Por el numero 4

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"Te tardaste!" La escuchó en el momento que sus ojos se vieron en él, y hacia los platos cargados en sus manos, y en ella por los cubiertos esperando ser usados.
Una pequeña expresión conforme en la que colocó ambos platos para los dos, disparó una, a qué más miradas en su entorno, no solo por el trayendo personalmente la comida sino que fue más el peculiar aroma que los llevó a seguir a dónde iban esos platillos, o que fueron realmente.

"Demonios... cómo puedes lograr que una comida sea así?"

"Esfuerzo y dedicación?"

"Claro... buen provech-ah no, era itadakimasu no?"

El las palabras de sus acciones sus manos se habían juntado en el clásico movimiento que tendían a hacer muchos sino todos los japoneses, algo que Siobhan había querido imitar como una burla en principio, pero que tomo más seriamente con el tiempo.

"Itadakimasu"

El almuerzo prosiguió a la par de las miradas que comparaban sus platillos con los de la mesa del pelirrojo y la peli blanca, con desconcierto, al tomar el mismo platillo pero inconfundiblemente distintos en el sabor.

Una clara diferencia que quisieron exponer, pero que por vergüenza a reclamar un platillo especial para lo que parecía que fue una pareja, era ir demasiado lejos.

"Sabes..." Siobhan bailó con su tenedor en el plato ahora vacío en la mirada del que tuvo enfrente con la expresión de un sujeto que la escuchaba.

"... Es necesario que te marches así?"

"..."

"Quiero decir, mira! Eres la celebridad en este momento, y no puedes negar que tu vida está yendo hacia arriba, maldición no me equivocaría en decir que eres o serías el mejor Cheff del continente"

"Agradezco y aprecio el voto de fe en mis habilidades culinarias, pero-"

"Por que siempre hay un pero?" Refunfuño en el momento que sus brazos cruzaron su pecho recostando su espalda al respaldo de su silla.

El por su parte respondió con una agradable expresión, mientras ella lo atravesó con la mirada.

"Porque tengo que regresar y ver si mí hogar sigue ahí..."

Lo miró, buscando una mentira, finalmente suspiró derrotada en la expresión legítima de su honestidad.

"Y tu Siobhan?"

"Quizás regrese también, es probable que quiera ver un poco del pasado, ya sabes, el viejo barrio... no sé realmente"

"Entonces será bueno mantenernos en contacto, al final eres la única que sabe las contraseñas de mis cuentas"

"Soy tu contadora personal, es claro que debo y tengo que saberlo"

"Siempre que no gastes de más..."

"Oye! Te escuché!"

"Ahem!" La luz y el sonido se encontraron para que la pequeña dama, en un vestido de una pieza bajara su mano de su rostro, notando que su llamado de atención había funcionado, su altura no llegaba ni por cerca a la altura del pecho de Shirou, pero eso no quitaba el mérito que el dinero respaldando a la joven no fuera algo simple de ignorar.

"Si?" Pregunto Siobhan, con un pobre intento para no destacar su molestia, bueno era algo común, no le gustaba que la molestaran mientras ella comía, y la pequeña princesa Usahin, estaba ahí, con dos guardias a menos de tres pasos, pero cuidadosos en los ojos que no se perdieron la actitud de Siobhan.

"Buenos días, estaba sentada en la parte interna, ya saben, y por casualidad escuché"

Ania...

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