Capítulo 12: Levantando el Sello

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  Germant rápidamente tranquilizó a Violet, quien estaba bastante furiosa por la falta de dinero.

"Relájate, si falta dinero puedes vender mis inventos personales, excepto los materiales militares. Al menos con eso nos mantendremos hasta que lleguen esas personas."

 Y es que, aunque prácticamente nadie se mudo a su nueva ciudad. Aún había un grupo de personas que Germant pudo atraer, en especial gracias a Silver y Violet. Estos eran los antiguos miembros de la Patrulla Roja.

 Aquellos que sobrevivieron a su destrucción, fueron sobre todo los no combatientes, y eran exactamente la clase de gente que buscaba Germant.

 Tal y como había previsto, luego de unos días, Silver pudo enviar un lote de más de cien personas a la nueva ciudad. Con ellos Germant planeaba apoderarse de las industrias que anteriormente estaban bajo el control del comandante Red y su gente. Un ejemplo de eso fueron los vehículos de transporte, industria la cual la Patrulla Roja dominaba.

 Gracias a esto, Violet pudo ver como poco a poco se fueron llenando sus arcas nuevamente.

 Lamentablemente, incluso luego de algunos meses, la gente común seguía reacia a mudarse a esta nueva ciudad. La mayoría ya estaba conforme con lo que tenía, por lo que irse de donde estaban era algo que ni siquiera se planteaban.

"Bien, ya que el plan A no funciono tendremos que proceder con el plan B." Dijo Germant, en una reunión donde estaban Violet, Silver, el Dr. Flappe y Pilaf.

"¿Y cuál es el plan B? No recuerdo que lo hayas mencionado." Preguntó Silver.

"Es sencillo, usaremos esto." Germant tomó en sus manos un pequeño contenedor eléctrico. "Aquí adentro está sellado, Piccolo Daimaku, el mismísimo rey demonio. Lo liberare y le dejaré ir al mundo."

"Eso es una locura, yo he escuchado historias sobre el Rey Demonio Piccolo, y puedo asegurarte que no es alguien que podamos controlar." Comentó, preocupada, Violet.

"Puede que tengas razón, pero tengo confianza en poder hacerlo. Por lo tanto pido que confíen una vez más en mí."

 Germant no planeaba retractarse con respecto a este plan. Ya que si todo salía como él quería entonces se convertiría en el gobernante de toda la tierra. Prácticamente, es el mismo plan que tuvo Pilaf en la serie, solamente que Germant creía que podía hacerlo sin cometer los mismos errores que este anterior.

 Para ello se tenía que asegurar de dos cosas, primero poder manipular a Piccolo de tal manera que todo salga de acuerdo a las ideas de Germant. Y lo otro es asegurar la derrota de Goku, si él vence a Piccolo nada de su plan serviría.

 Como no tenían mucho tiempo que perder, Germant liberó el sello del contenedor. Un Piccolo ya anciano entonces hizo su aparición, para evitar que ataque ni bien sea liberado estaban en una sala completamente llena de robots similares a los seis contra los que Goku peleo en su anterior ataque.

 Sin embargo, aunque estos robots se veían idénticos a los anteriores, eran un poco más fuertes, y claro eran mayores en número. Si bien, posiblemente no fueran suficientes para vencer al Rey Demonio frente a ellos, al menos lo retrasarían el suficiente tiempo para poner a todos a salvo.

 Por suerte no hubo la necesidad de llegar a ese punto. Piccolo escuchó la explicación de aquellos que lo liberaron, él estaba interesado en cómo cambió el mundo desde que fue encarcelado. Finalmente Germant, le ofreció un trato.

"Bien, ya te explicamos la mayor parte de lo que está ocurriendo, ahora bien, tengamos un acuerdo. Dentro de dos semanas se realizará un torneo de artes marciales donde se reunirán los luchadores más fuertes del planeta. Tienes que ir y asesinarlos a todos. Si lo logras entonces te otorgaré esto." Germant sacó de su bolsillo una esfera del dragón, la cual obtuvo de pura casualidad.

Solo un Humano Ordinario en Dragon BallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora