Recuerdos

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A la mañana siguiente Phoenas se levantó de su cama, siendo esperado este por Edip que no tardó ni un poco en pregúntale cómo estaba
– ¿Estás mejor? – dijo el niño preocupado mientras que Phoenas responde con su cabeza con positividad
– ¿Por qué fuiste a esas ruinas? – preguntó con enojo y preocupación al niño
– Tú... Nada, tenía curiosidad – Phoenas con tan sólo escuchar la pregunta supo que quién lo invitó a jugar allí no era su amigo
– ¿Yo qué? – pregunta mientras inclina su cabeza a la derecha
– Nada, ¿Cómo me encontraron? – el niño le preguntó a Edip con duda, pues si Edip no fue con él, técnicamente nadie sabría dónde él estaría
– Madre se quedó quieta por unos momentos en el bosque, daba algo de miedo ese lugar pero cuando ella te encontró se me pasó y sólo tenía ganas de ir en tu rescate – responde con sinceridad y preocupación
– ¿Estás mejor Phoenas? – Madre se presentó entre ellos con una sonrisa en su cara
– Debes agradecer a Edip, fue el único que notó tu ausencia y corrió en mi búsqueda para buscarte, nosotras lamentamos haberte quitado el ojo, no teníamos ni idea de que eras tan curioso de ir a lugares nuevos – hablaba Madre mientras acariciaba la cabeza de Phoenas y Edip a la vez
– Gracias Edip, de verdad te lo agradezco – agradece el niño rescatado con calidez en sus palabras
– No es nada, eres mi amigo aunque sólo nos conocemos desde ayer, jaja – comentó Edip al niño con orgullo
– Vayan a desayunar, después diríjase al salón, hoy no daremos clases, pero sí nos conoceremos mejor – Madre sonría para después irse.
Una vez terminaron el desayuno el dúo fue al salón, estaban todos los niños hablando entre sí, al parecer ninguno notó que anoche el nuevo no estaba entre ellos; ya todos sentados en sus respectivos asientos, Madre les hace un comunicado sobre de que hoy será una clase especial dónde todos se conocerán mejor despidiéndose de los infantes con una sonrisa, aunque ya haya recibido la noticia anteriormente aún a Phoenas le tomó por sorpresa, él al parecer creía que todos estaban aquí desde hace ya mucho tiempo
– Hey hey Phoenas, ¿De dónde vienes? – preguntó la curiosidad de Edip a lo que el otro niño no responde
– ¿Y tú? ¿De dónde vienes? – devuelve la pregunta con la misma interrogante
– Yo vengo de un pueblito pesquero, no sé decir con exactitud de qué región soy así que sólo te sé decir eso – se rasca la cabeza de no saber más sobre que decir
– ¿Tienes padres? – preguntó Phoenas
– Sí, ellos me querían mucho, aunque según me dijo Madre ellos me entregaron a esta escuela – dijo Edip con nerviosismo mientras bajaba un poco la mirada
– Oye, ¿tú no los ves? Ya sabes, esas cosas de afuera – preguntó el niño nuevo
– ¿Qué cosas? – preguntó devuelta sin saber dar una respuesta precisa
En lo que Phoenas piensa como hacer la misma pregunta pero de una manera más específica llega a ellos el tembloroso diciendo a Edip que Madre lo llamaba a lo que este no quería irse pero aún con el deseo de quedarse fue lo que le quería decir Madre
– Ya podemos hablar tú y yo tranquilos en silencio, responde "sí" o "no", en las ruinas de la fortaleza, ¿viste a una mujer llorando? – preguntó de forma directa, sin temblar, sin vacilar, sólo buscando una respuesta
– Sí, he visto a una mujer.... y también lo que llevaba en la barriga... – respondió con algo de alivio, él no sabía que habían más como él que veían esas cosas, aunque no hizo mención a aquel ser pálido, el miedo acariciaba todo su corazón
– Tienes la Esencia suficiente como para ver los horrores de este lugar y sus alrededores, ...eres perfecto – terminó sus últimas palabras en silencio sin que el nuevo se diera cuenta
El tembloroso se presentó como Lie, con unos 13 años según dice, y llegó a la escuela hace 5 meses, le informó al niño sobre que aquí no hay exclusividad por edad o algo similar, todos son tratados igual, sin excepciones, en lo que Lie seguía hablando con el nuevo sobre la escuela y sus alrededores sin mencionar sus horrores, habló sobre la mentira que había dicho Edip cuando todos los demás niños estaban en su alrededor, hablaba sobre La Dama Ciega, una historia en la que se cuenta la historia de una jóven de pelo gris, con problemas en su visión que encuentra el amor de su vida, su amo, este no le hacía ningún caso aunque ella era la única que lo ayudaba en sus experimentos de brujería y alquimia terminando en una desgracia para ambos, la jóven termina ciega y malherida mientras que el amo tenía lesiones menores por su increíble Esencia, él logra curar sus heridas pero la vista de ella quedaría dañada de forma permanente, ambas almas quedarían maldecidas por el deseo de cumplir la meta del amo que consigue su objetivo, pero sin saber el porqué todos los ciudadanos se tornaron agresivos debido a que ese hombre obtuvo tan grande y poderosa Esencia(...), mataron a la jóven justo cuando el hombre ya había valorado todo lo que esa mujer de cuerpo delicado al igual que sus sentimientos hizo por él, la historia termina ahí, con un final triste, pero Madre contó que una vez llegará una persona con una gran Esencia con la que enorme simpatía hacia ellos, y que sacrificaría su Don del Poder para que La Dama Ciega pueda seguir acompañando a su Amo Eterno, Phoenas en ningún momento le interesó eso, aún así no quiso interrumpir a lo que parece el inicio de otra amistad, aunque, esa historia parecía el recuerdo mutuo de dos personas
– Oye, ¿Recuerdas algo antes de llegar aquí? – preguntó Phoenas, pues este tenía también esa pregunta rondando por su cabeza desde que la voces de la anterior noche lo interrogaron con preguntas que él no sabía responder
– Ahora que lo pienso, no, no recuerdo nada antes de llegar aquí, que peculiar, será que tú y yo somos los más poderosos entre estos pedazos de inútiles – respondió Lie con arrogancia y un tono casi agresivo a la inocente pregunta
– Oye tú, Madre no me llamó, ¿A qué vino esa mentira? – preguntó un Edip recién llegado con una pizca de enojo
– ¿Cuando llegaste aquí? Que rápido se pasa el tiempo – preguntó y afirmó sin la más mínima intención de responder a su pregunta mientras que se iba ha su asiento
– Oye, ¿Él te incomodó? – hizo una interrogante con algo de preocupación a Phoenas a lo que este niega con su cabeza.
Todos los niños se conocieron mejor, algunos hablaron de sus casas, familias, regiones, hasta de sus riquezas, se contaban historias antiguas como el mito del Primer Sol o del Asesino de Dioses, historias que muchos creían y otros ignorantes no, pero de lo que más se habló era de como llegaron, pues para todos ese era el único recuerdo que no tenían claro, unos dicen que sus padres los vendieron, otros que sus padres los perdieron en algún camino o que simplemente durmieron una noche y amanecieron en ese lugar, no se hablaba de los de horrores que vió Phoenas en la ruinas, esa mujer en llanto, esos cuerpos desgarrados, tampoco sobre lo que pasó en el bosque o en la cueva que daba cara a una playa, sobre ese hilo viviente, o los cuerpos descompuestos con vida en su haber, y sobre todo, no se habló nada sobre ese ser pálido.
El día estaba terminando, el niño alzó su mirada por una ventana y vió que la luna estaba frente a las nubes, él sospechaba la aparición de aquél ser pálido, acompañado de Edip, Phoenas estaba caminando por los pasillos hacia sus habitaciones teniendo en frente un grupo de niños que no paraban de hablar que la belleza de la luna estaba siendo estropeada por las nubes frente a ellas, hasta que una niña pocos metros de llegar a su habitación rompió un grito estruendoso, muchos niños sólo corrieron sin mirar atrás a sus habitaciones mientras que unos pocos fueron a ver qué ocurría, Phoenas no tenía intenciones de ir en lo más mínimo, pero Edip lo agarró de la mano diciendo de averiguar que pasaba, entre los niños que fueron a ver lo que ocurrió estaba Lie pero esto al nuevo no le interesaba; llegaron para encontrarse una mano con la carne de sus dedos mordisqueada al punto de verse el blanco de su hueso, la mano tenía un olor horrible y tenía pintas negras, parecía que fue arrancada pero no había un rastro de sangre o algo similar alrededor
– ¿Lo ves Edip? – preguntó con miedo el nuevo a su amigo
– Por supuesto que lo veo, es asqueroso, será mejor que nos vayamos – sugirió el amigo a punto de vomitar
– Que fácil es decirlo, ¿Qué se va ha hacer con eso entonces? – preguntó con arrogancia e incertidumbre el chico que era tembloroso
– No sé pero yo no tocaré eso aunque esté ciego – respondió Edip a la interrogante de Lie con mal carácter
Mientras que unos niños fueron a buscar a Madre o a otras Madres, Edip y Lie no paraban de hablar sobre si irse o hacer algo, un comentario terminó respondido por una ofensa y empezó una discusión mientras que Phoenas miraba la mano, dos de sus dedos se habían movidos, mientras que este tocaba el hombro de Edip en señal de que deje de hablar y viera lo que el nuevo observó se escucha al final del pasillo un grito de hombre seguido de un silencio aterrador de parte de Lie y Phoenas, el grito se volvió en súplicas, y la mano empezó a caminar con una terrible velocidad como si fuera una araña hacia el fondo de pasillo asustando a Edip y compañía haciendo que este se uniera al silencio, sólo pasaron unos minutos y Edip cómo muestra de valentía caminó unos pasos para comprobar si había algo, el niño ya sin miedo se dió la vuelta sólo para ver que tanto Lie como Phoenas estaban pálidos.

La Escuela Interna de AhaymánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora