My Boy (ChanBaek)[Finished]

Capítulo Final

Capítulo Final: Bailando con nuestras manos atadas

Su madre siempre le había dicho que el amor es una flor que nace siempre en el corazón de las personas destinadas y que es necesario regarla todos los días para que florezca llena de colores y olores preciosos. Y Chanyeol sabía que su madre tenía la razón.

Su amor con Baekhyun era algo tan precioso y brillante como los girasoles del jardín de su abuela Eunha. Todas las mañanas Chanyeol despertaba a Baekhyun con una lluvia de besos en el rostro, en la coronilla de la cabeza y le susurraba lo mucho que lo amaba. Baekhyun se giraba entonces y le miraba con sus ojos castaños brillantes y una sonrisa tan grande como la del Sol en su rostro, le decía lo mucho que lo amaba y lo abrazaba pegándolo a su cuerpo como si fuera lo más preciado de su mundo. Habían vuelto su cama un oasis curativo secreto dónde las palabras amorosas y los besos profundos dominaban las promesas susurradas. Esta era una nueva oportunidad que la vida les estaba dando y la iban a aprovechar al máximo.

- Buenos días dulce corazón – a Baekhyun le encantaba la voz de Chanyeol al despertar - ¿Cómo está el hermoso príncipe dueño de mi corazón?

Las mejillas de Baekhyun se colorearon de un adorable color rosado y avergonzado respondió con un beso suave que se convirtió en algo más. No había día que ambos no terminaran enredados entre las sábanas de su habitación susurrándose palabras de amor entre gemidos y choques de pieles, unidos desde la piel hasta el corazón. Chanyeol desnudó a su pareja lentamente dejando un rastrojo de besos por dónde pasaba, marcando cada pedazo de piel que era suyo y borrando las huellas de aquellos que lo tocaron. Besó su estómago, mordió sus muslos y lamió su entrada convirtiéndolo en un lío de gemidos y temblores.

- Chan... - gimió arqueando la espalda – Chan...

Chanyeol hizo oídos sordos a las súplicas y siguió provocando y jugando con el agujero rosa de Baekhyun. Lamió, chupó y mordió hasta que estuvo satisfecho y el agujero dilatado mientras el más bajo estaba hecho un lío de gemidos e incoherencias. Chanyeol se alejó observando orgulloso como había dejado a Baekhyun, con la excitación corriendo por sus venas y su miembro latiendo por entrar en su casa. Se desnudó rápidamente colocándose entre las piernas del rubio y se impulsó hacia su hogar en el cuerpo de Baekhyun quién se arqueó con un gemido ahogado. El alto amaba tener aquel pálido cuerpo bajo el suyo, sentir la tersa piel humedecerse y brillar por el sudor y lo más importante, llevarlo al éxtasis con su propio cuerpo. Baekhyun tenía la boca abierta mientras se adaptaba a la forma de Chanyeol en su interior y lo abrazó con los pies cuando empezó el vaivén.

Iban lento al principio, disfrutando del contacto y de las estocadas profundas del alto en su interior. Chanyeol rozó su próstata y sus dedos de los pies se doblaron por el placer. El alto aceleró sus embestidas dirigiendolas al mismo sitio. La habitación se llenó de gemidos y de suspiros de los amantes que disfrutaban  del limpio sabor de sus pieles, de lo hermosos que sus cuerpos se habían vuelto mientras su pacto de amor que sobrevivió al paso del tiempo y ahora renacía aún más fuerte. Baekhyun marcó la espalda del alto, gimió su nombre con todas sus fuerzas y se entregó al único hombre que lo hacía sentir completamente vivo. Chanyeol lo llenó con su esencia y Baekhyun manchó sus estómagos cuando el placer explotó en su cuerpo. El alto cayó exhausto en su pecho con la respiración agitada y apresurada, y luego, los rodó a ambos y abrazó el cuerpo flácido de su pareja.

Ambos cuerpos se sentían satisfechos mientras los corazones latían al unísono. Baekhyun alzó el rostro buscando los labios del alto que no tardó en besarle despacio y lentamente. Debían disfrutar de este tiempo corto de privacidad antes de que, como solía suceder, los interrumpieran buscando a Chanyeol para trabajo.

- Extrañaba estar así contigo, ¿sabes? - susurró Chanyeol en los labios de un Baekhyun embobado – Eres tan hermoso después del sexo..

Baekhyun rió mirandole – Y tú tan romántico