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Damiano

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Damiano

Siento el metal helado tocando mi piel. El movimiento de mi respiración enfatiza la presión del filo sobre mi pulso y no tarda en abrir una herida, solo por eso permanezco quieto.

La persona detrás de mí, tiene sus brazos firmes adheridos a mi cuerpo, puedo sentir la seguridad que desprende y es la razón por la que sé que si hago cualquier atisbo para enfrentarla, me degollará sin siquiera dudarlo.

Mi hermana Lucy está estática, con sus rizos castaños y enmarañados enmarcando su rostro, mejillas rosadas y sus delgados brazos aferrándose a la sabana de seda blanca que envuelve su cuerpo. Filippo tiene sus musculatura completamente rígida y ni quisiera intenta sacar su arma mientras me mira a la espera de órdenes.

La mujer a mi espalda comienza a caminar, llevándome a mí en el proceso y procuro imitar cada uno de sus movimientos porque puedo sentir la sangre bajando por mis clavículas que brota de la herida que su ataque provocó.

Quedamos frente a Filippo y mi hermana, y entiendo que la chica no quiere perderlos de vista.

—Entrégale la pistola a Luca —ordena y soy capaz de sentir una caricia de su aliento justo detrás de mi oreja.

Lo hago.

Luca Martinelli recibe torpemente porque sus ojos están fijos sobre la persona detrás de mí, como si no pudiese creer lo que está presenciando. Con algo de admiración. Curioso.

—¿Cómo te llamas? —pregunto con la intención de distraer su agarre y también porque siento curiosidad por quien es la persona temeraria que se atrevió a herirme.

La mujer suelta una risita que vibra por toda mi espalda y empuño mis manos inconscientemente. Le costará cara esta insolencia.

—¿Crees que estás en posición de hacer preguntas, capo? —dice con un tinte de diversión y me gustaría poder ver su rostro. Estoy seguro de que tiene una maldita sonrisa.

Ahora bien, considerando que los Martinelli no trabajan con mujeres, es fácil saber quien es la osada que se atreve a burlarse de mí.

—Krista —concluyó y ahora si estoy seguro; puedo sentir que una sonrisa aparece en sus labios.

He oído de ella. Es una maldita revoltosa que desde siempre ha estado generando caos por donde quiera que pise. Su zona siempre fue al noreste y centro de Italia y es por esa razón que no he tenido oportunidad de conocer a la mujer que ha dado de baja a tantos hombres de la Camorra.

No estoy seguro de cuál es el problema que ella tiene con la familia Santis, pero definitivamente ha provocado que el Don de la Camorra la quiera viva o muerta. Solo quiere desaparecerla.

Sin embargo, me pregunto por qué no ha ido más lejos en este mundo criminal, con lo que he escuchado, está claro de que es capaz. Siempre se ha mantenido en las sombras, trabajando sola, barrios pequeños, aunque peligrosos. Nunca perteneciendo a algo importante.

Nunca fue tal realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora