Mi Ángel

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Hola, mi nombre es Perth, me encuentro, junto a mi familia.
Nunca creí que una persona como yo, con mi condición, iba a ser capaz de formar una familia.

En especial, que una persona pudiera ser capaz de amarme y que este dispuesto a estar conmigo, que pudiera formar una familia conmigo.

Siempre creí que mi destino era estar solo, en la oscuridad sin nadie a mi lado pero apareció el, mi dulce Ángel quien me salvó de la oscuridad donde me encontraba preso a su merced.

Mi Ángel llegó a cambiar lo todo.

Lo amo, y el a mi.

No puedo ver su rostro, pero si puedo ver lo con amor, y al hacerlo, puedo ver a una belleza de persona, se que para muchos es tonto que tal vez el me puede estar traicionado con otra persona, o solo está conmigo por mi dinero.

Pero la verdad, es que no, con todo lo que el ha hecho por mi, me hace saber que el me ama mi ángel es el ser más hermoso del mundo, por qué no le importa si no puedo ver su rostro, a él lo que le importa, es que yo lo vea con amor, con el amor que yo siento por el, así como el lo hace conmigo.

Todo empezó, en el primer año de la escuela secundaria, a los 13 años, como siempre buscaban molestarme y hacerme sentir mal, al darse cuenta de mi condición.
Pero ese mismo día, apareció el, a salvarme.

¡Alejen se de el! gritando.

Ese día, fue el más emocionante y significativo para mí corazón desolado.
Porqué llegó el, mi ángel que cambio mi mundo, de uno oscuro, a un mundo lleno de luz.

Su nombre, es Saint.

—¡Malditos cobardes! ¡Cómo se atreven a molestarlo!

Siento cómo me coloca detrás de el, y yo me aferró a su brazo.

—¿Quien eres tu? Oye, sino sabes lo que pasa no te metas —entre dientes— nos estamos divirtiendo con nuestro pequeño amigo.

—¿Divirtiendo se? Molestar lo es divertido para ustedes. —alza la voz— no se vuelvan a meter con el, bola de cobardes.

—¿Así? —se acerca— Y quien me lo va a impedir, ¿Tu? —arquea una ceja.

—Si, ¡Yo! —le da un puñetazo que lo hace caer al suelo, su amigo corre a ayudar lo a levantar se.

—Mierda, ¡Estás loco! —exclama el otro.

—Ya me oyeron, sino quieren mi puño en su cara no se vuelvan a meter con el. —toma mi muñeca derecha, pero antes de dar el primer paso el se detiene un segundo y dice lo siguiente— ¡Estos son peores que sanguijuelas pero ustedes son una bola de idiotas al permitir estos abusos!

Escucho como todos murmuran asustados está claro que este chico es muy feroz, como un dragón, sus palabras son como fuego, que hicieron cenizas a todos.

Pero con solo tocar su brazo, puedo saber que su contextura es delgada y me sorprende.

En eso, siento como vuelve a tomar me pero está vez toma mi mano, para llevar me lejos de ahí.

Al saber que ya estábamos lejos, ahí empecé a hablar.

—M- muchas gracias, p- por defender me... —tartamudee pues aún seguía sorprendido por lo que acaba de pasar.— pero.... ¿A don- donde vamos?

—Pues de nada, y con respecto a lo otro vamos con el director. —seguía caminando.

—No. —me rehusó a seguir andando—hacer eso solo lo empeorará.

Te veo con amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora