Imagination [Taegi]

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◈      Bienvenido a casa      ◈

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Uno al lado del otro caminaron por el callejón tenuemente iluminado. Yoongi sacó su paquete de cigarrillos y buscó en sus bolsillos un encendedor. Pero terminó encontrando la bola del universo, algunas facturas viejas de la tienda de comestibles y restos de tabaco. Taehyung extendió su mano, una pequeña llama azul bailaba en la punta de su dedo índice. ¿Cómo podría Yoongi siempre olvidarse de eso? Asintiendo con un 'Gracias', encendió su cigarro e inhaló profundamente. El olor familiar le hizo cosquillas en la nariz e hizo que el momento fuera aún más agradable.

Recordó la época en que había empezado a fumar. Fumar se había asociado con un ambiente relajado, un ambiente que se podía encontrar en bares de jazz o cafés nocturnos. Pero a medida que pasaba el tiempo, se metodizó en fumar para reducir el estrés y, antes de darse cuenta, fumaba medio paquete todos los días o más. Tal vez debería revivir el antiguo procedimiento y solo fumar cuando se sintiera cómodo como lo hacía ahora. Con el espíritu de esta noche, parecía posible.

Minutos después de que el pelinegro terminara su bastón, Taehyung se detuvo.

"Estamos aquí", anunció con orgullo, "Aquí es donde vivo".

Estaban parados al pie de una vieja escalera de incendios, por la que su amigo empezó a subir con facilidad.

Respirando con dificultad (casi muere a mitad de camino), Yoongi llegó a la parte superior del edificio, observando diez pisos. ¿Por qué no voló como antes? Golpeándose internamente, se levantó sobre la cornisa y notó una gran carpa que parecía una versión pequeña de una carpa de circo, pero sin las rayas tontas. Se rio entre dientes cuando entendió que esta era la casa de Taehyung. Simplemente, encajaba perfectamente con la loca personalidad del chico.

Siguió al más joven a través de la entrada en forma de cortina y fue recibido por la luz tenue y cálida de una lámpara gigante de papel amarillo que estaba circunnavegada por ocho lámparas más pequeñas en diferentes colores. Al pelinegro le tomó un tiempo entender que estaba mirando su sistema solar, moviéndose por sí solo bajo un techo que parecía el pequeño universo en su bolsillo. Con la boca abierta y la cabeza en el cuello, miró hacia las bolas de luz que se movían lentamente. La imaginación de Tae estaba en otro nivel... bueno, así como su gusto, pensó mientras bajaba la mirada hacia el interior.

Dejó que su mirada vagara por todo el lugar. Había un televisor gigante y un montón de consolas de juegos, los controladores esparcidos frente a él. Un enorme armario que le recordaba a Narnia si no fuera por la cadena de luces que lo cubría, junto a él un reloj de pared con veinticuatro en lugar de doce dígitos, aparentemente numerados al revés (si lo entendió bien, eran las tres de la mañana). Debajo de los faros había una gran mesa redonda de madera con siete sillas y el resto del espacio estaba ocupado por un colchón del tamaño de cuatro camas king-size. Mantas afelpadas y almohadas de todos los colores y con varios patrones estaban esparcidas por todo el sitio. Ah, y había una nevera, lo que fuera para cuando podías imaginarlo todo.

Yoongi suspiró y se dejó caer sobre el colchón. Esto era el cielo. Sus ojos se cerraron y se acurrucó en las suaves almohadas. Al escuchar los sonidos de estrépito que hizo Taehyung, se hundió en un sueño sin sueños.

><

Despertado por un pulgar que rozó su mejilla, Yoongi abrió los ojos. Y miró directamente a los orbes de chocolate del más joven a solo unos centímetros de distancia. Se acostó a su lado y se rio por lo bajo cuando los ojos de Yoongi se abrieron con sorpresa.