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-Vaya espectáculo el de hacé rato -murmuro una castaña de bandera roja de dos franjas rojas a sus costados y una franja blanca en el centro de la cual resaltaba una hora de arce con 11 puntas.
-Ya ni me lo recuerdes, solo espero que cuando la vuelva a ver se encuentre más calmada para que podamos hablar- suspiro pesadamente el mexicano.
-Lo siento... -se disculpo algo avergonzada, su intención era animarlo un poco no molestarlo más.
-No, está bien ni te fijes -miro hacía abajo pensando en que hacer, pero un roce en su mano lo saco de su pensar.
-Mexi... -la canadiense lo tomo suavemente de una de sus manos que se encontraban sobre la mesa -no soy tonta, se que algo de preocupa y se que está relación te está dañando...
-No se de que hablas, es solo una discusión más, una como la de cualquier otra pareja -claro que sabía a lo que se refería su amiga y quería contarle, pero no quería atormentarla con sus asuntos, después de todo ella era hermana de América; aunque la verdad, ni el mismo podía con su propio silencio -esta todo bien.

Ella lo miro, pero lo miro tan cariñosamente a manera que podía sentir su apoyo; no aguanto más.

-Bien... Nada está bien, todo es una porquería, me siento encerrado, cómo en una caída sin fondo, un abismo, siempre soy yo el que se disculpa, soy yo el que tiene que pedir perdón... A veces siento que soy el único que pone de su parte para que está relación no se desmorone, pero llegué a un punto de quiebre donde ya no puedo más... -se desahogó.
-Trato de ponerme en tus zapatos y tienes todo mi apoyo, América es mi hermana y la quiero mucho pero si necesitas darle fin a la situación has lo que mejor te convenga sonrió gentilmente mientras le acariciaba el hombro.
-Gracias por ayudarme. -la miro fijamente pero con un semblante más aliviado.
-No hay de que! Para eso somos los amigos. sonrió alegremente.
-Ah, Canadá...
-¿Si?
-Crees que está mal si comienzo a sentir algo... por otra persona?.

La canadiense abrió con asombre los ojos.

-Enserio?! ¡¿Quién es?! Sinceramente te mereces a alguien mejor, a alguien que si te valore y te aprecié.
-Si, bueno nosé, yo...

En ese momento apareció alguien repentinamente, voltearon a sus espaldas y lo vieron, era Rusia; México y Canadá se miraron mutuamente y está última le hizo señas con la ojos indicando que se marchaba, México solo asintió y le dedico una última sonrisa como agradecimiento.

-Emmm... Interrumpí algo? -se acercó dudoso al latinoamericano.
-No, la verdad no jeje -contesto ahora con ánimo y más risueño -y ese milagro? Ya ni saludas jaja.
-Oh, jeje es que hace tiempo que no hablábamos y quería aprovechar; por cierto ¿Gustas? -dijo mostrándole las botellas de licores.
-Gracias Russ, me ahorras te la caminada, por cierto, siéntate no te quedes parado -dio golpecitos a un asiento indicándole que se siente a su lado, lo cual el ruso obedeció gustoso.

sin saber que más decir ambos quedaron en total silencio, era extraño pero no llegando a tal grado de ser incómodo, el ruso rompió el silenció.

-Y bien... Que tal todo? -fue lo primero que se le ocurrió preguntar.
-La verdad estoy de la verga, ya sabes, América y... esas cosas, creo que ya todos vieron lo que sucedió no? -dijo con desgano.
-Perdón por incomodarte, -dijo con nerviosismo pero volvió a su seriedad para continuar hablando -sinceramente no me gustó la manera en la que te hablo, nosé, me sentí molesto.
-Si bueno, supongo que algún día esto iba a suceder la verdad... Pero que se le va a hacer.
-¿Porqué?
-¿Eh? -volteo a verlo confundido.
-¿Porqué sigues con ella?
-No yo sé Rusia, ni yo se... -tomo un vaso de cristal de la mesa y sirvió algo de tequila, tomo el otro vaso y lo lleno del otro líquido ofreciéndole a su acompañante -creí que yo era el que estaba mal, el que cometía errores y trate de mejorar lo nuestro -le dio un buen trago a su bebida -pero me dí cuenta que realmente yo no era el problema.
-Hiciste lo que estuvo a tu alcance -acerco su respectivo vaso y tomo una buena parte de su contenido. -Ya no puedes hacer más.
-Supongo...

De nuevo ese silencio pero ahora ya no se sentía tenso, era normal, hace tiempo que no cruzaban palabras, poco a poco se agarraban confianza.

-¿Y que tal tus hermanos? -dijo el soviético, lo mejor de momento era sacar otro tema de conversación.
-Bien, ya sabes somos bien fiesteros, -contesto con una sonrisa ladina -ahorita siguen con el ambiente a todo lo que da, lo más seguro es que se vayan a buscar un bar antes de que los saquen.
-Jaja, si verdad (? -rió mientras se acababa el líquido de su vaso y con ganas de más, se volvió a servir.
-Oye Rusia, ¿alguna vez has tomado Vodka con Tequila? -pregunto mientras meneaba su vaso de un lado a otro, jugandolo con sus manos.
-No en realidad, ¿Que tienes en mente?
-¿Y si los combinamos? Sería interesante.
-Puede ser, ¿No nos emborrachariamos más rápido?
-Probablemente... ¿Jalas o te rajas?
-Tentador... Jalo.
-No se diga más!.

México sonrió con malicia juntando sus vasos, seguido de eso tomo ambas botellas empinandolas  al mismo tiempo mezclándose entre sí.

El tiempo pasaba y no dejaban de tomar, ya se encontraban algo ebrios y diciendo tonterías, se sentían cómodos con la compañía del otro, entonces ambos se miraron.

¿QUIÉN COMO TÚ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora