𝟶𝟻

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—Señor Kiedis, el 1 de Noviembre está a la vuelta de la esquina, ¡por no decir que es mañana mismo! ¿cómo van los 59?, ¿Preparado para la siguiente fase?

—Los 60 no significan nada para mí.

Dijo Anthony, cortando la pregunta inmediatamente.

—No le doy mucho peso a los cumpleaños, hitos, números pares, números impares o números en general. Se puede decir que lo llevo bien. El tiempo es una ilusión, después de todo.

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Y esa sonrisa orgullosa se desvanece una vez llega a casa.

Ahí se encontraba, parado y cabizbajo, repitiendo la escenita de la entrevista una y otra vez como una cinta interminable. Sus ojos clavados en el suelo proyectaban una mirada vacía y existencial.

—Tendré 60.

Entonces se observa en el espejo, rozando con suma delicadeza las arrugas en su rostro. Se queda ahí, percatándose del paso del tiempo de su persona. La realidad le da una patada en ese mismo instante al notar nuevas canas aparecer después de haberse teñido por octava vez este mes. Incluso el bigote tiene brillos grises.

Ya no es quien solía ser. No tiene el mismo encanto, no tiene la misma belleza, no tiene el mismo aspecto;

Ya no es joven.

—Hey, ¿Cómo ha ido?

Un afectuoso John entra en escena con todo el interés del mundo, pero nota que algo anda mal nada más terminar de formular la pregunta.

Entonces se acerca a Anthony con un aire de confusión. El mayor no hace más que continuar observando su reflejo, totalmente ensimismado en sus pensamientos. John trata de captar su atención nombrándolo repetidas veces, pero no causa efecto alguno. La confusión escala a inquietud. Anthony gira su cabeza al notar la mano contraria en su hombro.

John se topa con una mirada angustiada. Parece estar al borde del llanto, orbes cristalizados y rostro abatido.

—¿Está todo bien? —Pregunta con preocupación.

Tony hace su mayor esfuerzo por deshacer el nudo de su garganta. Después de un par de sorbidos logra salir un muy roto "no" de sus labios, comenzando a lagrimear silenciosamente mientras un sobrecogido John toma su mano. Kiedis se derrumba en su hombro sin articular palabra. Los quejidos reinan en la sala.

John está anonadado y no puede evitar imaginarse lo peor al ver a su amante tan adolorido. Sus cuerpos se aferran más para unirse en un abrazo reconfortante. Acaricia suavemente el cabello de su pescuezo, calmándolo a medida que la calidez de su tacto acompaña el desahogo del mayor.

Después de un largo proceso de reposo, Anthony lo mira y libera sus primeras palabras con dificultad.

—No, no estoy bien, —John pone atención mientras catastrofiza todos los escenarios posibles que hayan podido suceder en aquella entrevista. —Johnny... Yo... —Vuelve a sorber, reuniendo fuerzas para soltarlo.

—Tendré 60.

Suspira y vuelve a hundirse en sus penas.

John se queda petrificado unos segundos, procesando el mensaje.

—...¿Qué? —Suelta bastante perplejo.

No evita emitir una pequeña risa por la obviedad que acaba de decir el otro, sacándole el dramatismo a la situación.

Sabe lo mucho que a Anthony le gusta cuidar su físico, lleva entrenando desde siempre y conserva la imagen por encima de todo (a su manera, claro) no se salta ni una dieta, hace años que no come un ultraprocesado. El nutricionista es un mesías para él.
Y así sin más, dice esto.

—¿Cómo que "qué"? ¡Esto es horrible! ¿Entiendes la gravedad de todo lo que estoy pasando? Oh, John. ¡Mi hijo tiene 15 años! Estaré en la tumba cuando él sea un hombre. Y tú... —Se lo queda mirando con una cara al borde de la locura—. Tú tienes una década de diferencia conmigo... Prácticamente. —Lo que parece una mirada aterradora resulta ser dificultad en cálculo mental.

John yace tranquilo y sonriente. Mantiene su agarre firme en los brazos fibrados del contrario. Entonces lleva una mano a su mejilla lentamente.

—Escucha, estás perfecto tal y como eres, Anthony. El tiempo pasa y es una realidad, pero es una realidad bonita. Me gusta envejecer a tu lado, cada rasgo nuevo en ti es hermoso. Tal vez eres mayor, pero tienes un espíritu joven. Y así debes mostrarte al mundo, no como una edad, sino como la persona libre y salvaje que eres. -Dice acariciando su rostro, apreciando cada marca y facción.

Anthony siente que va a llorar de felicidad esta vez. A quién le importa su edad, tiene el mejor novio y una vida plena.
La vida es demasiado bella como para castigarse eternamente; hay que amar todo aspecto de ella, nos guste o nos disguste.

—Te quiero. Gracias por aguantarme —Y así, John besa sus labios en respuesta.

—Yo también te quiero.

cómo están los makinasQuería subir esto el 31 de octubre pero pasas que cosan 💋

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cómo están los makinas
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Pero bueno el máster is back y eso es lo que cuenta. A ver si me digno a acabar mis otras cosas en menos de medio año.

Nos vemos dentro de poco si dios quiere

Nos vemos dentro de poco si dios quiere

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⏰ Última actualización: May 01, 2023 ⏰

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꒰ 𝖥𝗋𝗎𝗄𝗂𝖾𝖽𝗂𝗌 𝖼𝗈𝗅𝗅𝖾𝖼𝗍𝗂𝗈𝗇 ‹𝟹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora