La cabeza me daba vueltas y mi estómago estaba revuelto. Abrí poco a poco los ojos y vi a Jenny despierta, junto a Cony. No era la misma Jenny. Su pelo rubio liso ahora era dorado, ondulado y con mucho más volumen. La miré a los ojos. Ya no eran marrones, ahora eran verdes y pequeña parte alrededor de la pupila era su marrón antiguo. No me lo podía creer. Su ropa también había cambiado. Llevaba el uniforme, pero de algún modo se veía diferente. Más brillante y más... ¿ajustado? no lo sé, pero lo que sé es que ha cambiado. ¿Si ella era distinta, eso significa que yo también...?
Me incorporé poco a poco. Estaba en el despacho de Jim, recostada en un sillón junto a una chimenea. Mi cabeza y me estómago se fueron recuperando y cada vez me encontré mejor. Algo dentro de mi no era igual. Era una sensación extraña, que no la tenía mi antiguo yo.
Quedé sentada en el sillón, observando mi alrededor. Estaban todos, y Jamie tenía sus ojos rojos clavados en mi como si pudiera atravesarme con ellos.
Todos me miraban atentamente, y Jenny se acercó a mi y me sonrió.
- ¿Qué tal estás?
-Bien, creo... - me toqué la frente.
Ella apoyó un brazo en mi hombro. - Llevas dormida dos días.
La miré asustada. - ¿Y eso es malo?
Jamie habló. - No. Es solo que, tus capacidades Carmesíes necesitaban más tiempo para desarrollarse en ti. Cuanto más poderoso, más tardas en despertar. Phill tenía razón. Tendrás un poder especial.
Me quedé pensativa. ¿llevaba dos días aquí?
- Bueno... - dijo Jenny. -¡Esto es increíble! ¿Me has visto? ¡He cambiado!
Pensé en los detalles que dijo Cony. ¿Sería eso uno de ellos?
Jamie asintió.
¿y cuál es el otro?
Jamie rió. - Eso lo averiguarás luego. Jenny ya lo ha hecho.
La miré. Sonrió, asintiendo.
Valee... Ahora quería yo ver mi aspecto.
Me levanté y casi me caigo. Tenía las piernas dormidas. Eli me sujetó y me llevó a un espejo de la habitación. Me quedé estática en mi sitio y creo que hasta mi boca se abrió.
No era yo. No parecía yo. Mi pelo castaño ondulado ya no era así. Era mucho más largo, antes lo tenía un poco más abajo de las clavículas y ahora me llegaba por la mitad de la espalda. Ya no era castaño. Ahora era mucho más oscuro, liso y con una onda en las puntas.
Mi nariz era mucho más afilada, y mis ojos no eran azules oscuro, sino grises con un pequeño atisbo de azul grisáceo. Aparentemente era yo, pero había cambiado. Era más guapa que antes, y mis dientes relucían mucho más.
Jenny se acercó por detrás. - ¿Es alucinante, verdad?
Asentí.
- Me encanta como estás. - añadió.
- Y tú estás genial. - le dije. Era la verdad.
Sonrió. - Mírate las manos.
Eso hice. Me quedé asombrada. Mis uñas cortitas y sin pintar ahora eran más largas, sin pasarse mucho del dedo, y de color granate. Wow.
Miré las suyas, las tenía rosas y bastante más largas que yo.
- ¿A que molan?- dijo, emocionada.
- Me encantan.- aseguré, sonriente.
Eli nos miró con una sonrisa. - Sabíamos que os iba a gustar.
Yo me miré unas cuantas veces más al espejo. Lucía genial. Mi ropa estaba igual. Eso no había cambiado.
Observé a Eli hablar con Edwin y a Jenny con Cony. Estaban besándose. Cony y Jenny estaban besándose. Me alegré por ella. Por fin puede estar con Cony. Yo quería poder...
Una voz masculina interrumpió mis pensamientos.
- ¿Te gusta tu nuevo tú? - preguntó Jamie.
Le miré através del espejo.
- Me encanta.
Él rió. - Te dije que ibas a ser la más guapa. Antes lo eras, pero ahora lo eres más.
Sonreí y noté que Jamie me agarraba las dos manos entre las suyas por detrás.
Se acercó a mi oído. - Estoy deseando ver lo que eres capaz de hacer. - dijo.
- Yo también.
- Ya veo que te has despertado. - escuché que Jim entraba en el despacho.
Le miré.
- Esta semana, ninguno irá a clases. - les dijo. - Ayudaréis a Jenny y a Avery a adaptarse. - dijo.
Ellos asintieron.
- Bueno... ahora tengo que irme, luego os veo.- me guiñó un ojo.
Cuando estuve hablando un rato con Jenny, la pregunté por sus poderes. Ella me contó que no había descubierto nada más que el color de sus ojos cuando cambian. Dijo que se le ponían rojos granate como a Jamie, pero con una pizca de su verde, y que lo provocaba su ira o su atracción por algo.
Yo estaba deseando saber muchas cosas sobre mi nuevo yo, pero todo a su tiempo, acababa de despertar.
- ¿Qué es el segundo detalle? - la pregunté, ya que no lograba averiguarlo yo.
Ella miró a todas partes para que no la pillaran diciéndomelo.
- Mírate la muñeca en la que te cortaste. - susurró.
Miré. Tenía un tatuaje. ¿UN TATUAJE? ¿me habían hecho un tatuaje?
Era una luna roja.
- Los Alfas de Sangre tienen eso, los demás tienen una luna de color dorado y naranja.
Entendí. Jamie no me contó eso.
Jamie se acercó a nosotras.
- Ya veo que lo has descubierto. - dijo mientras se remangaba la manga del uniforme y me enseñaba su tatuaje. Era igual la mío. - Supongo que no hace falta que te explique nada, porque lo ha hecho Jenny ¿o me equivoco?
Se nos enrojecieron las orejas. Pilladas.
Jamie se marchó riéndose y nosotras nos quedamos solas como antes.
Aproveché para preguntarle lo suyo con Cony y me lo contó todo.
Dijo que cuando despertó, se encontró a Cony cuando iba al baño por el pasillo y que empezaron a besarse desesperadamente. Ahora que ella es una Carmesí, pueden estar juntos. Yo mientras, me preguntaba si Jamie haría lo mismo que Cony, aunque no lo veía muy probable.
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Querido Jamie [COMPLETA]
Ficțiune adolescenți[ENEMIES TO LOVERS] [FANTASÍA] ¿Qué pasaría si tu vida dependiera de una persona? Avery depende de un apuesto Carmesí llamado Jamie, que le revela un secreto sobre su especie y al hacerlo, la pone en peligro y tienen que marcharse. ...