꧁Cuidando.꧂

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La mirada sorprendida, esa que se mezcla en un azul grisáceo sobre aquellos grandes ojos acompañados de pestañas cortas pero muy rizadas, esa sola mirada está posada sobre Shuji ahora mismo.

Lastima que la sorpresa se convirtió en un alterada preocupación, y es que cuando diviso más cosas en su campo de visión el menor aterrorizado notó los múltiples golpes en el rostro del más alto, la sangre en su labio y nariz y su aparente decadencia, fue tan rápido que sin pensarlo dos veces y a la deriva de que algún vecino lo viera y informará a sus padre metió a aquel delincuente a su casa.

¿Pero qué pasó?.
El Tachibana menor desearía saber que le pasó a Hanma, sin embargo como desconocía los hechos todo se limitaba a que sus padres salieron a casa de sus abuelos por una emergencia y pasarían todo el día ahí, y su hermana aprovechó ese momento para hacer una pijamada con la mejor amiga rubia que siempre mencionaba pero que poca atención le prestaba el chiquillo, fue entonces que cuando el sol se ocultó se dió cuenta de que estaba completamente solo en su casa y solo eran el y las llaves de emergencia debajo del mueble, se suponía que como era algo tarde debía irse a dormir, sin embargo, se quedó viendo televisión aún con los ojos pesados y fué entonces que escuchó su puerta ser tocada con algo de violencia, se asustó pero le costó más ir a la cocina y arrastras una silla y subir sobre ella poniéndose en máximas puntillas para asomar en el ojo de gato. Cuando vio esos reconocibles iris brillando bajo el manto de la noche como la primera vez que lo vio se bajó de la silla y la hizo a un lado para retroceder, cuando tuvo la llave en mano le abrió la puerta.

Y pasó, casi desplomandose cuando en pánico el Tachibana lo arrastró a que entrara en su casa cerró la puerta tan rápido como pudo para voltearse y conseguir al exageradamente alto chico de mecha rubia tendiendo sobre el suelo quizás ya delirando por lo dolorosos que se veían los moretones en su rostro, y si así estaba su rostro no quiere imaginar los otros dolores internos quizás por ser pateado en el estimado. Naoto tenía una fuerza escasa, fue realmente complicado arrastrarlo con todo el esfuerzo del mundo a la sala y ni siquiera tenía el mínimo aliento para ponerlo sobre el sofá, solo dejaría que despertara, pero para no hacerlo esperar mucho corrió al baño tirando de una silla para que no fuera inconveniente tomar el botiquín de emergencias.

La trágica historia de un niño de 13 que necesita ayuda de las sillas para alcanzar lo que quiere LITERALMENTE.

Al regresar notó que Hanma estaba más conciente, resopló con alivio y dió pasos un poco más lentos, sin embargo cazado como presa el mayor supo a done voltear de inmediato.

—¿Ah?— Un pequeño sonido de confusión escapó de su boca, a Shuji le irritaba estar en mal estado, pero más odiaba saber que terminó perdiendo al punto de que tuvo que acudir a su pequeño para él novio.

—D-Despertaste...¡Por favor sube al sofá!— Señaló y con un semblante carente de emociones el más alto hizo caso algo reflectivo, Naoto estaba totalmente confundido por el estado del contrario, si bien, no estaba mal, pero que hiciera caso sin pedir algo a cambio era un poco dudoso para él, sin embargo se acercó y trepó el sofá para estar cerca de la mirada atenta y dorada espectante sobre él.

Algo nervioso el niño tragó en seco sacando del botiquín unas pinzas para sostener el algodón y una sustancia que le enseñó su mamá funcionaba como cicatrizante. Con el algodón lleno de la crema de acercó al mayor, sin embargo su propia altura no le ayudaba por lo qué tuvo que ponerse sobre las piernas del pandillero y de ahí apoyarse con sus rodillas, lo peor es que no alcanzaba por completo solo lo suficiente para que el algodón hiciera contacto con las heridas y pudiera desinfectarlas.

 ༘ ˗ˏˋBaby Boyˎˊ- ༘ ┋ HanNaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora