Capitulo 11 (Especial) : Los pensamientos del hombre oculto.

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-Itachi ¿Cómo estas?- Escuché la voz de Kisame, hablándome desde lo lejos, pero no contesté.- ¡Eso es que estas mejor!- gritó, cuando llego al lado de la cama. ¿Cuanto llevaría aquí? No tenia ni idea. Apenas me podía mover, y tampoco lo intentaba, mis ojos escocían y el dolor se disipaba con las medicinas, pero estas... Se acababan, todo era como una pesadilla que poco a poco comenzaba a adentrarme dentro de ella, y sé que jamás encontraría la salida. Desde aquel día, hablaba menos, aunque era difícil, me resignaba a decir lo básico. Desde aquel día tampoco pude levantarme de la cama, las heridas eran graves, y la única médico capaz de curarme, había muerto. El único motivo de moverme, se había desvanecido.

-Desde que no esta ella, esto esta muy silencioso- comentó en voz baja, abriendo la ventana. Claro que estaba silencioso, ella era la luz que iluminaba la noche. -¿Quieres comer?

-Sí- dije, y él rápidamente sacó del mini bar algo que llevarnos a la boca.

-he estado buscando en la ciudad esta, y al parecer el único médico de aquí, no estará disponible hasta mañana. Vendrá esta noche – Era de suponer que le habría amenazado, Kisame era demasiado bruto y apasionado.- también me he enterado de que hay combates de ascenso a jounnin en la villa de la hoja ¿ Los vemos? Dicen que hay muchos participantes buenos, quizás demasiados... la cuidad está estaba revolucionada, al parecer han captado la atención de todos.

-Hmp.- Emití en señal de respuesta. En realidad me daba igual, ella no iba a parecer. Y si ella no estaba... Daba igual todo.

-Itachi, no seas tan borde. - Murmuró, mientras yo me incorporaba en la cama haciendo una total indiferencia a sus palabras, y entonces, el sonido de la tele envolvió la habitación. Me dio un cacho de bocadillo y sentándose en el sofá de al lado de la cama, comenzamos a ver la televisión.

-Que emocionante pelea la de Naruto Uzumaki ¡Sin duda!- Gritaba el comentarista de la televisión.

-Naruto, eh, lo más seguro es que tu hermano este en estos exámenes Itachi.

-Supongo.- Contesté me daba igual, me daba igual todo... Mi hermano, había cumplido su venganza... él pensaba que yo estaba muerto... Él ya podría ser feliz. Algo que yo jamás lograría, ni lograré, pues aquel día, ella se tuvo que poner en medio. Siempre tan impulsiva. No sólo murió ella, sino también... Mi hijo. Si fuera sido un poco más rápido, si hubiera acabado con esto, en vez de contarle todo a mi hermano... Sino hubiera dudado de mi muerte... Ahora ella viviría, y no sería yo quien cargarse con la agonía de haberla visto morir delante mía, salvamdome la vida... Salvándole la vida, a un cruel y repugnante asesino. Guarde silencio, y mis ojos se centraron en la televisión.

-¡Mientras esperamos que se decida de quien será el siguiente combate! Repasemos los combates anteriores.Yakamoto- escuchábamos decir a la tele.

-¡Pues bien ! Ya casi se han realizado todos los combates, aquí esta los resultados- dijo, y en pantalla aparecieron nombres, que no llegaba a distinguir salvo mi apellido, y el nombre de mi hermano.- Sin duda uno de los más emocionantes, fue el del último miembro del clan Uchiha.

-¡Completamente de acuerdo! Su sharigan nos dejo a todos anonadados, y su asombrosa velocidad, y su gran temple en la batalla, Son dignos de admiración

-Seguro que después de esta batalla, le lloverán trabajos. Aunque Mikoto Nohay y Mushina Otero, han hechos grandes combates, Otro sin duda que acabamos de presenciar fue el de Naruto Uzumaky, y no sé queda atrás el de S... ¡Atención, atención ! Están dando los nombres de los siguientes combatientes.

-La batalla siguiente será- El examinador que había en el campo guardo silencio- Itsuko Nanseku y Sakura Haruno- ¿Había escuchado mal? Entonces en la pantalla, apareció la imagen de sakura en el campo, esperando a su enemigo, su pelo rosa mercido por el viento, sus ojos verdes que deseaban la victoria, su cuerpo vertiginoso, su vientre algo abultado, su katana en la espalda... Era ella, no había duda. Tenía mi sello. Su perfección, sus gestos, su piel blanquecina... Era ella... Me acerqué más, y fije la vista aun más a pesar del escozor. Era ella, no era una ilusión.

Mi pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora