6. the war ended

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Jaehyun caminaba en medio de la calle con el cuerpo de Doyoung en brazos, las lágrimas habían dejado de salir desde hace no mucho, pero el dolor en su corazón seguía presente.

Tuvo que salir corriendo de la casa pues Jaehyun sabía que en cualquier momento algún soldado podría regresar para buscar a su compañero y él no estaba dispuesto a pelear una vez, porque no iba a separarse de Doyoung. Incluso, aun con el miedo de que alguien regresara y de haber dejado un momento al mayor en el baño inconsciente, había buscado a su hermanita en toda la casa.

No la encontró.

Y sólo quiso tirarse a llorar, a rogar porque Luda estuviera sana y salva.

Sin embargo, tuvo que ser fuerte y volver por Doyoung, cargándolo con miedo a lastimarlo más de lo que ya estaba. Corrió hacia los centros de salud, pero todos estaban destruidos, no había ningún doctor cerca y lo único que sus ojos podían ver era a la gente muerta o moribunda en el piso, todos llorando encima de un cuerpo inerte o solos mientras se abrazan a si mismos. Las casas se seguían derrumbando y el sonido de todo el material cayéndose hacia que todos los ciudadanos brincaran del susto al pensar que se trataba de algo peor.

El rostro de Jaehyun estaba inexpresivo, sus mejillas pegajosas por las lágrimas y sucias por todo el polvo que había terminado en su cara. Los raspones habían dejado de sangrar y aunque aún ardían, realmente no importaba. No sabía a donde ir y sólo se encontraba caminando, quizá con un poco de suerte alguien le ayudaría, pero las esperanzas eran cada vez menos cuando veía a toda la gente herida o muerta, nadie iba a ayudarle, empezaba a perder la fe.

Miró el rostro sucio y sangrado de Doyoung, los parpados caían suavemente tapando sus ojos cafés claros, su cabello castaño tenía un montón de polvo encima y sus labios estaba ligeramente entreabiertos. Jaehyun repentinamente sintió ganas de llorar de nuevo. Ya ni siquiera sabía si Doyoung seguía vivo.






Los parpados le pesaban, pero no quería ir a dormir. Todo podía pasar en ese rato en que él fuera a dormir y no quería que eso pasara. Finalmente, Jaehyun había podido encontrar un lugar donde estaban atendiendo a los heridos, no era el mejor y tampoco tenía buena limpieza con tanta sangre, pero prefirió eso a que Doyoung muriera sin ser atendido si quiera.

Una doctora le había dicho que llego justo a tiempo para poder salvarlo, el problema era que necesitaban un donante de sangre para que Doyoung pudiera sobrevivir porque la sangre que había perdido era demasiado y era sorprendente que Doyoung siguiera vivo. Por supuesto, Jaehyun había dado un poco de sangre para saber si era compatible con el mayor.

Estaba tan casando de todo. Su hermana no estaba a su lado y Doyoung seguía en peligro.

Por los menos sus brazos y rodillas también habían sido atendidas, aunque sólo eran raspaduras, la tierra había infectado la herida. Había mirado a su alrededor y sólo se encontró más gente herida, delirando, llorando, rogando a los doctores para que hicieran su mejor esfuerzo. Toda la escena le hacía estremecer y sólo estaba rogando para que Doyoung fuera capaz de sobrevivir. ¿Por qué todo tenía que salir mal? Primero se había separado de Hendery, luego su hermana que había desaparecido y ahora Doyoung que estaba entre la vida y la muerte. ¿Qué había hecho mal para merecerse todo eso?

En el pasado, Jaehyun pensaba que la vida cotidiana que llevaba era un infierno por el simple hecho de que su mamá era una descarada y engañaba a su padre sin pudor alguno, era por esa misma razón que se había hecho cargo de Luda desde que nació, porque su madre estaba demasiado ocupada viendo a otros hombres como para ponerle atención a dos mocosos que bien podían cuidarse solos. Rio con amargura y miró el rostro impasible de Doyoung. A pesar de que había sufrido mucho en ese momento, nada se comparaba con el dolor que sentía ahora; la necesidad de tener a su pequeña hermana a su lado era enorme.

Coup D'état - 쿠데타 | JaeDo (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora