II 🍃: Petalos Dulces.

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Era su primera vez experimentando aquel tipo de situación, sentirse atraído por alguien más, sentir cosquillas en su estomago al verle, hacer tonterías sin darse cuenta de ello provocando risas en el contrario. Todo aquello digno de un novato en aquel mundo llamado amor.

Nuevamente divisó aquella flor entre sus manos, una bonita margarita que parecía comenzar a secarse, por lo que rápidamente se levantó de su lugar, buscando uno de los últimos libros que había leído, para dejarlo allí, entre una de sus hojas estaría mejor y se conservaría más completa que en esa servilleta arrugada entre sus manos.

Jamás se había detenido a pensar en una flor como en aquella, ni siquiera era consiente de lo mucho que podría enamorarse de las margaritas, o quizá, de las margaritas en el cabello de aquel muchacho. 

No perdió mas el tiempo, tomó su móvil marcándole a dos personas en particular, en una videollamada grupal, denotando como era que ambos parecían tardar en contestar, hasta que la imagen de un muchacho rubio y desarreglado resalta en la pantalla del móvil, seguido de un pelinegro igual de desalineado. Y por lo que parecía, ambos se encontraban en la misma habitación. Provocando que el mayor de todos levantara una ceja.

—Espero no estar interrumpiendo su momento de MEDITACIÓN — resaltó aquella ultima palabra por lo ultimo que le había dicho su mejor amigo antes que dejara de contestar sus mensajes — pero necesito que me ayuden.

Los dos chicos detrás de la pantalla terminaron de observarse de reojo, sabiendo que ni así podían hacerle creer que no estaban juntos. 

—¿Qué es lo que necesitas? — musitó el rubio acomodándose nuevamente sobre la cama en la que se encontraba.

—¿Qué se supone que debo de hacer ahora? Lo invité a una cita, pero ni siquiera sé si aceptó y mucho menos sé qué es lo que se hace en una, ¡Necesito su ayuda! — ambos hicieron una mueca de lastima — Por favor dejen de mirarse como si no supiera que están en la misma habitación y díganme algo maldita sea.

—Hyuka y yo tuvimos nuestra primera cita en la puerta de su casa porque su mamá no lo dejaba salir conmigo — murmuró con inocencia — ¿Verdad, cariño? — el muchacho a su lado asintió, ellos no habían tenido una cita formal como cualquier otra pareja, al contrario, simplemente pasaban tiempo juntos en la casa de alguno de los dos.

—Pero si su madre no los deja estar juntos, ¿Qué hacen en la casa de Soobin?

—Me escapé — soltó el menor con desinterés 

El más alto rio por lo bajo, había intentado muchas veces controlar aquellas acciones imprudentes del menor, pero siempre tenía alguna excusa o justificación que terminaba convenciéndolo para poder quedarse junto a él y aunque le gustaría negarlo no podía, le encantaba estar junto a él.

Yeonjun se quedó observando aquella imagen por un segundo, mientras que aquellos dos se miraban fijamente con una sonrisa tonta en sus labios, el rubio con aquellos bonitos botones dorados en sus cabellos y el pelinegro con una de esas flores colocado en forma de broche junto a sus orejas.

—Soobin, eso es...

—Es de Hyuka, es muy bonito, ¿verdad?

—Es un Bouquet muy lindo — sonrió enternecido, volteando a ver el libro cerrado que había sostenido minutos antes. Quizá debía dejarlos en paz por esa noche. — Huening, ¿me pasas el numero de Beomgyu? — preguntó cuidadoso, recibiendo un asentimiento de parte del nombrado — Okay, nos vemos chicos, tengan bonita noche y dejen de escaparse de casa. Adiós.

Todos se despidieron al unísono y en menos de un minuto su móvil sonó entre sus manos, era el numero de aquel muchacho de cabellos castaños.

¿Qué le diría? ¿Sería capaz siquiera de decir algo? Quizá.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2023 ⏰

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Rastro de margaritas [YeonGyu] || GardenverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora