8: "Terraza"

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Al día siguiente Nana fué como prometió llevando comida a escondidas otra vez ya que a Harry le encantaba el chocolate y su abuela no podía negarse a sus pedidos.

Su Nana le seguía pidiendo disculpas, diciendo que era mala abuela y no se merecía que la disculpara, ella tenía miedo y por eso no podía decirle. Harry por otro lado al principio estaba enojado pero luego la entendió. Él hubiera hecho lo mismo.

Más a la tarde a la hora de la siesta su abuela se fué y él se sentía con un poco de sueño así que se durmió, le dolía todo el cuerpo y un poco la cabeza.

Soñó con unos ojos azules y una sonrisa encantadora, estaba loco por Louis pero no quería admitirlo. Sentía que no era correcto ya que se conocían hace poco.

Se despertó por un movimiento en su hombro y cuando abrió los ojos vió a Louis con una mueca de preocupación. - Harold estás bien? - Tocó su cabeza y estaba caliente, con todo su cuerpo mojado de sudor. - Te voy a tomar la fiebre, siéntate por favor.

Al volver a la habitación Harry estaba sentado y con los ojos cerrados. Louis puso el termómetro abajo de su brazo y le acomodó el pelo atrás de su oreja.

- Que hora es?

- Son las ocho de la noche Harry.

- Qué? - Abrió sus ojos un poco confundido. - Dormí demasiado.

Louis rió y Harry se lo quedó mirando disfrutando esa linda melodía.

- Harold no te preocupes, puedes dormir lo que quieras. Yo no estuve por qué fui a visitar a mi familia y son como una hora y media o dos horas de viaje en auto, estuviste bien con tu abuela? Comiste todo el almuerzo? - Harry estaba fascinado con él, se preocupaba por su salud y bienestar.

- Si Lou, comí todo te lo prometo.




- Si Lou, comí todo te lo prometo

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Luego de llevar la cena y comer juntos, Louis le propuso algo después de notar que Harry estaba mejor.

- Te quiero llevar a un lugar que a estas horas es muy lindo. Ven levántate. - Le dió la mano para que bajara de la camilla.

Harry rió. - Lou no sé si te acordás pero no puedo irme...

- Tranquilo no vas a salir del hospital pero igual nadie nos puede ver. - Le puso las zapatillas y agarró el suero para llevarlo con ellos.

Salieron en silencio caminando hasta el ascensor. Subieron y Louis apretó el botón de arriba de todo y así subiendo unos cuatro pisos más.

Al salir caminaron por un pasillo y Harry estaba un poco confundido mientras Louis lo llevaba agarrado de la mano.

El castaño abrió una puerta con una llave y ahí lo vió. Era la terraza y las estrellas resplandecían en el cielo nocturno. Su miraba brillaba mientras miraba todo con adoración.

Louis le guío hasta la mitad de la terraza y lo hizo sentarse junto a él. - Creo que para la próxima voy a traer una manta. - Comentó riendo, ya que el piso estaba un poco frío. Las temperaturas estaban bastantes bajas pero estaban bien abrigados.

Un silencio cómodo los abordó, Harry no tenía palabras y su mirada estaba en el cielo estrellado, era realmente hermoso.

Louis también admiraba, pero su vista estaba en Harry. - Es muy lindo. - Salió de su boca y Harry asintió sin ver qué en realidad hablaba de él.

El rizado apoyó su cabeza en el hombro del mayor y suspiró. - Yo tengo un sueño y no sé si pueda cumplirlo.

- Qué dices Harry? Cuéntame. - Louis pasó uno de sus brazos por el hombro.

- Bueno, yo cuando era chico siempre quise cantar. Ser famoso y esas cosas, pero tengo vergüenza por qué canto un poco mal. - Se ruborizó.

- Como que cantas mal? Es imposible, todo en ti es perfecto. - El corazón de Harry se aceleró ante sus palabras y levantó le cabeza para verlo a los ojos. Azul y verde mezclándose y brillando bajo la luz de la luna. - Lo siento si te incomodé Harold. - Louis estaba un poco nervioso.

- No es eso Lou, solo que de verdad no soy perfecto cantando. - No le iba a decir la verdad, que era que estaba casi enamorado de él.

- Seguro que si, puedes mostrarme como cantas. - El rizado negó.

- Me da vergüenza, pero tal vez algún día si. También escribo canciones y nunca se lo mostré a nadie.

- Puedes usar el diario que te dí para escribir, que te parece? - Ofreció con una sonrisa. - Estaría encantado en leerlas, yo toco la guitarra. Podríamos hacer algo juntos.

Harry sonrió y agitó su cabeza asintiendo muy emocionado. - Eso me gustaría mucho LouLou. - Lo abrazó fuertemente y el mayor estaba muy feliz, sin dejar pasar ese apodo tan lindo que le dijo.

Aunque después de un rato volvieron ya que Harry no se sentía tan bien del todo y Louis no quería presionarlo, así que volvieron a la habitación pero con un sentimiento en su pecho. Y sabían de que se trataba.



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