Jungkook llegó a casa agotado física y mentalmente después de andar de un lado para otro en la universidad. 

Mermelada, su gata negra con rayitos naranjas que era la única que lo acompañaba en su hogar, lo recibió feliz a penas vio que él entró a la sala del departamento. La rescató de un bote de basura junto a sus hermanitos cuando tenían tan solo unas semanas de nacidos. Los demás gatitos quedaron en manos de un refugio de confianza donde les ayudaban a conseguir hogar a los animales que estaban en las calles. Él no podía tenerlos a todos aunque quisiese, pero ella era especial, desde el primer momento no se despegaba de él, así que decidió adoptarla.

- Hola, Mel- la saludó como acostumbraba decirle de cariño.- ¿Cómo estuvo tu día hoy?- mientras su gata se refregaba en sus piernas. A veces se preguntaba qué tan mal estaba de la cabeza como para creer que su gata le iba a responder. 

Extrañaba a sus padres, al menos así tendría a alguien para tener una conversación normal de humanos, pero él era el único que se podía quedar en una ciudad tan cara como Seúl. Pronto habrían vacaciones y podría ir a visitarlos.

Él realmente estaba muy cansado y quería dormir. Después de cenar junto a su gata, lavar los trastes y hacer unas investigaciones de unos trabajos, cambió su ropa, lavó sus dientes, se acostó y se dispuso a dormir.

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Despertó acostado en el piso en medio del... ¿Bosque? Otra vez estaba allí. Qué era lo que pasaba y por qué se sentía tan real. Había retomado el sueño de esa mañana al parecer, con la diferencia de que ya no recordaba qué lo tenía tan alterado.

Se levantó y sacudió su ropa - alto, y está ropa qué- susurró para si mismo, no recordaba tener eso en su guardarropa ¿la creó su mente?. Miró sus manos. Silbó- ¡woah!, miren esos tatuajes- él ya tenía planeado hacerse unos cuantos tatuajes con un amigo que conocía y esos que había creado su mente se parecían a los diseños que había escogido previamente, solo que con color. Pensó entonces en agregarle los mismos colores a los que se pensaba hacer. 

Miró a su alrededor. Se percató de la niebla y un camino no tan marcado que tenía al rededor hojas. Siguió el rumbo del sendero sin saber a donde más ir. Al fin y al cabo estaba en un sueño, estaba completamente consciente de que lo era porque se había acostado a dormir y porque era el mismo lugar con el que había soñado antes de que lo despertara el profesor Choi.

Crujió una rama. Agudizó su oído para saber de dónde provenía el ruido. Otra rama, no sabía de dónde provenía y empezaba a ponerlo nervioso.

Un gruñido de un perro.

Se dio la vuelta y lo vio. Un rottweiler robusto y con baba blanca en su hocico. Sintió la adrenalina en su ser y a su mente diciéndole que dejara de ser un idiota y que empezará a mover los pies.

Salió de su estado de shock- tranquilo, perrito - le decía para que no lo siguiera amenazando. Realmente debía replantearse  eso de hablarle a los animales como si ellos entendieran.

Otro ruido de hojas siendo aplastadas lograron distraer al can dándole la oportunidad a Jungkook de salí corriendo de ahí. El perro empezó a correr y a ladrar detrás de él. Gracias a la distancia de ventaja que llevaba pudo perderlo, pero no sería tan sencillo hacerlo del todo.

Y ahí lo vio, un árbol con bastantes hojas que sería fácil de trepar y así lo hizo, el perro se cansaría de buscarlo y se iría.

-AA...- le taparon la boca antes de que gritara como "macho". No contaba que cuando llegara arriba de una rama se encontraría con alguien.

-sshh, cállate, ¿si?- decía la otra persona susurrando- si ese perro te escucha nos tendrá todo el tiempo aquí- le destapó la boca.

Jungkook sé quedó perplejo mirándolo. ¿Y ese quien era?. Nunca lo había visto antes. ¿Su memoria a caso estaba jugando a crear cosas y personas? Momento... Le parecía... ¿Atractivo?. Acaso eran de esos sueños que tu mente te dice "no, no, no, tan heterosexual no eres" o algo por lo parecido? A caso él era alguna fantasía escondida en lo más profun...

- ¿Qué me ves, imbécil?- dijo el otro.

-Nada... cascarrabias - dijo susurrando la última palabra.

- ¿Qué dijiste?- dijo levantando una ceja.

- Que ese can tiene rabia, nada más- "qué humor" pensó él levantando las cejas y mirando a otro lado. Después de unos segundos, el otro chico estaba distraído tratando de mirar por entre las ramas que no hubieran monos en la costa o en este caso un perro rabioso.

Jungkook aprovechó para escanearlo. Tenía un tatuaje al lado de su oreja casi tapado por su pelo color negro medianamente largo con rayitos rubios, piel blanca, nariz pequeña y unos labios que... Alto, no, no, no. Miró a otro lado, su mente realmente le quería hacer una mala jugada. Qué sueño más raro estaba teniendo.

Después de permanecer todo el rato en silencio no escucharon nada más que los pájaros y como las hojas de los árboles sonaban por el viento.

-ya podemos bajar - le dijo el chico desconocido cascarrabias.

- ¿Cómo estás tan seguro? -

- Mi padre cazaba cuando vivíamos cerca del bosque y cuando no había peligro para los animales todo volvía a la normalidad, se tornaba un ambiente muy tranquilo-

Asintió sin decir nada. Vaya personaje que se creó su mente, cómo apoyaría el hecho de que su creación tuviese como papá a un cazador siendo él amante y protector de los animales. Aún así, confió en él y empezó a descender del árbol. Subirlo fue fácil, pero bajarlo estaba siendo otro cuento, por poco se cae.

- A todas estas cómo te llamas, señor gruñón- le preguntó al desconocido que trataba de bajar también mientas él se sacudía la ropa.

Frunció el ceño- ¿A quién le llamas... - se le resbaló la mano del arból y estuvo a nada de caerse - ah, maldita sea, sería más fácil si me ayudaras, gracias- dijo la última palabra con sarcasmo. El que estaba abajo rodó los ojos y se acercó al árbol. El gruñón continuó -... a quien llamas gruñón, imbécil, me llamó J...- el otro no terminó de pronunciar su nombre cuando se resbaló y cayó encima de Jungkook.




-Gracias por leer, besitos en esas nalgas ;)

Half - KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora