____ Nakamura, dió a luz a una hermosa niña pero no quiere hacerce cargo por lo que la da a alguien más pero ¿Volverá a ver a su hija? ¿En realidad no quería hacerse cargo o pasó algo más?.
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•Fanfic completamente mío, no se...
Se escuchó el sonido de la alarma, con pereza se levantó, quedó sentada en su cama, su vista perezosa se dirigió hacia el reloj.
[6:00 am]
Se quedó sentada unos minutos para despertar completamente, aún con pereza se levantó de su comoda cama y se dirigió al baño para asearse.
Una vez ya aseada se puso a cocinar su desayuno; mientras desayunaba veía su reloj para asegurarse de no llegar tarde a la reunión.
Apagó la luz de su cuarto y dejó la de la sala prendida y cerró la puerta con llave. Empezó a caminar hacia una cafetería donde se encontraría con sus amigos; al llegar visualizo a sus amigos en una mesa apartada de las demás.
—¡____!– saludó una chica de pelo rosa, se veía emocionada de ver a su amiga.
—Es bueno verte ____– hablo el albino con una ligera sonrisa.
La rubia solo asintió en forma de saludo.
—Mm, Saory no me dejas respirar– se quejó viendo a su amiga que la estaba abrazando demasiado fuerte, pero a Saory no parecía importarle.
El único hombre del grupo solo vio con aburrimiento a su amiga pelo rosa, con una media sonrisa se levantó y separó a la pelo rosa de la rubia.
—Saory, la asfixias– la nombrada solo se quejó mientras se sentaba con un puchero.
—¿Él vendrá?– la de cabellos rubios se atrevió a preguntar, pero el albino solo negó.
—Pensé que tú sabrías algo, -----, dijiste que él se comunicó contigo– siguió hablando, pero al ver que su amigo alzó sus hombros desinteresado masajeó su sien en señal de que se estaba estresando.
La de ojos azules suspiro —¿Por qué mejor no pedimos algo? Tal vez se retrasó– la rubia dejo de masajear su sien al escuchar a su amiga.
–¿No deberías estar cuidando de los niños? — la pelos rosa arrugó el ceño, se notaba molesta.
—Mi bebé debe estar jugando con sus amigos, los otros deben estar con su padre, o no sé, ellos no importan — Respondió con desagrado al mencionar a su hijo mayor e hija menor.
El albino y la rubia solo se dirigieron miradas, no comprendían a su amiga, a veces parece la mujer perfecta para ser madre y las otras veces habla mal de dos de sus hijos.
El hombre del grupo miro a la oji azul sentanda a su lado, suspiro.
—¿Ustedes son los xxxxxx?— Los tres miraron hacia su izquierda, encontrándose con un hombre castaño de ojos verdes, vestido con ropa formal; asintieron ante la pregunta.
El hombre se sentó, quedando a lado de la rubia y frente el albino; saco tres sobres de su saco y los entrego correspondientemente a quien se dirigía cada sobre.
—El señor está feliz de que aceptarán su oferta y en estos sobres está el adelanto, que tengan un buen día– se levantó, hizo una reverencia y procedió a retirarse.
—Vaya, qué guapo— Hablo la de ojos azules mientras sus amigos la miraban mal —¿Qué?— pregunto al notar las miradas.
—Se supone que estás casada, idiota– el albino le dio un golpe en la cabeza con su sobre, la peli rosa solo rodó los ojos mientras sobaba su cabeza.
La rubia solo suspiro, se levantó y hablo —No causen problemas, no quiero que los veten de aquí– procedió a irse con una media sonrisa sin dejar que los otros respondieran.
(...)
Se encontraba caminando por la acera con una mano en su bolsillo y en la otra mano sostenía un café; caminaba perdida con sus pensamientos, pero se detuvo al escuchar su nombre, no reconocía la voz, por lo que se giró lentamente hacia la persona que la llamo.
—¿____-san?–
Al girarse se encontró con un pelinegro y otros dos chicos, arrugó el ceño al ver al hijo mayor de su amiga.
—¿Lo conozco?– se dirigió al pelinegro, luego hablaría con el hijo de su amiga.
