iii. el vestido

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Maisie se tapó los oidos ante el sonoro quejido de su hermano.

—  No puedes ir con Fred. —  se giró hacia sus padres — No puede ir con Fred, es mucho mayor que ella.

James y Lily ignoraban la pelea de sus hijos mientras seguían con su desayuno.

—  Soy de la misma edad que Ginny. Si Fred es un pervertido, tú también. — le acusó su hermana menor.

James se atragantó por intentar reprimir una carcajada.

—  Vosotros dos. — dijo finalmente Lily mirando a sus hijos — Suficiente. Harry, Fred es un chico encantador y estamos — dijo enfatizando el estamos — muy contentos de que tu hermana vaya a ir con él. — la hufflepuff le estaba sacando la lengua a su hermano cuando su madre le miró enfadada — Y Maisie, deja de echarle en cara a tu hermano que le gusta Ginny aunque aún no lo admita. — Harry escondió su rostro sonrojado.

—  Eso cariño, bien dicho. — dijo James con una sonrisa.

—  Y a ti ya te vale también. — se quejó la mujer. — Venga, a desayunar. Hoy va a ser un día largo.

Los tres Potter agacharon la cabeza y siguieron con su desayuno ante las palabras de la matriarca. Ese día todos tenían planes y no querían un castigo. Maisie iba a ir a Londres a comprar junto a Ginny y sus madres y después las dos adolescentes pasarían la mañana juntas antes de comer con los Weasley de nuevo.

—  Vamos Maisie, Molly es muy puntual cuando va sola con Ginny. — dijo Lily tomando la mano de su hija antes de aparecerse en el callejón Diagon.

Automáticamente, Maisie se encontró con los ojos de Ginny Weasley, quien empezó a correr hacia ellas.

—  Buenos días, Molly. — saludó Lily a la mujer que seguía a duras penas a su hija menor.

—  Buenos días. — saludó la mujer con una sonrisa — Vamos chicas, Maisie necesita un vestido.

Ese era el objetivo de su día de compras: el vestido de Maisie. Ella adoraba la ropa, aunque su estilo podría considerarse algo básico. Le gustaba llevar minifaldas, vestidos, cualquier ropa de tela suave y fluida. Era ropa bastante sencilla y romántica, por eso había esperado tanto para comprar su vestido. Sabía lo que quería, tenía una imagen clara en su cabeza y sabía que si no encontraba exactamente eso se iba a frustrar mucho.

Dos horas más tarde, ahí estaba, un vestido de seda blanco con corte sirena y un pequeño escote en v. La tela suave se amoldaba a su cuerpo y hacía relucir su figura. Se sentía guapa.

— Ay, mi niña.— dijo Lily emocionada — Estás preciosa.

Maisie hizo contacto visual con Molly, quien era como una segunda madre para ella. La mujer le sonrió con ternura.

— Estás guapísima, cielo. Me alegra tanto que vayas a ir con Fred, haceis una pareja preciosa.

Maisie sonrió levemente — Somos amigos, Molly.

— Sois idiotas. — añadió Ginny.

— Ginny. Controla tu vocabulario.

En cuanto pudieron se libraron de sus madres, las dejaron pagando el vestido y se fueron a recorrer el callejón. Entonces se encontraron con la gran tienda de los gemelos, el lugar de mayor color y ruido del lugar.

— ¡Chicas! — gritó Dean Thomas acercandose a ellas junto a unos alumnos de gryffindor cuando las vio entrar en la tienda— Ginny, ¿tus hermanos te hacen descuento?

— Eres un interesado, Dean. — bufó la joven.

Maisie decidió no estar más de lo necesario en el grupo de gente y cuando Ginny y Dean empezaron a hablar se marchó sola. Le fascinaba la tienda. Estaba muy orgullosa de que los gemelos hubiesen logrado su sueño y que pudiesen vivir de lo que les gustaba. Entonces fue a su sección favorita, bromas para tu hermano, y notó un tacto suave en su espalda alta. No le hacía falta girarse para saber quien era, su olor le delataba.

— Hola Fred.

Notó como él sonrió a su espalda — Hola Maisie. — él se puso junto a ella y la contempló durante unos instantes. — ¿Algo que te guste?

"Tú" pensó ella. — Todo — dijo sonriente — Ya sabes que adoro toda la tienda, Fred.

Él suspiró, Maisie olía demasiado bien. — Ven, te mostraré algo. 

— Pero... — comenzó a decir ella girándose en busca de su amiga.

— Ginny está con Dean, seguro que en cinco minutos sigue ahí. — dijo él empezando a tirar de ella restándole importancia. Afirmó su agarre en la mano de la joven guiándole hacia el almacén. — Hoy venís a comer, ¿cierto?

"Ujum" logró pronunciar ella.

— Mamá lleva desde ayer diciendo lo emocionada que estaba por ir hoy con vosotras a por tu vestido. — dijo él con sutileza — No para de decir...

— ¿La buena pareja que hacemos? — dijo Maisie notando como sus mejillas ardían.

— Sí, justo eso. — sonrió el gryffindor antes de dedicar una fugaz mirada a sus manos entrelazadas. En su interior estaba dando saltitos. Entonces él repasó mentalmente su plan: primero, ser su acompañante, "hecho", pensó; segundo, tomarle de la mano, "hecho"; tercero, aún por definir; cuarto, besarla y, por último, empezar a salir con ella sin ser maldecido o asesinado. Creía que era un plan bastante sólido.

Maisie contuvo la respiración al entrar en una pequeña puerta del almacén. No era la primera vez que estaba ahí, era un laboratorio improvisado en el que desarrollaban sus nuevas ideas. Sala que estaba en la casa de los Weasley hasta que una explosión incendió el tejado. Le encantaba ese lugar. Poca gente conocía esa faceta de la joven, pero a ella le fascinaban las combinaciones químicas, pociones y, sobre todo, aplicarlo en forma de broma. Eso era algo que Fred adoraba de ella, le gustaba ver como sus ojos verdes brillaban de emoción al entrar en el laboratorio.

— ¡Aquí estáis! — exclamó Ginny cansada — Llevo buscándote veinte minutos, Mai. — La pelirroja de mayor estatura se giró bruscamente hacia su hermano. — Vas a verla en la comida, ¿y la tienes que secuestrar el rato que tenemos solas?

— Se te veía ocupada, hermanita. — bromeó el mayor.

Maisie miraba expectante la escena — Vamos, Gin. — dijo acercándose a su mejor amiga. —  Nos vemos en unas horas, Fred. — le dijo al joven sonriéndole.

— Nos vemos, Eileen.

Ginny no tardo en arrastrarla de vuelta a la tienda, la gryffindor tenía razón, era su rato juntas. Ya vería a Fred en la comida. Mientras Ginny correteaba de tienda en tienda, Maisie trataba de seguirle el ritmo, su amiga tenía demasiada energía.

— A veces desearía decirle algo a Harry, ¿sabes? — murmuró Ginny en la terraza de la heladería.

— Pero, ¿y Dean? — preguntó la hufflepuff antes de tomar de su helado de leche merengada.

Ginny suspiró con rabia — Eso digo yo. Que desastre, Maisie. Esto es un desastre desastroso. Se suponía que este acuerdo con Dean nos ayudaría a los dos, pero cada vez le noto más raro conmigo y más distante a Harry... ¡No me mires así!— se quejó tapándose el rostro con las manos.

— Es que creo que es patético. Eres Ginny Weasley. Eres genial, divertida, inteligente y futura estrella de quiddith. Sé que mi hermano también es genial pero no deberías arrastrarte.

Ginny rió — Pues en ese caso somos patéticas.

— Oye. — se quejó Maisie con una mueca.

— Oh, vamos. Si yo lo admito tú lo admites.

Ella simplemente suspiró — Lo admito.

— Tú ahora lo eres menos. — le consoló la gryffindor — Pero yo no sé que hacer. Harry me besó el año pasado y de la noche a la mañana puff, ni caso. ¿Por qué tiene que ser amigo de Ron? Seguro que él le dijo algo. — se quejó indignada tomando helado.

— A veces desearía que Fred no fuese tu hermano. — murmuró — No es que me presiones. — se apresuró a aclarar —  Pero no sé, nuestras familias son tan cercanas... me da miedo.

Ginny hizo una pequeña mueca — Bueno, somos patéticas pero al menos tenemos helado.

— Aunque tu madre nos va a matar si llegamos sin hambre.— comentó la Potter.

— No creo, no puede arriesgarse a quedarse sin nuera. — bromeó Ginny recibiendo un golpe por parte de su amiga. 



Notice me | Fred W. & Maisie P. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora