Te veo con amor

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Un padre, se encontraba con sus hijos.
Quienes le pidieron escuchar la historia de como sus papás se conocieron y como su amor floreció.

Una vez que su padre termino de contar su historia, de como encontró al amor de su vida.
Sus hijos de 7 años de edad, saltaron de emoción no importa cuantas veces vuelvan a escuchar siempre les terminará encantando el final.

En eso, otra persona se hace presente.

––¿Que pasa? ––sonríe.

Los gemelos felices voltean y abrazan a su otro papá.
Emocionados hablan, pero lo hacían tan rápido que su padre no los entendía.

Entonces, el otro padre se acerca atrayendo a su esposo a su lado de dónde se encontraba.

––Solo les conté nuestra historia, otra vez.

Saint sonríe. –– Les encanto como el primer día que se lo contaste ¿Cierto?

––Si, y parece que nunca podrán ser capaces de cansarse de escuchar nuestra historia una y otra vez

––¡Nunca lo haremos! ––afirmaron los pequeños.

Ambos padres no pueden evitar sonreír, de lo feliz que eran al ver a sus pequeños así de emocionados.

––Bueno, basta de saltos y mejor vallan a lavarse las manos. ––le dice a sus pequeños.

––¡No! ––grita el gemelo que fue el primer en nacer–– ¡Queremos que nos cuenten otra vez su historia de amor!

––¡Si! ––grita el gemelo, quien fue el segundo en nacer.

––Sera en la noche mis pequeños, ahora vayan a lavarse las manos para comer.

Los gemelos, ante la petición de su padre.
No pudieron negarse a obedecer lo.

––¡Si! ––corren ambos gemelos, alejándose de sus padres con la intención de cumplir con la orden de su padre.

Perth al percatar se que sus hijos ya no se encontraban en el mismo salón, no pudo evitar abrazar a su esposo de la cintura.

––¿Pasa algo amor? ––lleva sus dos manos sobre las de su esposo, quien se aferra más a su cintura

––Nada, solo estoy muy feliz.

Saint ante lo dicho, se da la vuelta pero sin soltar a su esposo lleva sus brazos alrededor de su cuello.

––¿Eres feliz?

––Siempre soy feliz, solo contigo y con nuestros dos tesoros puedo ser feliz ––besa su mejilla–– gracias a ustedes, soy feliz.

––Tambien soy feliz Perth y todo es gracias a todo el amor que me das junto a nuestros pequeños.

––Amor, de verdad yo siempre creía que mi destino era estar siempre solo y que siempre sería un estorbo para los demás.

––Perth, en qué quedamos. ––puchero, con solo escuchar su tono de voz se podía saber que le molestó lo que dijo su esposo.

––No, Saint no te enojes ––con sus manos acaricia sus mejillas–– se que no te gusta que hable así de mi, pero solo quiero que sepas que ya no pienso así y todo es gracias a ti. ––lo besa–– aprendí a sobresalir, aprendí a defenderme, aprendí a siempre luchar por lo que quiero, a nunca rendirme y a siempre tratar de sobrepasar mis límites, los límites que me impedían llegar a mi felicidad.

Saint sonríe ante sus dulces palabras.

––Gracias mi ángel, llegaste a mi vida para salvar me de la oscuridad que me tenía preso sin compasión alguna, te amo.

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