•CAPITULO 12• "Inexistente control"

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SONG: SELF CONTROL – BEBE REXHA

"Mi boca dice quererte lejos, pero mi cuerpo aclama por tus besos"


ANNA MILLER

1...2...3

Suspiré.

Me miraba al espejo, como por enésima vez.

Todas las putas prendas parecían irme grandes.

Pasé un vestido por mis hombros y cuando volteé a verme la espalda en el espejo, me hacía un puto defecto, como si se hubiera agrandado.

—Joder lo compré la semana pasada.

Seguí revolviendo mi armario, pero nada me quedaba, debería ir a alguna tienda antes de la cena.

Salí de la habitación, y al otro lado de la puerta Sara me esperaba usando el vestido que le había puesto hacía rato. Era blanco adornado con mariposas de muchos colores, acompañada de una diadema con brillos plateados que apartaba los bellos rizos de su rostro.

Alex, por otra parte, lucía un pantalón negro junto a una camisa color borgoña, con los primeros botones abiertos, y dejando a la vista el collar que ambos compartíamos, y que yo aún resguardaba en mi pecho.

—¿Estás lista? — preguntó sonriente.

—No tengo nada que me quede.

—Tienes un armario lleno de ropa.

—Lo sé pero...

Suspiré. Él se acercó pasando un brazo por mis hombros.

—Aún es temprano, podemos pasar por una tienda y que escojas algo.

—No tienes que venir conmigo, puedo llevarme a Sara y...

—Tonterías, ni que fuera la primera vez que voy de compras contigo— sonrió de lado y miró a mi hija —¿Qué dices ricitos? ¿Acompañamos a mamá a conseguir algún vestido?

—¡Me encanta!

Alex la cargó sobre su cuello. Dejando que sus piernitas cayeran junto a su rostro y que ella se aferrara con fuerza a sus orejas

—¿Ricitos? — lo miré divertida

—Oye tu hija tiene un apodo para mí, era necesario que yo le pusiera uno.

Negué.

—Sara sujétate— le advertí

—No la dejaré caer— aseguró él —A ninguna—

Mientras con una mano se aseguraba de que Sara mantuviera el equilibrio, la otra la posó sobre mi espalda baja, en un gesto cariñoso que me hizo recordar los viejos tiempos.

Al llegar al carro de Alex abrí la puerta trasera para acomodar a mi hija cuando...

Me detuve abruptamente.

—Tienes dos sillas para niños.— murmuré atónita

—Antes tenía una porque solo estaba Hope— acomodó a Sara en su sitio, asegurándola —Ayer me di cuenta de que era peligroso que Sara viajara solo con el cinturón cuando venía en mi carro, y si llegamos a salir de nuevo los cuatro es peligroso y...

—Entendí Alex— esbocé una sonrisa —Quieres cuidarla—

—A ambas.

Le di un leve apretón en la mano y ambos subimos, yo en el asiento de copiloto, él manejando y por alguna razón, en ese auto, estando los tres, sentí cierta presión en el pecho, como si mi sitio fuera junto a él y no junto a mi prometido.

El error de amarte (3) [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora