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Krista

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Krista

Un mes a prueba.

Un mes para demostrar mi lealtad antes de, finalmente, hacerme una más dentro de la organización. Poco, tratándose de la N'drangueta, pero demasiado tratándose de mí.

Mis objetivos siempre han sido claros y la razón por la que me entrené durante tantos años, fortaleciendo mi carácter, mente y habilidades físicas; aprendiendo del mundo criminal como un manual de vida que se me impuso desde mi nacimiento, siendo siempre la mejor asesina y la mejor estratega para combatir a la policía y a las otras organizaciones, siempre mentalmente enfocada en mis principales propósitos.

La razón por la que me adentré en los terrenos de Secondigliano, fue para llegar a ellos. Para llegar a él.

Valentino Martinelli.

Uno de los ministros más queridos en toda Italia, gracias a su dedicación y compromiso con el pueblo. Por los principios que desde que se sumergió en la política, demostró tener, generando la empatía de un gran porcentaje de italianos. El papel le queda, por supuesto, con su aspecto recto y rostro confiable.

Pero pocos conocen realmente al hombre qué se esconde tras su título.

Valentino solamente es una fachada, un nombre construido para buscar un poder más allá del que posee gracias a su familia.

Desde el otro lado de la justicia, este nombre también pertenece al Don de la N'drangheta la mafia más grande y poderosa de Italia y del resto del mundo. Por supuesto, los rusos, los japoneses o los americanos no se quedan atrás, pero todos sabemos que Italia lleva la batuta en el mundo criminal. Todos quieren ser parte de la organización, que teniéndola de respaldo, pocos se atreven a confrontar.

Con dieciocho comencé a familiarizarme con organizaciones menores, pandilleros con exactitud. Sabía que la N'drangheta buscaba en los barrios más peligrosos hombres para reclutar. Yo sabía que no me iban a querer a mí siendo un don nadie, mucho menos una mujer, por lo que comencé a aprender de todos y poco a poco me hice un nombre en aquellas pandillas que me hicieron coro para poder resonar en otras más. Y luego en las más grandes y en consecuencia, más peligrosa.

Krista, simplemente.

Me conocen por Krista. Sin apellidos, sin adornos. Krista la delincuente más asediada por la policía italiana y la más cotizada a la hora de querer matar a alguien, porque para matar, soy la mejor. Muchas personas importantes han llegado a mí durante estos cuatro años para hacerles de sicario y más que el dinero, me interesaba que mi curriculum se expandiera.

Hoy estoy dentro de la mafia más peligrosa. No nací para ser una mediocre que se conforma con quedar estancada en los barrios bajos. Nací para que mi nombre ponga a temblar al puto mundo.

Soy ambiciosa, tengo sed de poder y los Martinelli me ayudarán a conseguirlo.

Ahora mismo, me dirijo a la vivienda del apellido más poderoso del continente. A mi lado se encuentra el Don y sé que se debe a que conmigo se siente más protegido, aunque no lo confiese.

Nunca fue tal realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora