Capitulo 15: Se mi ángel de la guarda... ¡Y no te separes nunca!.

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Me levanté del suelo, secándome las manos en mi camiseta, estaban llenas de sangre. Me acerque con cuidado a Itachi y a Kisame. Gracias a ellos viviamos, Orochimaru salío huyendo cuando se enfrentó al Sharigan. Y eso nos dío la oportunidad de mover a todo mi equipo aquí, les curé a todos en la mugrienta y fina cueva. Por suerte para mí, aquellos esbirros usaban un veneno copiado al de Sasori, y siempre llevaba encima el antídoto. Ahora sólo tenía que esperar que recuperasen la consciencia. Kakashi era el único que estaba consciente, y se acerco a nosotros. Estaba al lado de itachi, y le curaba su brazo herido. Ya lo había hecho con Kisame, y este me estaba contando varias cosas de la pelea.




-Y entonces le cogí, y clavandole mi puñetazo en toda la boca ¡Le rompí tres dientes!- reía como un esquizofrenico, y yo le seguía el royo animándole. -¡Esa serpiente huyó en cuanto vio a itachi! ¡Le tiene pánico! - volvió a reír, y yo le sonreí.




-Siempre hemos sabido que Orochimaru, no traga a Itachi porque es superior a él.




-Eso es completamente cierto- dijo, y se fijo en kakashi- ¿Quérias algo?




-Sí...- Murmuró y se sentó en el suelo, justo delante de nosotros. -¿Porqué nos ayudáis?




-Sólo os hemos salvado la vida, nada más- dijo Kisame, e itachi respondió algo más conciso.




-Sólo os hemos ayudado, no nos interesa vuestra enemistad. No hay razón alguna para que no os ayudásemos.




-¿Y Naruto?




-Ya no queremos al niño de nueve colas, no es nuestra prioridad.- dijo serio, y yo le miré a los ojos.




-Itachi-sama- le llame para sorpresa de kakashi.- ¿Hay alguna manera de extraer el Kyubi?




-Sí, pero morirá.- Cerré los ojos y suspiré.- Déjeme ver su Sharigan, Maestro- le llamé con una sonrisa, y su cara para mi fue un poema. Aunque para los demás no hubiese movido ni un solo rasgo.




-¿Sasuke?- me preguntó en nuestro particular idioma.




-Le costará recuperarse una semana, luego te seguirá odiando un poco más- le dije, y pude notar el alivio en sus ojos.

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