i. el acompañante

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Una gran cantidad de alumnos de sexto curso estaban reunidos en la sala común de gryffindor. Era el último día antes de su último verano como estudiantes, el último día antes de que las chicas se vieran inmersas en el monotema del baile de debutantes durante casi dos semanas.

— Maisie, ¿prueba o verdad?

— Verdad.

— ¿Por qué aún no has pedido a nadie que sea tu acompañante?

La sonrisa de la pelirroja se desvaneció rápidamente.

— Yo... no he podido hablar con él aún. Y no sé si querrá ir conmigo. — añadió en un murmuro.

Ginny negó — Lo que le pasa es que es una cagueta que no se atreve. — le acusó.

Se hizo un silencio incómodo. Maisie gustaba a la mayoría del alumnado de hogwarts, no podían comprender quién no querría ser su acompañante. ¿Alguien podría rechazar a una chica tan dulce y divertida?

La respuesta, según Maisie, estaba clara: Fred Weasley era más que capaz. No porque lo hubiese hecho ya, sino porque habían crecido juntos. Además, era el hermano mayor de su mejor amiga y aunque la diferencia de edad se empezaba a desvanecer conforme ella crecía, siempre había existido una barrera invisible entre ellos.

Otra cosa estaba clara, Maisie ya no era aquella niña inocente que bombardeaba al pelirrojo con notas, dejó de hacerlo años atrás. Cuando aquel enamoramiento inocente iba ganando intensidad y cuando pasó de ser divertido a que la amistad de Fred le doliese.

— Ginny, — dijo Maisie para salir del paso — ¿prueba o verdad?

— Verdad.

— ¿Quién quieres que sea tu acompañante? — preguntó con una sonrisa traviesa. Maisie no solía hacer eso, lanzar a alguien a los leones, sin embargo, Ginny era como su hermana.

— Voy a ir con Dean.— dijo sin pestañear.

— He dicho que quién quieres, no quien es. — bromeó, haciendo que su mejor amiga le mirase seriamente. Por suerte el comentario pasó por alto y la conversación siguió sin más silencios incómodos.

— Yo te mato. — murmuró Ginny.

Aquella noche Maisie no pudo dormir, iba a volver a verle. Ella no se consideraba una admiradora obsesiva, pero era consciente del poder que Fred ejercía sobre ella. Y es que, ¿y si después de todo el curso él estaba en una relación? Realmente no pasaría nada, bueno, Maisie siempre negaba cualquier posibilidad entre ellos, pero en su interior creía que Fred la podía llegar a ver de forma diferente.

Claro que no dejaba que esta situación afectase a su vida. Durante los últimos años, por mucho que pensase que Fred y ella coincidirían en algún momento, había intentado dejar sus sentimientos aislados en un rinconcito de su interior, vivir su vida sin esperar a que Fred le prestase atención. Incluso tuvo una relación de un año con Cedric Diggory, pero cuando él terminó el colegió decidieron que era mejor ser simplemente amigos y, de hecho, hasta ese día seguía siendo su mejor amigo. El problema, era que ese rinconcito volvía a ganar terreno en su corazón, sobre todo ahora que se acercaba su baile al que de niña soñaba con ir con él.

La noche pasó rápidamente y antes de darse cuenta estaba abrazando a sus padres en la estación.

— Mi preciosa niña, te he echado tanto de menos. — decía Lily abrazando a su hija menor.

— Mamá yo también existo. — bromeó Harry tras su hermana.

Lily le incluyó en el abrazo antes de que él pelinegro puediese quejarse de nuevo. Rápidamente Sirius se acopló al grupo.

— Sobrinos mios, ¿Cómo ha ido el curso?

— ¡Sirius! — Harry rompió el abrazo con brusquedad para hablar con su padrino.

La estación estaba llena de emoción, cariño, reencuentros emotivos y una manada de pelirrojos. Maisie intentó no mirar, pero ahí estaba él, tan sonriente como siempre, abrazando a su hermanita.

— ¡Maisie, querida! — exclamó la señora Weasley — Que mayor y guapa estás. — dijo acercándose a achuchar a la joven. — Debes estar tan emocionada como Ginny por el baile, ¿ya tienes vestido?¿con quién acudirás?— preguntó amablemente.

Ante el grito de su madre, y el conveniente tema de conversación, Fred se giró rápidamente hacia aquella conversación.

— ¡Molly! Que alegría verte. — comentó rompiendo el abrazo para mirar a la pelirroja — La verdad es que no tengo nada listo aún... ya sabes como somos en mi familia, dejamos todo para el último momento.— dijo Maisie alegremente.

— Bueno, Eileen, no esperaba menos de ti, no sabes organizar nada con más de un día de tiempo. — comentó Fred entre risas posicionandose junto a la tejona — Irás preciosa aunque compres el vestido el día de antes. — le dijo en un tono más bajo posando su mano en su cintura para acercarse a besar su frente.

Maisie juraría que notó como sus piernas empezaron a temblar con el roce de sus dedos en el borde de su falda.

—  Fred, harás que la pobre se sonroje. — le renegó su madre — Ahora vengo, voy a saludar a tu madre. — dijo animada la pelirroja marchándose.

— Te veo cambiada, fosforito, más mayor.

Ella suspiró suavemente antes de atreverse a mirarle a los ojos — Bueno, Fred, han pasado muchos meses.

— Tal vez porque alguien decidió sustituirnos en navidad por su amiguito.

Maisie negó. Eso no era del todo cierto. ¿Había ido con Cedric en navidad? Sí, pero no los había sustituido. De hecho, había huido de verle a él con Ginny insistiéndole en que le dijese de ser su acompañante. — No entiendo que tienes con Cedric.

— ¿Será tu pareja?— ante el silencio de ella siguió hablando— En el baile, digo... solo por saber si tendré que verle ese día o no.

— En realidad, no tengo pareja aún. — murmuró Maisie.

Fred sonrió internamente. Había escuchado bien, Maisie Eileen Potter no tenía pareja para su propio debut. Y ahí empezaba el primer paso de su plan.

— Bueno, seguro que eso tiene fácil solución.

Notice me | Fred W. & Maisie P. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora