo tan cerca! Sintiendo los pasos de la gente acercarse con velocidad hacia ella, además de los gritos preocupados a su alrededor, ponderó detenidamente qué era más vergonzoso:

Levantarse y hacer de cuenta que no pasó nada, a pesar de las burlas seguras. O... Jugar al desmayo evitándose algunas risas.

Cualquiera que fuera su decisión, la multitud se encargó de cerrar la probabilidad uno. Había perdido la oportunidad de levantarse con suficiente confianza ahora que estaba completamente rodeada. Sintió un dedo posarse en su mejilla, picando un par de veces con cuidado. Sin poder evitarlo le temblaron las pestañas debido al desconcierto.

Luego sintió movimientos en su persona, como si alguien quisiera levantarla. Por instinto llevó los brazos alrededor del cuello de quien la estuviera cargando ahora, encontrando cierto aroma familiar. Los susurros no tardaron en hacerse sonar mientras algunas chicas suspiraban con emoción ante aquella vista, aumentando su curiosidad.

Pido oír expresiones como:

Toma una foto

Vamos saca tu celular y hazles una foto

Apresurate

Woah...

¿Quién la cargó? Como aún llevaba el bastón de relevos, su rescatista dió un pequeño suspiro y le dijo a tono bajo —Suelta el bastón por lo menos— entonces identificó esa voz baja y profunda que Rin Okumura no solía usar a menos que estuviera serio. Así que su "paramédico" era él. Tenía sentido, ya que parecía cargarla como si no pesara nada además de ese olor característico del joven.

Ella hizo caso a sus palabras soltando la batuta, así, Rin la cargó hasta la enfermería mientras sus compañeros de curso murmuraban lo varonil que se veía él y lo delicada que lucía ella en sus brazos. Un material para pareja de ensueño.

En la enfermería, Rin le indicó a la enfermera lo que pasó, a lo que le respondieron que Izumo necesitaba descanso. Rin se marchó para terminar las actividades escolares permitiéndole al médico ponerle un bálsamo analgésico en la frente. La de ojos carmesí no pudo evitar sentirse aliviada por la sensación refrescante del ungüento.

Una vez la enfermera se fué, olvidó toda sensación relajante antes de erguir su cuerpo para sentarse. Buscó su celular abriendo su cámara llevándose una imagen fea a sus ojos. En la frente tenía un círculo morado producto del golpe, aunque su flequillo le cubría la mayoría de la frente, todavía se podía distinguir sin mucho esfuerzo —¡Ah!— dio un grito ahogado comenzando a pelearse con la sabana enredada en sus piernas.

Una gloriosa victoria la había vuelto el hazmerreír en su lugar ¡Detestable!

Después de su batalla con la tela escuchó pasos venir en su dirección, de inmediato se acomodó en la camilla poniendo en orden la frazada y su almohada. Sonidos que pudo identificar como llanto se oyeron cada vez más cerca. Los pasos rápidos se detuvieron justo a lado de su cama, para ese momento ya se encontraba fingiendo desmayo aún.

—Izumo...— la empalagosa voz de Shiemi resonó llena de culpa —Es todo por mí. Que empezaramos a salir debió conmocionarla tanto para hacerla colapsar— lloró observandola con los ojos llenos de lágrimas.

 ¿Están saliendo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora