La venganza es siempre más dulce cuando se espera por un tiempo tan largo como la eternidad. "Ellos" debido a la incapacidad de su creador de escribirlos correctamente sufrieron encerrados en una cárcel, en la imaginación más abstracta, en el subconsciente de una persona desequilibrada. Con la oportunidad de vivir ahora frente a sus ojos sin forma, no había manera de que se mantuvieran quietos, no cuando por fin podían ser liberados.
¿Cuántos eran? En ese momento e incluso ahora es imposible llegar a contarlos, pero si son resaltables aquellos que más asemejaban una figura humana, esos eran alrededor de ocho o nueve.
Al escuchar las voces, Julián no pudo hacer más que levantarse espantado del escritorio, dejando de lado la tristeza que hacía segundos le invadía.
— ¡¿Quién está ahí?! ¡¿Qué estás haciendo en mi casa?! ¡No estoy solo, y ya llamé a carabineros! ¡Si me haces algo te van a encontrar muy rápido! ¡Aunque salgas ahora te van a agarrar! — Por supuesto era mentira, pero su temor de ser víctima de una tragedia incluso peor que un despido terminó por darle valentía.
— ¡Nos escuchó!
— ¡De verdad nos escuchó!
—¡Es un milagro!
—Por supuesto que lo es, ese hombre es Dios.
—Me niego a aceptar a ese hombre como superior, todos los seres somos iguales y deberíamos vivir como tales, este hombre ha abusado de su poder sobre nosotros a pesar de ser también una persona. La religión nos mata ¡¿Que no se dan cuenta?!
— ¡Cállate comunista! ¡Tú deberías seguir amarrado en su mente! ¡Si tanto lo niegas pruébame quién creó tu existencia!
—Me carga cuando el facho se pone a hablar con el revolucionario ¿Es que nadie piensa ya en el amor que deberíamos profesarnos entre todos? El amor es lo más bello de la existencia y ustedes por política y religión lo asesinan.
— ¡Cuando cumplas la mayoría de edad háblales! Ellos son los mayores, respétalos por una vez ahora que estamos en presencia de Dios.
—Ya les dije que me niego a aceptar que ese hombre sea nuestro Dios ¡Dios es un invento para manipularnos y él lo cree también! Esa es la prueba de mi existencia.
"¿Es más de uno? ¿Qué hago entonces? ¡El baño! ¡Me encierro en el baño y llamo a carabineros!" Pensó Julián mientras corría a convertir su pensamiento en acción.
Los oficiales, al responder su llamado le reprendieron severamente. El pobre se llevó una gran sorpresa al enterarse de que su casa estaba vacía y que si volvía a repetirse el hecho se le tomaría como un llamado de broma, después de todo las puertas y ventanas estaban cerradas, nada había sido forzado y su estado mental era cuestionable.
De nada le sirvió tratar de explicar que múltiples personas habían tenido una conversación dentro de su hogar, y que a pesar del estrés se encontraba en pleno control de sus facultades mentales. Nadie le creyó y era normal, los uniformados se hubieron ido en menos de media hora, aconsejándole al hombre dormir más.
Por supuesto como cualquier ser asustado pasó la noche en vela, por si alguien volvía a intentar aparecer sorpresivamente, pero nada pasó, nada además de haber malgastado sus preciadas horas de sueño antes de un día importante.
A la mañana siguiente salió medio dormido, no colocó el pestillo de la puerta y olvidó su chaqueta. Mientras caminaba cruzó la calle mal en dos ocasiones y casi fue atropellado por un bus del Transantiago, pero logró sobrevivir hasta llegar al establecimiento donde impartía clases.
Las notas ya estaban puestas en los promedios y con los niños de vacaciones, solo le quedaba rezar por conservar su trabajo mientras apenas aguantaba no cerrar los ojos durante las reuniones. Cuando llegó el momento de hablar con la Jefa de UTP y la Directora, solo lloró y rogó como si su vida dependiera de ello, esperando despertar en lo profundo de sus indolentes corazones algún tipo de compasión.
—Les prometo que el próximo semestre seré mucho más capaz, haré todo lo que esté en mis manos para que los muchachos aprendan correctamente los contenidos. Ellos son lo que más me importa en el mundo, si no puedo ser un buen profesor ¿Qué más podría llegar a ser? Mi vida se basa en ellos y en lograr que se conviertan en personas ejemplares en el futuro, por favor denme otra oportunidad. —Dijo casi de rodillas con una actuación perfecta, cualquiera no habría si quiera podido dudar de la veracidad de sus palabras.
—Él es bueno mintiendo ¿Lo vieron todos? Les dije que esto no puede ser un Dios, es solo un ser despreciablemente orgulloso de su individualismo.
—Ya te he dicho que debes amar todas las cosas sin importar tus ideologías. Esta faceta repugnante de Dios ¿no es también hermosa? Hemos nacido de aquella imperfección y estando aquí podemos comprender que incluso en lo divino no hay algo perfecto, esta es una hermosa revelación, no es más que otra forma de decir que solo se puede amar lo imperfecto.
—Pensé que incluso tu romanticismo adolescente tendría un límite, pero me he equivocado. En mis tiempos no habrías sobrevivido, realmente no podrías luchar por la revolución.
— ¡Claro que no podría! Yo no creo en las revoluciones, solo creo en el amor que deberíamos sentir por existir. No habría sobrevivido a tus tiempos, pero bien que lo hice a los míos, que no se te olvide que aunque tengo quince años, yo nací en el siglo XIX, mientras que tú en el XX.
—Solo cállate, no sé quién me enferma más, tú con tu estupidez disfrazada de inocencia o el facho que cree puede convertirme a su horroroso sistema capitalista.
—A mí me enferma la política, y tú solo existes por ella...
—Quédate callado, creo que nos escuchó...está mirando para acá.
—Señor Julián, tranquilícese no lo vamos a despedir, solo queríamos hacerle notar su falta para que pueda mejorar. —La Directora se acercó al profesor y trató de mirarlo a los ojos, pero no lo consiguió—. ¿Señor Martínez? ¿Me podría decir hacia dónde está mirando?
Julián con los ojos pegados en una esquina apuntó con el dedo índice hacia el foco de su atención —Ellos...esos dos jóvenes que están ahí ¿Quiénes son? ¿Usted los conoce? Creo que se han metido a mi casa ayer por la noche, fue terrible y la policía no los pudo encontrar...Estuve realmente asustado. —Trató de explicar.
La Directora sorprendida y tal vez con miedo por la posible locura del trabajador que tenía en frente, puso su mano derecha sobre su hombro —Señor, ahí no hay nadie. Solo nosotros tres estamos en la habitación ¿Está durmiendo adecuadamente? ¿Necesita tal vez algún tipo de ayuda externa a la institución?
—No necesito ayuda. Es cierto que no dormí, pero definitivamente ahí hay parados dos muchachos ¿Cómo me va a decir que allí no hay nadie? ¿Me están haciendo una mala broma otra vez?
Incluso la Jefa de UTP, que usualmente guardaba silencio para no demostrar ignorancia, no pudo ocultar su expresión de sorpresa ante las declaraciones del pobre Julián.
Y es que para cualquier escritor sería difícil asumir que sus personajes mal desarrollados se han convertido en realidad para vengarse de su negligencia como autor.
Extraño o perturbador, lo que uno sienta al leerlo no importa, lo que importa es que realmente estaba pasando y nuestro protagonista muy pronto se convertiría en víctima de su propia y retorcida imaginación.
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Fantasmas imaginarios [COMPLETA]
Roman pour AdolescentsTodos hemos deseado ser buenos en algo, encontrar aquello en lo que resaltamos, y comprendernos como personas especiales y necesarias, pero ¿qué pasa cuando enfocamos todo nuestros esfuerzo y anhelos en el área incorrecta? Julián Martínez es un prof...