「𝗖𝗞」Con apenas diez años de edad, Jeon Jungkook tenía tres amores en su vida; sus padres, su caja de doscientos colores, y su hermano mayor Seokjin.
Oh, Seokjin, ¡cuánto adoraba Jungkook a su hyung! De grande quería ser como él, y le gustaba imita...
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—¿Ni un poquito?
—No —respondió de inmediato, y sonrió al escuchar las quejas del menor a través del celular. Se acercó a la ventana, mirando a los chicos jugar con una pelota, y a Yoongi junto a Seokjin conversar tranquilamente. Miró por más tiempo a su pareja, teniendo aún la espinita en su pecho por su actuar últimamente.
Las cosas estaban extrañas; Seokjin lo evitaba, no hablaba con él y si lo hacía era para eventos puntuales, prefería hacer otras actividades en donde no participaba o sino se encerraba en la habitación. Había intentado hablar con él, pero este se excusaba con una 'migraña' que lo devolvía a la habitación. Le comentó a Yoongi sobre el problema, pero este se encontraba aún más perdido que él.
—¿¡Hyung, cómo no me va a extrañar!? ¡a mí!
Namjoon se alejó de la ventana, tomando asiento en la cama. —Yeonjun, no lo hago. ¿Cómo te estás portando?
—Bien —respondió de forma escueta, Namjoon sabiendo que era por la inconformidad de su respuesta. Luego de su conversación con Yoongi, decidió darle una oportunidad al chico, y respondía sus conversaciones con menos recelo. No era tan malo después de todo, y de cierta manera había apaciguado el terrible carácter del trainee, o eso le había dicho su jefe en un mensaje que había recibido por parte de él—. Justo ahora tengo clases de baile, ¿por qué las sigo viendo? Ya soy un excelente bailarín.
—Pero debes seguir practicando para que tu técnica sea la mejor. ¿Te imaginas? Debutar y ser nombrado como el bailarín de tu generación.
La línea quedó en silencio, y Namjoon sonrió por persuadir al menor. —Iré a mis prácticas, hyung.
—Excelente. Sé bueno con tus maestros, saluda y presta atención. No quiero escuchar ninguna queja de tí cuando llegue. ¿Entendido?
—Sí, hyung, le prometo que seré bueno... solo vuelva pronto.
Y ahí es cuando la faceta ruda de Choi Yeonjun caía completamente; cuando demostraba lo vulnerable y solo que se sentía. Cierta parte de él se arrepentía de haber sido tan cruel con él al principio, no pudiendo notar lo necesitado de compañía que estaba Yeon. Suspiró, —Así me gusta. Volveré pronto, solo espera, ¿sí? Ve a tus clases.
No pudo escuchar la respuesta de Yeonjun, puesto que en ese momento había entrado Seokjin a la habitación y toda su atención se centró en él. Cortó la llamada, y miró al contrario que se centraba en rebuscar en su bolso algo. Se le notaba serio, y no le devolvía la mirada en ningún momento.
—¿Sucedió algo?
—Busco mi protector solar.
Namjoon relamió sus labios. —¿Hoy vamos a salir a comer o-
