Capitulo 1

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SAKURA

La peli-rosa se encontraba junto a su compañero rubio. Estaban en un misión, infiltrarse en lo que parecía ser una subasta de omegas.

Vestía un vestido refinado de color rojo vino, en su rostro llevaba un antifaz de gato, tal como lo podían las reglas de aquel evento.

Entraron a un gran salón con un escenario hasta el fondo, todo parecía tan normal y eso hacia que la peli-rosa se enojara. En esa sociedad los omegas no eran mas que juguetes de places, solo servían para complacer a los alphas.

Se colocó en primer fila, logrando ver cómo omegas eran vendidos a grandes precios, por impulso su mano estaba apunto de tomar su arma, pero su amigo rubio lo impidió.

―No hagas ninguna locura...aún no es hora, no tenemos la orden del alto mando―le susurró el rubio.

―El siguiente es un Omega de alta calidad de unos 15 años de edad, virgen y de sangre pura. Viene del linaje Uchiha, hijo menor del líder del clan―dijo el anfitrión de aquel evento.

*Maldito, como puedo vender a su propio hijo*

Pensó la peli-rosa con repulsión. El telón se abrió dejando ver a un azabache amordazado, atado de manos y piernas con cadenas, sus orejas azabache relucían, al igual que su cola, estaba en paños menores. Lo hicieron arrodillarse en el piso, los ojos de la peli-rosa veían el rostro angelical de aquel chico y el miedo en sus ojos...un miedo el cual la hacía sentir compasión...

―Bien empezaremos con cinco mil dólares―dijo el anfitrión y rápidamente aquel número empezó a subir hasta llegar al número de diez millones de dólares―Diez millones a la una, a la―no pudo terminar ya que vio como una chica de cabello rosado levantaba la mano.

―Veinte millones en efectivo y ahora―dijo la peli-rosa decidida.

―Veinte millones a la una, a las dos y a las tres, ¡Vendido a la dama de cabellos rosado!, Pase en la parte de atrás por su Omega―dijo y la peli-rosa camino hacia la parte de atrás.

El dinero no era un problema para ella, pago el dinero y fue por el azabache. En una jaula de metal se encontraba aquel Omega como sud e un perro se tratara, el pobre chico tenía la mirada vacía y temblaba por el miedo que sentía.

―No se en que estabas pensado Sakura, solo teníamos que asegurar información y pruebas―le reclamo el rubio, al ver cómo subían la jaula al carro de la peli-rosa.

―¿Y que querías que hiciera?―le pregunta la peli-rosa enojada―Es solo un niño, si no era conmigo será, piensa en que hubieran hecho con el―le dijo la peli-rosa para subir a su carro―Yo me encargaré de el, esto se quedará entre nosotros―dijo la peli-rosa mientras prendía el carro.

―¿No será que quieres otra cosa?―le pregunta el rubio con una sonrisa pícara, sin embargo a su compañera no le hizo ni un poco de gracia.

―Solo lo salve, solo eso―dijo alejándose del rubio.

Condujo hacía su casa, la cual en realidad parecía un palacio, una hermosa mansión en las montañas, un lugar seguro para que no la encantarán sus tantos enemigos.

Estacionó la camioneta de color negro y bajo de esta, abrió la cajuela encontrados con una azabache, el cual al verla solo sollozo, pero rápidamente contuvo su llanto.

Los omegas tenían prohibió mostrar sus emociones, una de las tantas regalas de aquella sociedad de mierda, tenia que servir a su nuevo amo.

―Tranquilo, estás a salvó, yo te voy proteger ―dijo la peli-rosa abriendo aquella jaula―Sal de ahi, se ve incomodo―le ordeno ella.

Mi pequeño OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora