El viento frío acaricia el mundo y consigo lleva la noticia hasta Alune, quien sorprendida de este gran cambio en el semblante de su hermano trata de imaginar las razones que motivan a su hermano; se apresura en contestar la carta de su madre con las buenas nuevas, así como también para informarles que el grupo al que pertenece participará en una feria como asistentes, será su primera vez en años fuera del claustro, quizá así podrían organizar un "encuentro casual" para su familia, llena de emociones y mariposas en el estómago, sella la carta y reza por poder volver a ver a su madre y hermano.
Mientras que en el palacio, las cosas se ponen cada vez más difíciles para el príncipe y su inquilino.
-Puedo preguntarte algo Phel? Ya que comemos juntos, dormimos juntos y hablamos, consideraré no matarte pronto si contestas mi pregunta- Sett empieza la nueva agotadora conversación para Aphelios, quien se está acostumbrando poco a poco a volver a hablar, aún necesita pausas para no torturarse demasiado, quizá sea por su soledad perpetua o por sus escasas ganas de vivir, pero en este corto tiempo, empieza a tenerle cierta estima a Sett.
Acomodándose en el pasillo que colinda con el jardín, invita a este nuevo conocido a pasar el rato con él, agradecido de que sus clases no se retomarán hasta dentro de 10 días. -Pregunta lo que gustes. Contesta brevemente.
-Vas a seguir creciendo? Dice inquisitivo. -Lo dudo. Responde Aphelios sin dirigirle la mirada.
-Porqué te dan tanta comida si vives solo? Vuelve a mirarlo con más énfasis. -Costumbre- musita arrastrando las puntas de sus dedos en la nieve.
-Porqué no hablas como los demás? Sus preguntas son más y más incómodas para el contrario. -Por Alune...
-Quien es Alune? La intriga empieza a desesperar a Sett. -Es tu pareja? La extrañas? Porqué no está contigo? Es bonita? La rafaja de preguntas agobian a Aphelios, suspirando después de tantas palabras solo lo mira con expresión de frustración.
-Es mi hermana, la dejaron en... Una torre muy lejos de aquí, no la he visto en... A..ños y...jam....as la vol..ve..re a... ver.El sobre esfuerzo cobra su deuda con las cuerdas vocales del príncipe, vuelve a tocarse el cuello con ambas manos mientras cierra los ojos con fuerza.
-Es una princesa! Cómo la de los cuentos de Hadas! Mi madre me habló de ellas, siempre esperando a que el príncipe las rescate, malditas desde el nacimiento!
-En eso tienes... Mucha razón.
-Pero eres su hermano, normalmente el príncipe que la rescata se casa con ella, no sé cómo sea aquí, pero de dónde yo vengo eso sería muy raro!!!- mientras habla sobre sus memorias, se levanta a toda prisa para traer más ungüento y frotarlo en el cuello del muchacho que permanece inmóvil en su lugar.
-Amo a mi hermana, pero no de esa manera... Es alguien importante, como la luz del sol, como la brisa de primavera.. ella es ... Magnífica
-Y si es tan importante, porque no has hecho nada para salvarla? Esa última oración descoloca algo dentro de Aphelios, quien se había recluido en su propia miseria y había deseado un futuro diferente, no había intentado ni una sola vez sacarla de ahí... Sabía que su falta de poder le jugaría en contra, aun así era inexcusable, este extraño que apenas conoce parece tener más fuerza de voluntad sin conocerla que este hombre que la adora desde que tiene memoria.
-No es tan simple...- una enorme mano le impide seguir hablando, mientras que otra embadurna su cuello de ungüento.
-Ya cállate, los hombres débiles me enfurecen, dices que es importante y no haces nada, lo único que se te ocurrió fue dejar de hablar? Vaya hermano tiene Alune, quizá sea mejor que siga en la torre, si te viera todo pálido y débil de seguro se avergonzaría del adefecio de príncipe que se supone debe rescatarla. Torpe, inútil, débil, pequeño hombre pálido!

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huellas en la nieve
RomanceDos personas que no deben estar juntas, confabulan para liberarse mutuamente del yugo que los aflige desde su nacimiento.