Capitulo 4

229 45 16
                                    


En realidad solo lo había hecho para fastidiarla, no tenía intenciones de llegar tan lejos pero aunque no solía reír le pareció gracioso el comportamiento tonto de ambos jóvenes.

Cansado de aquel juego soltó como bomba la frase que hizo palidecer a la chica de cabellos rosas sentada en el piso.

-Estas enamorada de él, es tristemente obvio.

-¡No es así!- Había respondido tan rápido con su rostro ruborizado haciéndolo negar con su cabeza hasta que el movimiento brusco de ella le hizo quejarse del dolor.

Una parte de él se había sentido mal al provocarla por su estado pero el hecho que Rengoku se hubiese acercado para socorrerla enviándole una mirada de advertencia le hizo reír

-Tu mujer aún está débil, llévala a su habitación – ordenó estudiándola.

El chico le obedeció de inmediato pero le miró de reojo al pasar a su lado. No hacia faltan las palabras, podía percibir que le estaba advirtiendo de su actitud.

Lo notó alejarse con una sonrisa para la pelirosa la cual tras un poco de timidez se notó igual de animada.

Sin moverse de ahí se cruzó de brazos y esperó hasta que el rubio salió de la habitación. Lo notó agitado y levemente ruborizado.

-Espero que no estés tomando enserio tus obligaciones maritales – exclamó sorprendiéndolo.

-¿Qué?

-Por cómo se miran no me sorprende que un día caigan ante eso – suspiró – que bueno que estén casados.

- kanroji es...

-Tu alumna – sintió que la presencia del chico le estaba fastidiando – Imagino que planeas quedarte aquí hasta derrotar a ese demonio ¿no es asi?

-Necesito que Kanroji se recupere – llevó la mano a su mentón pensativo – pero esto puede tardar, me gustaría encargarme yo mismo de ese demonio.

-¿Es por eso que has estado explorando cada rincón de este lugar? – preguntó frunciendo el ceño.

-Las personas aquí son amables – se justificó – ayudarles por su bondad no tiene nada que ver con eso pero si con ello puedo conseguir información para derrotar a ese demonio, lo hare.

La convicción brillaba en sus ojos sorprendiéndolo. Era asquerosamente honorable

-Escucha, suelo visitar la aldea cada día ayudando a un par de enfermos – sacó un trozo de papel de su bolsillo – eh tenido noticias que ese demonio está escondido en ese bosque pero es protegido por una banda de ladrones.

-¿Qué? – preguntó tomando el papel y leyendo las notas en él- ¿Quién te ha dado esto?

-Resulta que como médico – sonrió – puedo encargarme de muchas personas, me da igual si son buenas o malas – se encogió de hombros – un hombre a quien ayude con una herida escribió esto para mi teniendo temor de decirlo en voz alta.

-¿Has estado investigando? – parpadeó sorprendido.

-No te equivoques – frunció el ceño – quiero proteger a estas personas.

-Yo también – sonrió suavizando sus facciones hacia él lo cual le hizo resoplar con fastidio.

-Si lees bien, esa banda trafica esclavos, mujeres y niños pero hay algo en especial. La mitad de estos son carnada para ese demonio a cambio de protección y la otra...

-Son para comercio – murmuró Rengoku - ¿Cómo los escogen?

-Ahí es donde entras tú- respondió – no sé cuál es el factor decisivo pero podemos buscarlo en los burdeles de la zona que es donde esa banda reside. Contrata una de sus prostitutas de alto rango y consigue la información que deseas, no te será difícil por tu apariencia. Podemos hacerte pasar por un comerciante rico.

Desde ahora y hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora