Capitulo 3

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SASUKE

Ansioso preparaba el desayuno para la peli-rosa al igual que almuerzo para el colegio. Los nervios lo invadían, una vez que termino de ponerse el uniforme bajo nervioso.

―Vaya, te ves muy lindo, el uniforme te queda bien―dijo la peli-rosa con una sonrisa.

―Gra...gracias alpha―dijo el azabache sonrojado por el halago.

―Toma―dijo la peli-rosa entregándole lo que parecía una celular.

Estaba impactado, nunca nadie en su vida se habia preocupado por el, era demasiado...con el trato que ella le estaba brindando era mas que suficiente. Le habia dado ropa, agua caliente, comida, un trato sin humillantes y cariño.

―Llámame si necesitas algo―le explico la peli-rosa y el asintió tímidamente―¿dormiste bien ayer?―le pregunta al verlo con una grandes ojeras.

El simplemente asintió avergonzado, sabia que sus gestos decían lo contrario. Mintiendo, pues en su mente solo podía recordar aquel horrible recuerdo de la noche anterior.

En un parpadeo se encontraba dentro del carro rumbo al colegio. Tenia miedo, en el mundo donde vivían los omegas tenían prohibido el derecho de la educación al ser solo vistos para servir a los alphas.

Bajo de la camioneta un tanto tímido ya que se sentía asqueado e intimidado al ver tantos alphas a su alrededor. Estaría solo a merced de aquellos monstruos, como el los llamaba.

―Todo estará bien Sasuke―dijo la peli-rosa con una sonrisa para intentar calmarlo―Me tengo que ir, suerte―le dijo para luego darle un beso en la mejilla haciéndolo sonrojar.

El azabache entro y con algo de miedo fue a salón donde le habían indicado. Tomo un asiento, después de unos minutos el profesor entro al aula.

―Como verán tenemos un nuevo alumno, que aun no entiende el lugar de su tipo aquí―dijo el profesor haciendo temblar al azabache―Como sea, el omega no se puede tocar a menos que quieran problemas―le informo al recordar a la peli-rosa golpeándolo.

Se sentía incomodo, ansioso y tenia demasiado miedo. Su alegría fue tal cuando aquella clase termino.

Se dispuso a comer, sacando el almuerzo ya que comía cuando se sentía ansioso, ahora que la comida estaba disponible habia subido unos cuantos kilos.

―Vaya, pareces un cerdo-dijo uno de sus compañeros haciendo que todos los presentes se rieran―Entiendo porque nunca conseguirías un alpha―esas palabras le dolieron.

Desde que ella lo habia acogido no lo habia tocado, no habia tenido contacto intimo. Empezó a creer que era porque ella lo veía como una cosas sucia y asquerosa.

Corrió hacia al baño al sentir que devolvería el estómago por los nervios. Al llegar al baño vomito, mientras unas pequeñas lágrimas salían a la luz como reflejo de lo que sentía desde siempre, un profundo dolor.

Mi pequeño OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora