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—¿Has dado con algo? --preguntó el pelinegro mientras tomaba asiento frente a su acompañante.. Esa cafetería, creyó que jamás la volvería a pisar...pero la vida daba vueltas--

—Vaya Yang...¿Dónde quedaron esos modales? -- cuestionó sarcástico--

—No te recordaba tan formal Lee...ya ve al grano --inquirió impaciente--

—No hizo llamadas relevantes en todo el mes,pero...si hubo muchos mensajes que me llamaron la atención --habló mostrándole el celular a su acompañante--

—¿Crees que tenga algo que ver con todo lo que está pasando? --preguntó mientras observaba todos los pequeños mensajes--

—Estoy seguro Jungwon, puedo apostar mi cabeza que Quién está detrás de todo esto es él --habló el pelinegro muy seguro de sí mismo--

—Hay algo que creo que deberías sa-...--se interrumpió él mismo al darse cuenta de quien estaba en aquella vieja cancha de basketball--

—Debería qué...pss,oye Yang...¡Despierta! --agitaba su mano frente al rostro del pelinegro--

—Mierda...no me puede ver y menos contigo Heeseung   --mencionó asustado buscando la manera de salir de tal aprieto--

—oh...--expresó dándose cuenta de la situación al seguir con la mirada lo que observaba el pelinegro asustado-- ten en cuenta que lo que voy a hacer es por el bien de ambos --se escusó rápidamente--

—¿De  qué ha-...--pero su oración fue interrumpida por los labios del contrario que se estamparon bruscamente contra los suyos--

Estaba atónito...sus ojos parecían querer salir de su Órbita.
Su mente pensó en la reacción que tendría Jay sobre lo que estaba seguro, el mayor observa y algo dentro de él se quebró, obligando al pelinegro a separarse de manera brusca para buscar rápidamente al pelinegro  con la mirada,pero este ya había desaparecido del lugar.

No queriendo perturbar su cabeza con la situación,se obligó a sí mismo a creer que esto no infería mucho...después de todo,él y el pelinegro no eran absolutamente nada y después de todo,fue el mayor quien terminó con todo al decidir ir tras el culo de su mejor amigo y abandonarlo en el momento que más lo necesitó.

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Una vez más debía de ir a esa maldita fachada...todo era fingido.
La única mierda que amaba en su vida era su hermoso club nocturno "Amnesia",la sensación del momento.

Y ahora, una vez más tuvo que asistir a esa maldita conferencia de prensa.
Teniendo que dar explicaciones de su vida a gente que no tenía porqué interesarle.

Odiaba como se sentía, sus padres se acordaban de su existencia cuando les era servible para algo. Su madre cuando necesitaba que modelara ropa de sus empresas y su padre cuando le urgía que asistiera a una junta importante.

—Jaeyoon --escuchó el llamado de su madre a sus espaldas haciendo que girara con una leve emoción en su pecho...quizás lo había recordado-- sé que no te gustan este tipo de cosas y aún así vienes...estás cumpliendo tu deber,me satisface --mencionó por último para colocar sus costosas gafas de sol y subir al llamativo auto--

—Señora Shim...al menos...sabe qué día es hoy,sabe.. qué día nació al que se atreve a llamar hijo --mencionó luchando consigo mismo para retener las inoportunas y lastimeras lágrimas--

—Jaeyoon yo...

—No,ni te molestes en fingir algo que sé que no sientes. Un gusto volver a verla después de tanto tiempo,hasta luego...mamá --habló rápidamente para salir casi corriendo del lugar,mientras dejaba salir aquellas lágrimas que ya ni importancia le daba...cada año era igual,no había nada de qué sorprenderse....después de todo,ya estaba acostumbrado.

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Una llamada del hospital era lo único que había sido capaz de mejorar su día de mierda.

Caminaba de prisa por las ya conocidas salas blancas...entrando a la ya familiar habitación.

Sólo esperaba que despertara pronto.. según el médico, de seguro lo haría.

Tomó asiento en el incómodo sofá que le había servido de cama por varias noches.
Impaciente por ver el hermoso y único brillo en los ojos de su amigo.

Minuto tras minuto esperaba, de seguro ya había pasado una hora desde su llegada...y se sentía impaciente pues el chico frete a él no parecía querer despertar.

Algo inquieto abrió las cortinas dejado que el sol de la tarde entrará a través de las ventanas.
Se volteo alarmado al ver al chico removiéndose incómodo sobre la cama.
Rápidamente se acercó a esta observando el lento despertar del japonés.

El chico miraba la habitación notablemente confundido y con su ojos entrecerrados por la claridad.

—Niki --susurró el pelinegro no pudiendo creer lo que veía--

—¿Dónde estoy?.. ¿Quién eres? --preguntó el joven aparentemente confundido--

¿Qué?

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**desaparece silenciosamente**




Sólo mío (Sunki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora