Capítulo 2

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Shikamaru respiró profundo, mientras aun podía observar la torneada figura del rubio mayor, quien aún dormía sobre su cama, abrazando la almohada que antes había él abandonado, algunas veces olisqueando y suspirando entre sueños. Cuando minutos antes, era él quien abrazaba aquel cuerpo, y ocultaba su rostro en su cuello, adorando el olor natural de rubio. Parecía un sueño aun poder observarlo, aun tenía miedo tocarlo, mucho más cuando la voz adormilada y sorprendida de Naruto, se repitió en su mente.

Casados, y felices.

Eso no sonaba para nada mal, e incluso parecía un genjutsu, mientras más su mente lo analizaba. El rubio frente a él, tenía doce años de diferencia, había vivido mucho más, lo que lo hacía más hermoso, pero había una gran diferencia del ser tan brillante que es, en ese momento, a la ultima vista que tuvo de él, Shikamaru podía recordarlo bien, la imagen apagada y desgastaba que vio antes de irse. Resignado a "descansar" con la ayuda del Kasekage.

Naruto, su Naruto quería ser de ayuda, pero ellos solo querían que descansara. Los ninjas que confiaron hasta el final en que la guerra acabaría bajo su ayuda y la confianza que él trasmitía, llegó a todos. Acostumbrado a las promesas de no perder a nadie, en una guerra... siempre habrá perdidas, vidas que estaban en riesgo para conseguir un bien en común. Y era ese el recuerdo en el que su rubio se encerraba.

Pero, este Naruto, se notaba tan cambiado y hermoso. Tan calmado y brillante, una imagen que necesitaba que estuviera en el presente, una que necesitaba conseguir en él.

El ser un héroe, salvar y ayusar es lo que deseó el rubio para ser reconocido, dejando atrás la imagen de jinchuriki  al que todos odiaban, él se convirtió en alguien más, pudieron verlo como realmente er. Un joven soñador y aspirante a cuidar del lugar que lo vio crecer.

Y ese Naruto, recuperó la esencia que perdió en tiempo de guerra.

—¿Sigues sin creer que soy real? —escuchó la adormilada voz de Naruto, revolviéndose entre las sábanas—. créeme, ni siquiera yo lo sé.

—¿No deberías dormir más? —preguntó Shikamaru cambiando de tema, y desviando la mirada del coqueto pezón del mayor que se hacía presente fuera de la sabana que cubría su torso. No, no estaba listo para una imagen más coqueta y candente, que buscaba joder su mente. No, Shikamaru, eres fuerte, debes ayudar a Kakashi, sí, eso harás, pensó, y busco su atención en algo más de la habitación que no sea, él.

—Yo debería decir eso, apenas amanece y ya estas fuera de la cama, hace frio y solo quieres escapar. ¿Dónde queda la valentía de un Nara?

—Debo ir a la torre Hokage.

Naruto, ese Naruto se sobresaltó, y quitando las sabanas de su cuerpo, empezó a buscar en toda la habitación, murmurando por sus cosas, y porque no podía encontrar otra camiseta. Shikamaru suspiró, y cerró los ojos, cuando el rubio mayor se agacho en busca de algo, que ni siquiera la puede pensar, cuando la ropa interior del mayor solo amoldaba a su trasero como una segunda piel. Y él, con una calentura que no podía controlar desde que sus sentimientos fueron colocados como prioridad.

¿Es un castigo o un gran premio? Papá, por favor, necesito un descanso de esto.

—Shikamaru~ No te quedes allí, ayúdame, luego me estarás regañando en la oficina por el papeleo. ¡Por favor! Se amable con tu esposo... estoy cansado, y tengo sueño, hambre y no me has dado mi beso de buenos días.

—Naruto.

—...es injusto, quiero recibir amor y tu solo quieres escapar a la torre. ¡Injusto~! —continuó quejándose el mayor, mientras se dejaba caer sobre la cama, y abultaba su labio inferior, mucho  ás infantil que en el presente quizás aun dormido sin prestar mucha atención a lo que ocurría a su alrededor.

—Naruto, no soy ese Shikamaru —explicó acercándose a la cama, despeina un poco su cabello sin recoger tratando de controlar el picor que empezó en sus dedos por tocar la expuesta piel que antes había abrazado—. Aun debemos ver como regresas a tu tiempo, pero debes calmarte.

—Pero Shikamaru, ¿No te gusto?

Shikamaru negó—. No dije eso.

—Entonces, ¿Por qué me tratas así? Te amo, me amas y quiero un poco de cariño de mi esposo.

—Aun no estamos casados, Naruto.

—¡Shikamaru! Es porque eres un bobo que sobre piensa las cosas antes de actuar —dijo Naruto. Lo agarró de la muñeca y lo jalo hacia la cama, dejando que este por impresión cayera encima del rubio, más solo funcionó, cambiando de posición y quedando a horcajadas, Naruto sonrió desde arriba—. Ves, un poco de amor no esta mal... pero, no recordaba que fueran tan tímido.

Se burló, mientras veía como el rostro de Shikamaru iba enrojeciendo, mientras que apretaba las sabanas como una escapatoria para no tocar las anchas caderas del mayor. El rubio, dejó que sus manos acariciaran el pecho resguardado por la camiseta crema, sintiendo las áreas trabajadas y sus apresurados latidos. Había regresado al pasado, y su tímido esposo parecía estar al borde del colapso por su atrevimiento, lo que volvía todo un gran juego.

¿Estaba engañando a su esposo por aun querer tenerlo de vuelta? ¿Le estaba quitando la oportunidad a su yo del pasado al querer volver a besar a quien amaba?

Sin embargo, para Shikamaru su mente era más que un campo de batalla a punto de estallar. ¿Qué hacer en esos momentos? Apenas podía ser tan liberal consigo mismo, y ahora tenía al mayor pecado sobre él, dispuesto ser sostenido entre sus manos, y quizás de acuerdo con la posibilidad de compartir un beso, al que no quería negarse. ¡Joder! ¡Era su Naruto!  Estaba casado con él.

En el futuro, continuó la voz de su mente. ¡Y eso no importaba...! No del todo.

¿Cierto?

—Quiero besarte —confesó el rubio, mientras se acercaba al rostro de Shikamaru, quien aun estaba indeciso. No entendía como había llegado, pero adoraba la imagen que tenía sobre él, tan deliciosa y caliente, como sus azules ojos se iban oscureciendo por el deseo, y la sonrisa traviesa en él crecía.

—¿Quieres hacerlo?

—¿Tú quieres? —contra preguntó el rubio—. Eres quien me gusta, quizás la imagen de quien soy en el futuro no sea como esperabas, pero- prometo no decir algo —murmuró Naruto, notando como los labios de Shikamaru se acercaban a él—. No le diré a mi otro yo.

—Estas casado.

—Prometo no decirlo.

—No creo que a tu esposo le agrade la idea de que estes con otro hombre.

Naruto sonrió—Se volverá loco cuando sepa que era él.

Shikamaru sonrió, mientras abrazaba la imagen de Naruto cerrando sus ojos y aceptando el contacto de sus labios. Dejando que sus pulgares acaricien sus mejillas, y casto contacto los haga separarse solo sintiendo sus propios alientos, y que el contacto entre ambos se volviera a cerrar, y disfrutando el sabor de unos labios que solo había probado una vez, convirtiendolo en la segunda vez, en lo más prohibido.

El calor de sus cuerpos fue en aumento, mientras, Naruto se recostó sobreel pecho de Shikamaru, cuando Shikamaru sintió su piel humedecer, y al abrir los ojos, notar las lágrimas recorrer el rostro del mayor.

—¿Estas bien? —preguntó, pero él solo asintió de acuerdo, rodeando sus brazos por el cuello del menor.

—Lo estoy, solo te extrañaba. 

—¡Shikamaru! ¿Estás allí? —escuchó desde afuera la cpnocida voz de su compañera, Ino, deteniendo cualquier acto al que estuviera dispuesto a llegar, Shikamaru suspiró aliviado, mientras Naruto se levantó de su regazo y volvió a la cama, envolviendose entre las sábanas—. Se hará más tarde y prometiste despertar temprano.

Lo hubiera hecho si no tuviera cierta tentación en mis manos.

—Naruto, debo- debo ir a ayudar a Kakashi-sensei. Traeré algo para comer,  no demoraré tanto, espera un poco en lo que investigo como arreglar esto.

—Soy mayor que tu, Shika —murmuró el rubio mayor desde su lugar, por lo que el Nara solo negó a la respuesta—. Esperaré, pero debes recordar que me aburro con facilidad.

—Lo haré.

Middle of the night; ShikaNaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora