Germant estaba muy decaído, ahora qué todos esas memorias se habían combinado con las suyas pudo sentir en carne propia lo que era una vida feliz.
Antes, los recuerdos del verdadero Germant eran como una película, aunque él podía verlos no podía entenderlos del todo. Sin embargo, desde el momento que se completa la unión, él siente por sí mismo lo que sintió esa persona en su vida.
Cuando entró Kibiny él no pudo evitar preguntarle. "Kibiny, ¿Tu... antes de ingresar a la Patrulla Roja, eras feliz?"
"Mmm, es difícil de responder, supongo que diría que no, o al menos no era feliz como lo soy ahora. Desde que murieron mis padres solo quedamos mi abuelo y yo. Al principio tratamos de ayudarnos entre los dos pero luego mi abuelo se convirtió en un borracho violento, incluso gastando mi dinero, y siguió así hasta que finalmente me vendió. Estos últimos años no fui feliz." Ella había notado el extraño tono en Germant al preguntar por eso trato de ser lo más sincera y clara posible.
"Lamento escuchar eso... ¿extrañas a tus padres?" Preguntó Germant mientras la miraba de reojo.
"Claro que lo hago, a cada momento. ¿Y qué hay de ti, los extrañas?."
"No realmente, mi madre murió cuando yo nací, y mi padre me abandonó cuando sólo tenía ocho años. De esa persona incluso preferiría olvidar que existió pero supongo que eso no es posible. Antes nada de esto me interesaría pero recientemente pude ver de primera mano el cariño de una familia y parece que me afectó, siento incomodarte."
Kibiny no estaba segura de cómo responderle, por lo que simplemente caminó hacia él y lo abrazó por la espalda.
Germant se sintió cálido por dentro, era una sensación que él prácticamente desconocía pero que anhelaba desde lo más profundo de su ser. Lo hacía sentir vivo.
Él entonces se volteó, teniendo la cara de Kibiny frente a la suya, y al igual que había visto en las memorias dentro de él, la besó suavemente. Ella no pudo evitar abrir sus dos ojos enormemente, pero luego de unos segundos se relajó y se dejó llevar.
"Y-Yo..."
"Hey, Ger, te estaba buscando, nos han mandado una misión para noso..." Violet como siempre ha hecho, entró sin pedir permiso. "Oh ¿interrumpo algo?" Preguntó con un tono de disgusto en su voz.
"N-No interrumpes nada. D-Dime, ¿de qué misión hablas?" Preguntó Germant luego de que ambos se apartaran vergonzosamente.
"Mmm... Nos encargaron buscar algo llamado esfera del dragón." Dijo Violet mientras miraba extrañamente a Kibiny.
"¡¿QUÉ?! ¡Mierda, estaba tan concentrado estudiando que no me di cuenta del tiempo!" Germant maldijo internamente.
"¿Por qué te alteras de esa manera?" Ambas mujeres estaban confundidas con su reacción.
"Esas esferas que te nos mandaron a buscar, son siete en total, si las reunes todas puedes cumplir cualquier deseo que se te ocurra."
"¡¿De verdad existe algo como eso?!"
"Si pero no debemos involucrarnos, es imposible obtenerlas... ¡Violet, salirnos de la Armada de la Patrulla Roja, pronto será destruida!" Germant, estaba pensando en mil excusas diferentes para poder justificar esta decisión y que Violet aceptara.
"Claro, hagámoslo." Respondió Violet calmadamente.
"Sé que es difícil creerme pero por favor...¿Eh? No esperaba que aceptaras tan fácilmente."
"Pues es una decisión sencilla, solo en el último mes gane más dinero gracias a ti y tus creaciones que por la Patrulla Roja. Aparte nunca me gusto mucho el que me manden como ellos quieran. Así que no hay ningún problema en hacerlo."
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Solo un Humano Ordinario en Dragon Ball
FanfictionDe repente descubrió lo insignificante que es en el mundo donde vive. Gracias a los recuerdos que obtuvo, ahora quiere cambiar su destino con sus propias manos. Un joven ordinario que sin tener ningún tipo de poder en el universo de Dragon Ball tr...