•CAPITULO 11• "Mis debilidades"

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SONG: WHAT IF TOLD YOU STORY – SHAWN MENDES

"Hace tres años tenía una debilidad, hoy se habían convertido en dos"

ANNA MILLER

—¿Te has quedado sin palabras? Eso no es muy propio de ti

Se burló Alex y es que, a decir verdad, si lo estaba.

Al parecer con el pasar de los años el idiota no había perdido esa maldita costumbre de hacer comentarios que me dejaran muda.

—Joder, ¿estás bien? ¿Te dio una conmoción cerebral? — preguntó tomando mi rostro entre sus manos.

¿Qué se suponía que debería responder a eso? ¿Cómo se atrevía?

Estaba por decirle que era un imbécil, que se callara y se dejara de tontería hasta qué...

Una papa frita rebotó en mi frente, para luego caer en mi regazo.

Levanté la vista atónita, retirando la comida de mi falda.

—¿Pero y a ti que te ocurre idiota?

—Oh genial, pensé que quizás se te había quemado el cerebro o algo de eso.

—Al parecer con el pasar de los años no haces más que involucionar.

—Solías adorar mi involución, sobre todo cuando me tenías entre tus piernas.

Lo miré enarcando una ceja, esperando que se retractara, o algo, pero no...

—Oye, no pienso disculparme por decir la verdad, somos amigos después de todo, ¿no? — soltó con una ironía que no me pasó desapercibida —Los amigos se dicen las verdades en la cara—

Se reclinó en la silla con una inmensa sonrisa, pero antes de que pudiera acotar algo más me puse de pie.

—Voy a buscar a las niñas, es hora de ir a casa.

—No has terminado de comer— me señaló lo obvio

Bajé la vista hacia mi plato y era cierto, apenas llegado a acabar con la mitad.

—No estaba tan rica.

Entrecerró los ojos en mi dirección.

—Dijiste que sí lo estaba.

—Verás que no eres el único experto en mentir.

Me puse de pie dirigiéndome a los juegos donde se encontraban Hope y Sara cuando mi teléfono sonó:

—¿Sí?

—¿Es que siquiera se te cruzó por la cabeza llamarnos?

Esa voz era reconfortante.

—Papá.

Suspiré.

—Papá un comino— George le arrebató el teléfono —Huiste de tu fiesta de compromiso, cuál cenicienta, y encima no te contactas con nosotros, ¿te das una idea de lo preocupados que estábamos?

—Lo siento yo...

—No señorita. No te educamos de esa forma.

Bufé recostándome en una pared.

—Tienes razón yo...

—¡George, dame el teléfono ahora, vas a espantarla! — se escuchó un extraño ruido del otro lado de la línea —Hola cariño, lo que papá quería decirte es que deseamos verte, cenar contigo, aprovechar que estamos aquí en Nueva York todavía.

El error de amarte (3) [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora