1: "Pequeño Harry"

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Harry era un simple niño de ocho años que vivía con sus padres, en ese preciso momento estaba encerrado en su habitación ya que su mamá Anne y su papá Des estaban peleando como todas las noches.

Su vida era normal dentro de todo pero él nunca quería llegar a casa por estas cosas. Aunque era pequeño, todavía entendía todo lo que estaba pasando y por eso estaba triste la mayor parte del día.

Miró a su alrededor, fotos con sus papás pegadas en la pared y pósters con sus súper héroes favoritos, en el piso sus juguetes favoritos y en su mano el celular de su mamá Anne decidiendo si llamar a su abuela o no. Él solamente quería que lo abracen y que le digan que todo estaría bien aunque no fuera así, era pequeño y necesitaba el amor y atención que todo niño se supone que recibe.

En el colegio unos compañeros lo burlan por usar coronas con flores y otros que son sus amigos, Niall y Liam, que dicen que no le haga caso a los demás. Él es perfecto como es. Ellos también hablan sobre su familia, adinerada y mucho amor para dar, cuentan como les fué los fines de semana y a dónde van de vacaciones. Y que tiene él? Todos los días gritos y amenazas por parte de su padre, lo único que quiere es ir con su mamá y abuela a vivir lejos, muy muy lejos.

Y sin darse cuenta estaba llamando a su abuela, los gritos afuera de la habitación se hacían cada vez peor y se estaba desesperado.

— Hazz amor, que pasa? — Contestó su abuela del otro lado, un poco preocupada por la hora.

— Nana, necesito que vengas... Rápido. — Sorbió su nariz y dejó escapar una lágrima. — Papá no deja de gritar y tengo miedo.

— Cariño has lo que te digo siempre, si tienes miedo vas a encerrarte al baño okey? Nana está yendo para allá. — Harry cortó la llamada y corrió hasta al baño y puso la traba.

Cerró sus ojos fuertemente esperando a la llegada de su amada abuela, pero algo escuchó, un ruido muy fuerte. Un disparo.

Tapó sus oídos y comenzó a llorar muy fuerte, se sentía débil y muy triste. Él estaba encerrado como un cobarde, cómo siempre le repetía su padre, sin poder ayudar a su mamá. Y si estaba en peligro? Nunca podría perdonarse eso. Escuchó como la puerta principal era cerrada fuertemente y esperó, esperó unos diez minutos y nada.

Cuando estaba por salir de su escondite escuchó un grito muy feo, era su Nana.

Cuando estaba por salir de su escondite escuchó un grito muy feo, era su Nana

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Cuatro años después...

Ahora un Harry con doce años de edad está sentado en su cama mirando una foto de su mamá, la extrañaba tanto.

Luego de aquella noche su vida no tuvo sentido alguno, solo quería morir pero tenía que ser fuerte por su abuela, que ahora vivía con ella.

Hoy se cumplían cuatro años de la muerte de su mamá Anne, la mujer que le dió todo lo que pudo y murió en manos de un maldito maltratador. Harry no entendía por qué tenía que vivir esto, es que acaso estaba planeado así? Tener una vida sin padres?

Sus amigos nunca lo abandonaron o lo dejaron de lado, siempre intentaban sacarle una sonrisa pero eso no pasaba muy seguido y menos por estas fechas.

— Hazz tenemos que ir al psicólogo y luego al hospital, vamos. — Su abuela habló desde abajo ya que no podía subir escaleras por culpa de su bastón.

— Enseguida voy Nana.

Ir al psicólogo no era de sus cosas favoritas pero se lo habían recomendado para poder sobrellevar las cosas y no caer en depresión, aunque en estos años no tuvo tanto avance. Siempre se repetía que su mamá murió por su culpa, por ser cobarde. Y eso nadie podía sacárselo de la cabeza lamentablemente.

Y luego tendría que ir al hospital por unos chequeos ya que últimamente sentía unos pequeños dolores de cabeza pero nada grave, y su abuela tenía que hacerse unas placas ya que cada vez le costaba más caminar.

Su Nana, su abuela, su otra madre, la mujer que le dió todo y se quedó sin nada. La que le dió el amor que nadie pudo darle y lo apoyó en todo, hasta cuándo le contó que era gay hace unos meses atrás. Fue bendecido por esa mujer y no podría estar más agradecido.

Al parecer sus chequeos estaban bien y su abuela tendría que volver luego así que se marcharon a casa. Otro triste día como todos, sin su mamá.

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